La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), que agrupa a un centenar de sociedades rurales de esas dos provincias, tomó de muy mal modo el nuevo cepo a las exportaciones de maíz anunciado en las últimas horas por el gobierno.
A partir de ahora, consideró la entidad en un comunicado, se habilita algo así como “la temporada de pesca en la pileta”, pues las grandes cerealeras se retirarán del mercado y los productores que conservan maíz en su poder quedarán a merced solamente de los sectores que utilizan ese grano dentro del país, especialmente para la producción de carnes.
“Carbap manifiesta una vez más su rechazo a cualquier forma de intervención en los mercados. Desde el Estado Nacional y desde la cadena se han realizado ‘acuerdos tácitos’ de comercialización que impiden la normal puja por los productos y como consecuencia el productor obtiene un menor precio que el que debería recibir finalmente”, apuntó el comunicado, que como es usual contiene una posición mucho más dura con la medida del gobierno que la de la propia Mesa de Enlace.
“La prosecución de los acuerdos tácitos en la cadena para limitar o autorregular con cuotas las exportaciones, tal como ha quedado explicitado, es percibida por los productores como un accionar perjuicioso de la cadena y del Gobierno, que solo conlleva a seguir pescando en la pecera”, se añadió.
El gobierno, a través de un ardid legal que consiste en manejar los registros de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE), exigirá a quienes quieran anotar exportaciones de maíz 2020/21 que tengan acreditada la compra de la mercadería, que ya hayan contratado el barco y que además realicen el embarque dentro de los 30 días. Son tantos los condimentos que estas exigencias actúan un virtual freno a nuevas exportaciones.
Preguntas incómodas ¿Por qué para el maíz sí pero para el trigo no?
El argumento oficial es que las cerealeras (en especial 9 empresas) han acabado ya con el saldo exportable definido como adecuado para esta campaña, que es de 38,5 millones de toneladas. Desde Maizar, la entidad de la cadena del maíz, se argumenta que los números son más amplios y que hay maíz suficiente como para no tener que intervenir en el mercado.
“Desde CARBAP nos preguntamos cual es el temor para restringir o cerrar las exportaciones de maíz con una producción de 60 millones de toneladas de maíz. Jamás faltara maíz en la Argentina”, afirman los ruralistas pampeanos, suscribiendo esta posición.
Para esta entidad, en realidad, esta “administración con inteligencia de los saldos exportables” por parte del Estado, “no es más que seguir decidiendo discrecionalmente quien gana y quien pierde en la cadena, de acuerdo a su poder de lobby y de persuasión”.