En junio de 2021, el Instituto Nacional de la yerba Mate (INYM) emitió sin el consenso de todos sus integrantes la Resolución 170/2021, que es absolutamente extraña para un país como la Argentina, pues puso límites muy estrictos a las nuevas plantaciones de yerba mate, al punto de establecer que se podrá crecer a razón de 2% por productor o solo 5 hectáreas por año.
Resulta extraño e inusual que un país productor de alimentos ponga límites a su propia expansión productiva, pero en la Argentina nos vamos acostumbrando a las rarezas de este estilo (y algunas peores) y las naturalizamos: llega el punto en que nadie las discute. Es lo que sucede con esta insólita resolución, que está a punto de cumplir dos años.
Uno que no se resigna a tanto debate silenciado es Víctor Saguier, el presidente de la Cámara de Molinos Yerbateros de la Zona Productora, que es la que agrupa a las empresas integradas que tienen plantaciones y llegan al final de la cadena. En una extensa entrevista con Bichos de Campo se alza no solo contra la lógica que ha seguido el INYM para decidir la prohibición de nuevas plantaciones sino contra la esencia del propio Instituto creado por ley tras la crisis yerbatera de 2002, donde ha pesar de estar representados todos los sectores de la cadena, siempre suelen imponerse los representantes de los productores en acuerdo con los sucesivos gobiernos de la provincia de Misiones, una de las dos que producen yerba junto a Corrientes.
-Los molinos de yerba mate reciben la materia prima, la procesan y la mandan a los mercados. Ese es su trabajo. Debe ser loco limitar la producción, porque les congela la oferta de la hoja verde. ¿Suena raro no?
-Como me dijo un dirigente peronista: “Víctor mirá, a mí me parece raro, porque nosotros los peronistas estamos a favor de la producción”. Yo le dije que “el IYM el nuestro órgano rector y el que fija las políticas. Yo no estoy de acuerdo, le aclaré. ¿Por qué? Porque no me parece que el INYM haga un esfuerzo en difundir a la yerba mate no solamente en el país sino en el mundo entero, que hoy lo está reclamando”. En vez de hacerlo, limita las plantaciones.
-Hay como una contradicción allí, porque en vez de ampliar la oferta buscando nuevos mercados para vender más yerba, se achica la oferta.
-Claro. ¿Cómo salgo yo a buscar mercado? Primero tengo que tener el producto, después salir a buscar los mercados. En este caso lo que acá se se busca con eso es limitar la producción para que el precio siga subiendo. No tiene sentido. Para mí no tiene sentido sobre todo hoy que vemos que la yerba mate está teniendo una difusión importante en el mundo. Por ejemplo, en el Mundial vimos a los jugadores latinos, a Messi, creo que Suárez y a otros jugadores tomando mate. Incluso vimos a un futbolista inglés haciéndose eco de la bondades del mate. Yo me pregunto: ¿Cómo nosotros acá estamos limitando la producción cuando tenemos esa oportunidad de salir a vender la yerba mate al mundo? A mí no me cierra.
Mirá la entrevista con Víctor Saguier:
Saguier forma parte de la familia fundadora de la yerbatera Amanda, ubicada en Apóstoles y la principal exportadora de yerba mate de la Argentina. Pero en la cámara representa los intereses de muchas firmas similares, muchas de ellas muy conocidas por su consumo cotidiano por parte de los argentinos.
El INYM, como se dijo, es un organismo mixto, con participación de la Nación, las provincias productoras, y represnetantes de toda la cadena, que actúa fijando precios en el único mercado agropecuario regulado que tiene la Argentina. En el país, todo se desreguló a la década de los 90 y en este caso doiez años después, tras una crisis muy fuerte, se volvió a legislar para volver a fijar precios de refernecia en el mercado yerbatero.
-El INYM actúa en materia de precios. ¿Pero cuál es el argumento para prohibir una plantación? Han pasado dos años y esa prohibición sigue vigente…
-En teoría dicen que para que no haya sobreoferta, que ellos vislumbraron que iba a haber una sobreoferta, como empezó a subir el precio de la materia prima, la gente se largó a plantar mucha yerba. Entonces, anticipándose a esa sobreoferta, es que el INYM decide limitar las plantaciones.
