Los dirigentes rurales atraviesan por estados cambiantes. Hace diez días salieron con “gusto a poco” de la reunión que el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, armó con varios gobernadores y ministros para anunciarles una liberación total de las exportaciones de vaca conserva a China.
Pese a que en aquella reunión se firmó un acta que el gobierno no cumplió, y a que además ahora se estiró la política de cupos de exportación de carnes que vencía el 31 de octubre hasta el 31 de diciembre, los dirigentes de la Mesa de Enlace saludaron en un comunicado la apertura de un nuevo cupo de exportación para liberar, aunque sea parcialmente, los embarques de carne de vaca vieja, de las categorías D y E hacia el gigante asiático, principal comprador de la carne argentina.
“La Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias valora que el gobierno nacional haya oído el reclamo que venimos manifestando hace meses: restringir exportaciones es una mala política pública que nos hace perder a los productores y al país en su conjunto”, escribieron los dirigentes de Federación Agraria, Coninagro, CRA y la Sociedad Rural en un comunicado difundido esta tarde.
Con claridad, la nueva resolución conocida esta mañana -que habilita cuotas de 50 y 100 toneladas mensuales de ese tipo de carne para 49 plantas frigoríficas- ofrece dudas respecto de que se vaya a cumplir con lo que se estableció en aquella reunión de hace 15 días, y que era terminar con los stocks de vaca vieja de aquí al 31 de diciembre. La norma solo habilita negocios por 12.500 toneladas de esa carne, loq ue permitiría faenar 140 mil animales que permanecen en los campos, pero nada dice de la carne acumulada en las cámaras frigoríficas, y que sumaría por lo menos otras 20 mil toneladas.
De todos modos, la Mesa de Enlace consideró que la nueva flexibilización de las exportaciones de carne vacuna “es un paso adelante en búsqueda del escenario ideal basado en la libertad comercial y exportadora, ya que es la única forma de tener rentabilidad en la ganadería para poder dinamizar la cadena y generar mayor oferta de carne en la mesa de los argentinos”.
De todos modos, como para que Domínguez no se confíe demasiado ante esta suerte de caricia, los dirigentes rurales expresaron “preocupación” por el nuevo cepo o limitaciones a las exportaciones de maíz. Dijeron que “generan confusión y desconfianza en toda la cadena”.
“Burocratizar aún más el régimen de exportaciones y desalentar la producción son malas señales para un país que necesita desarrollo productivo, generación de divisas genuinas, y producir empleo y trabajo. El sector necesita recuperar el camino de la transparencia de los mercados, para restituir la confianza de los actores económicos y mantener la inversión y uso de tecnologías necesarias para alcanzar una mayor producción, contribuyendo al desarrollo de las actividades económicas del país”, manifestó la Mesa de Enlace como expresión de deseos.