La cebada fue una apuesta correcta en este año agrícola. Los analistas esperan cantidad y calidad y además destacan los altos precios, que darían una buena rentabilidad al cultivo.
Mario Cattaneo, un especialista en cebada, dijo que en la cosecha actual se estima una producción de entre 4,8 y 5 millones de toneladas, lo que significaría que este año se lograría una de las tres producciones más elevadas de la historia, apenas por detrás de los volúmenes logados en las campañas 2012/13 y 2015/16.
“Vamos a estar en el podio histórico de las cosechas de cebada” dijo Cattaneo. Escuchá la entrevista:
Ese volumen de producción, por fortuna, se encuentra con un mercado demandante debido al ajuste en los stocks globales. “Fracasó la cosecha en Rusia, La Unión Europea tuvo también problemas, pero el gran impacto se dio en Estados Unidos y sobre todo en Canadá, donde las condiciones de sequía hicieron que cayera la producción. Su cosecha se redujo en 4 millones de toneladas respecto de lo habitual y el volumen mundial quedó debajo de los 150 millones, cuando lo normal es que sea de 155/157 millones de toneladas”, explicó el experto.
Por eso los precios mejoraron. El analista dijo que “a nivel local el productor cobra en 220/230 dólares para la cebada forrajera de la cosecha nueva y 250/260 dólares para la cervecera, también de la cosecha nueva”.
“Son valores que le dan rentabilidad al cultivo. Cuando uno habla de más de 200 dólares la tonelada habla de rentabilidad, siempre que se tenga en consideración los valores viejos de los insumos (que son con los que sembró en la campaña 2021/22). Pero claramente se achica con los precios actuales” de agroquímicos y fertilizantes, con los que habrá que encarar el próximo ciclo, según advirtió.
Cattaneo explicó también los cambios que se vienen dando en el mercado internacional. “La Argentina era un activo proveedor de Medio Oriente”, donde la cebada forrajera se utiliza para alimentar a los camellos, “pero lo cambiamos por China, que le dejó de comprar a Australia, a la que le impuso un arancel del 80% como consecuencia de un conflicto comercial entre ambos países”.