-¿Filosóficamente eso ya te parece errado? Ustedes dicen que hay que producir y en todo caso conquistar nuevos mercados.
-Yo digo que para salir a conquistar los mercados tenés que tener primero el producto, porque no podés salir a ofrecer un producto cuando no lo tenés. Lo peor de la Resolución 170 es que no se nos permitió el debate ni acercar otras propuestas. Si es que se vislumbraba una sobreproducción, ¿por qué no llamaron a todos los que conformamos la cadena para discutir cuáles serían las soluciones, qué puede aportar cada sector, qué ideas tienen?
-¿No lo debatieron?
-Podemos debatir para buscar algo superador y que la sobreoferta, en el caso de que se produzca, no impacte en forma negativa al pequeño productor. Pero ese debate se nos negó. Eso es lo que nosotros reclamamos. Básicamente es la falta de institucionalidad del INYM, porque le evitan, le le escapan al debate cuando los temas importantes como este se tienen que debatir y se tienen que escuchar todas las voces para ver que qué soluciones aportan.
-Medidas como estas definen el perfil de negocio de acá a varios años…
-Siempre se habla del pequeño productor de yerba mate. Pero en el cultivo de la yerba mate hay gente que no es productora: tenemos médicos, ingenieros, comerciantes que se meten porque es un buen negocio. Entonces nosotros estamos de acuerdo en ver la posibilidad o de qué forma podemos proteger al pequeño productor, pero tampoco eso se debate. ¿Quién es el pequeño productor? Es aquel que vive en su chacra y tiene como principal actividad la yerba mate. Ese es el pequeño productor, no al comerciante o el profesional que vive en el pueblo.
-¿Me está diciendo que con todas estas intervenciones, en realidad el Instituto Nacional de la Yerba Mate, que debería promover la cadena, está en realidad cobijando gente que no es de la cadena, beneficiando el ingreso de actores que no son yerbateros?
-Totalmente. En muchos kilos. Sabemos que lo único que le interesa es que el precio siga subiendo.
-¿Esos inversores pueden invertir en yerba como en bitcoin?
-A ver, en 20 años de funcionamiento del INYM no se ha logrado que ese pequeño productor que no produce lo suficiente pueda producir más, no se premia al que al que produce más, siempre se lo tiene ahí produciendo poco. No se debaten esas cosas, no se debate realmente si en 20 años el productor está mejor. ¿Ese productor de hace 20 años que producía 4700 o 4800 kilos por hectárea, hoy cómo está?
-Me imagino que debe estar igual o peor.
-Exactamente, y cuando se debate el precio en el INYM se toma como producción pormedio base 4700 o 4800 kilos (de hoja verde) por hectárea. Cuando hay la genética, las buenas prácticas y la tecnología permite obtener de 15.000 a 20.000 kilos por hectárea. Inclusive algunos, algunos que están más adelantados obtienen muchos más kilos por hectárea. Entonces la rentabilidad no pasa solamente por el buen precio o el alto precio del producto, pasa por ser más eficiente.
-A ver si entiendo.. De algún modo se está diciendo que al fijar un valor artificialmente alto de la materia prima se premia la ineficiencia. ¿El que no invierte igual es rentable y no le pone el pecho ni mejorara su productividad, simplemente porque la intervención del INYM le garantiza un buen precio?
–Así es. Se premia la ineficiencia y no la eficiencia. Eso para mí está claro. Por eso tenemos que hoy, cuando se discuten los precios, se toma como referencia que un yerbal produce 4800 kilos. Puede haber algunos, pueden haber muchos que producen eso. ¿Pero ese productor es o no es productor? ¿Vive en su chacra? ¿O es alguien ajeno al sector? ¿Por qué nosotros le estamos asegurando una rentabilidad a alguien que no es del sector? Para mí es una barbaridad, no está bien. Eso decimos los industriales, A mí me encantaría pagar un precio altísimo siempre que yo pueda trasladar ese precio que yo le pago al productor a góndola. Pero también hay una lógica del mercado que te acepta un determinado precio. Nosotros vimos el último trimestre del año pasado un freno al consumo porque un paquete llegó a 700 u 800 pesos en góndola.
