A casi dos años de la aprobación de una medida por parte del Instituto Nacional de la yerba Mate (INYM) para regular las nuevas plantaciones de yerba mate, según la cual los productores solo podrán crecer a razón de 5 hectáreas por año como máximo, entre los molinos de yerba se mantiene una fuerte oposición ante esa limitacióna. La principal crítica apunta a que esto podría evitar que el mercado crezca en el tiempo. Desde esta lógica, es bienvenido producir más y en todo caso habrá que buscar nuevos mercados.
Sin embargo en la vereda de enfrente, los pequeños productores se muestran listos para defender esta normativa con uñas y dientes de ser necesario.
“Nosotros en los 90 pasamos por una crisis yerbatera enorme y en ese momento los que mantuvieron yerba en las góndolas fueron los pequeños productores. Ninguna de estas empresas grandes vio un negocio en la yerba. Lo que nos preocupa es que aparezcan inversores totalmente ajenos a la actividad y que de golpe queden excluidos del sistema los productores de siempre”, dijo a Bichos de Campo Cristian Klingbeil, presidente de la Asociación de productores Agrícolas de Misiones (APAM).
-¿Esta medida es para ustedes la forma de defender a los colonos y pequeños productores del sector?
-Claro. Nosotros escuchamos a muchas empresas, que nunca estuvieron involucradas en la actividad económica de Misiones, querer de pronto meterse y plantar miles de hectáreas, y contra eso estamos totalmente en contra. Aparte la limitación es hasta 5 hectáreas por productor, son alrededor de 12.000 los productores yerbateros entre Misiones y Corrientes. Cinco hectáreas por 12.000 te dan 60.000 hectáreas de yerba por año. Eso no va a generar ningún impedimento para abastecer un mercado.
Y eso fue lo mismo que argumentó el INYM en junio de 2021, cuando tomó esta decisión que, para muchos, no contó con el consenso suficiente.
“Se trata de un mecanismo para garantizar la distribución y el equilibrio en las futuras plantaciones de yerba mate”, señaló el Instituto en aquella oportunidad. Y su presidente, Juan José Szychowski, agregó posteriormente: “Pretendemos que nadie quede afuera y que el incremento en el potencial productivo se distribuya entre todos los productores”.
De nuestro archivo:
“Lo que nosotros queremos es que así como una empresa grande tiene oportunidad de crecer, también lo pueda hacer un pequeño productor. No tenemos ningún problema en discutir productividad, rendimiento, cuidado ambiental. Sobre todas esas cuestiones estamos de acuerdo en discutir. Pero dejar a la buena de dios a muchos productores porque algunos solamente ven un negocio, no nos parece. Aquellos que quieren tumbar esta reglamentación del INYM se encontrarán con miles de productores bien plantados”, arremetió Klingbeil en medio de las críticas de las empresas molineras.
-Una de las principales críticas es que esta norma será una limitante a largo plazo para que el sector y su ofertan crezcan. ¿Los pequeños productores son capaces de sostener la oferta y ampliarla a futuro?
-Totalmente. El INYM hace un tiempo, hará dos años ya, implementó un equipo técnico de ingenieros agrónomos especializados en manejo de yerba mate para capacitar a los productores y mejorar la productividad. Les enseñan a cosechar de forma diferente, a cuidar el suelo, todo apuntando a mejorar los rendimientos. Hoy tenemos un promedio de 4.000 kilos de yerba por hectárea, y gracias a este equipo muchos ya pasaron a duplicar ese número. El techo para la yerba mate, con las más de 200.000 hectáreas de yerba que tenemos actualmente, puede seguir ampliándose. De 850 millones de kilos que se cosecharon el año pasado -850.000 toneladas- podemos irnos a más de 2 mil millones de kilos. El margen para que crezcan los productores es altísimo, contemplando el abastecimiento del mercado interno y de cualquier negocio exterior que pueda surgir.
A continuación el misionero agregó: “El último año estuvimos casi en el récord de cosecha teniendo sobre nosotros una importante sequía. Cuando nos toque un año con un clima que acompañe, que sea mejor que el de los últimos años, automáticamente tendremos un 20% o 30% más de producción. Van a ser más de 200 millones de kilos de hoja verde con la misma cantidad de hectáreas implantadas hoy”.
-¿Los pequeños productores podrían entonces sostener incluso la oferta internacional?
-Sí, claro. Nosotros no estamos en contra de buscar mejoras en la producción, en los rendimientos y en la calidad. Lo que no queremos es que quede expuesto el pequeño productor. Y esto no se trata de algo político como se sugirió.
-Desde las molineras se considera también que el sistema de fijación de precios del INYM es un obstáculo que mantiene al mercado cautivo. ¿Qué beneficios representa para ustedes ese sistema?
-Existe un poder dominante muy fuerte de algunas empresas molineras. En momentos donde sobra yerba, si nadie hace cumplir los precios mínimos, los productores reciben precios irrisorios por su producción. Si el mercado queda desregulado por completo, el productor queda con las manos atadas frente a un poder que puede hacer lo que quiere. Ahora incluso vemos empresas que no pagan los 70 pesos mínimos acordados y pagan 60 por kilo. La regulación de precios en el té, en la yerba, en el tabaco son lamentablemente medidas de protección para los productores.
“En todos los países del mundo se discute el precio mínimo para cubrir los costos, con un mínimo de rentabilidad. Hay países en los que si precio no cierra para el productor, y el mercado no permite que se llegue a ese mínimo, el estado subsidia a una parte de la cadena para que la actividad siga. Hoy eso nosotros no lo podemos aplicar acá, porque el país no tiene un peso extra que soltar, por lo que el camino que nos queda es este de hacer respetar precios mínimos. Así y todo salimos perdiendo. En el caso del té, se paga un piso de 20 pesos pero los costos son de 40”, explicó luego el yerbatero.
-También se habla de la necesidad de redefinir el INYM. ¿Ustedes cómo ven eso? ¿Creen que funciona bien?
-En teoría cosas para corregir hay, siempre se puede mejorar. Lo que sí nosotros no estamos de acuerdo en abrir la discusión sobre la ley de funcionamiento del INYM, cuando el trasfondo es ir en contra de los pequeños productores. Más con todo lo que venimos diciendo: que podemos ampliar nuestra producción, nuestra superficie, etcétera.
LOS MOLINEROS COMO SIEMPRE QUIEREN QUE HAYA SUPERPRODUCCION..,ENTONCES PAGAN LO QUE QUIEREN!!.. YA PASO…!!!!