Libertad Mascarini es docente de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) en floricultura y desde hace un tiempo ha decidido volcarse hacia la agroecología. Es ingeniera agrónoma y no esconde que a lo largo de su vida académica enseño todos los defensivos químicos para mantener a las flores libres de plagas y hongos.
“La floricultura que yo enseñé es una de las producciones que más insumos químicos consume. Pasa todo dentro de un invernáculo, pero la contaminación de las napas, el ambiente y de los trabajadores allí dentro es muy riesgosa. Es por eso que desde hace un tiempo muchos empezamos a reflexionar sobre el tema”, dijo Mascarini a Bichos de Campo.
Actualmente trabaja en un proyecto de investigación financiado por la UBA sobre floricultura con enfoque agroecológico. “Es muy importante que en esta cuna del saber, y de los agronegocios, esté pasando esto. Porque las respuestas a lo que estamos haciendo muchos agrónomos está trayendo muchos problemas al país, el ambiente y su gente”, dijo Libertad.
Aquí la entrevista completa realizada en la FAUBA:
Para Mascarini el modelo de agronegocios vigente desde hace veinte años en el país no fue discutido debidamente. “Un modelo de muchos insumos, en donde la rentabilidad se saca a partir del fertilizante y que no respeta fronteras agropecuarias”, lo cataloga ella, que además trabaja con comunidades Qom en Formosa.
“No podemos imponer el monocultivo de soja o maíz único para todos lados, cuando todos los sitios son tan diferentes”, destaca en base a esta y otras experiencias.
“Hoy agroexportamos grandes cosechas y sin embargo la pobreza es récord. ¿Entonces cuál es el modelo? La agroecología contiene y prioriza el auto-sostenimiento del país. Después si sobra exportemos, pero viendo también a qué costos, porque eso implica llevar agua, energía y mano de obra”, opinó Mascarini.
Mascarini asume que el Estado debe tomar partido y formular políticas en tal sentido. Según su mirada, este grupo de productores “tienen que dejar de ser los hippies de la agricultura para pasar a ser productores agroecológicos, junto a académicos que recojan todos los saberes ancestrales que existen para sistematizar prácticas. Saber bien qué distancia debe haber de un cordón biológico a otro, qué insectos benéficos, etc. Todo con ensayos y estudio”, explicó.