-¿La yerba es como la carne vacuna no? El cliente te dice hasta acá pago.
-También tenemos que tener en cuenta que estamos compitiendo con otras infusiones, como el café, como el té.
Releyendo a saguier, para los industariales yerbateros, entonces, el precio del INYM es un poco alto y achancha toda la productividad de la cadena. Por otro lado, existe un consumidor que a las yerbateras les pone un techo cuando la yerba les comienza a parecer cara. Elos, los industriales, quedan en el medio.
“Nosotros ahí tenemos una situación en donde estamos como el jamón del sándwich, ahí en el medio. Por un lado, el gobierno y el consumidor te ponen un límite al precio del producto y por otro lado, el INYM fija un precio alto por el producto”, insiste Saguier.
-¿Y por qué no se discute cuál es el rol del INYM y si la intervención después de 20 años fue efectiva o no?
-No quieren debatir. Imaginate que no quisieron debatir la Resolución 170, menos estas cosas. No se debaten, no se quieren debatir si es útil o no es útil el INYM. Si hay que redefinir su rol.
-¿Imagino que ustedes están a favor de revisar los objetivos?
-Claro, especialmente porque todos queremos vender más yerba mate, pero ¿estamos poniendo toda nuestra creatividad y nuestro esfuerzo para vender más yerba mate en el mundo o solamente nos fijamos acá en el mercado interno?
-Si yo miro la Carta Orgánica del INYM seguramente me diga que hay una silla reservada para los molineros en la conducción. ¿Entocnes por qué no se debaten estas cosas?
-Es simple: ahí no estamos solamente los industriales sino que están los productores, están las cooperativas, están los secaderos, están los trabajadores rurales, está la provincia de Misiones, está la provincia de Corrientes, o sea, somos varios y el único que no está representado, que para mí es el más importante, es el consumidor. Nosotors somos una minoría, aunque las minorías igual deben ser escuchadas. Vuelvo a reiterar, no se nos permite el debate y los temas importantes se nos esconden. Nos dicen “vamos a votar” y se vota y listo. Es así.
Brasil, gracias a Uruguay, le ganó una partida clave a la Argentina en la “guerra de la yerba mate”
-¿Debe haber, me imagino, alguna intervención de la política nacional y provincial?
-Totalmente. Eso está a la vista. Basta ver el resultado. Y entonces no se dejan discutir objetivos. ¿Hacia dónde vamos? ¿Queremos ser exportadores? ¿Cómo reconquistamos el mercado de Uruguay? ¿Consolidamos Siria o Paraguay crece y nos compite? ¿Ccómo produce más un yerbal? Como cualquier sector, el de la yerba puede tener problemas, pero dejamos tener esa mirada hacia afuera: Y hoy el mundo está demandando un producto como el nuestro, que es natural, aporta un montón de minerales, vitaminas, antioxidantes.
-¿Qué te gustaría finalmente que pase con el INYM? ¿Hay que eliminarlo?
–Hay que redefinirlo. Yo creo que debería ser un instrumento importante para aportar estadísticas y para promoción del producto, como lo puede ser el Instituto de la Carne o el Instituto del Vino.
En este país siempre se hace bacheo, nunca vamos a la raíz del problema y es mejor abrir nuevas oficinas para dar trabajo a ñoquis que hacer las cosas bien.
El límite de plantaciones se puso para proteger a los pequeños productores y la economía regional de provincias como misiones. Si permitís que las marias meta 10000 hectáreas de yerba que pensas que va a pasar con el precio, y que va a pasar con las familias que tienen y viven de 5 o 10 hectáreas de yerba?
Bueno, pero entonces pongan un precio fijo en dólares para la hoja verde y canchada, y saquen una ley por la que se obligue a los secaderos a comprar toda la producción , porque sino el perjudicado es el pequeño productor. Y los molinos a su vez tienen que comprar toda la canchada, y si les sobra es problema de ellos. Este señor quiere quitar los límites porque los grandes productores, que tienen miles de hectáreas pretenden acaparar todo, tal vez sea uno de ellos o tenga beneficios dw parte de éstos