El Ministerio de Agricultura sigue sin nombrar al responsable de la Dirección Nacional Láctea, por lo cual bien podría pensarse que la política oficial para el sector hace casi seis meses que anda al garete, sin rumbo fijo, sin timonel. Por fortuna los técnicos del organismo todavía se las ingenian para publicar con rapidez las estadísticas sobre la evolución de esta cadena de valor.
Gracias a esos datos se sabe que en el primer cuatrimestre del año hubo un incremento del 8% en la oferta de leche de parte de los tambos. Y como suele pasar cuando hay más disponibilidad de un producto, sobre todo frente a una demanda que a la vez tiene menos poder de fuego, el que paga es el productor. Ayuda que no se cuente con un mercado que regule las fuerzas de la oferta y la demanda de modo más equilibrado y transparente.
El consultor Marcos Snyder, de todos modos, cree que el crecimiento que muestra la estadística oficial podría no ser genuino sino más bien reflejar un blanqueo de la leche que antes terminaba en las pizzerías en forma de masa de mozzarela. De una forma u otra, las industrias de medianas a grandes se encontraron con una mayor ofertas de leche cruda y eso deprimió los valores al tambero.
El precio promedio de abril fue de 18,22 pesos por litro, prácticamente el mismo que en marzo. Esto da cuenta de que no se dio, al menos en forma masiva, la caída de precios que algunos productores temían y que quedó circunscripta a algunas pymes lácteas que atienden a restaurantes y pizzerías. Pero tampoco hubo una suba de precios que acompañe la inflación, como viene sucediendo en los últimos meses.
En rigor, la suba interanual de la leche fue de 37%, lo que implica una caída significativa respecto de la inflación acumulada que ronda el 55%. La materia prima también pierde terreno contra insumos como por caso el maíz, que aumentaron 40/45% respecto de abril del año pasado.
Eso indica en definitiva una caída en términos reales del ingreso del productor, que en abril de este año era de 27 centavos de dólar por litro, cuando en el mismo mes de 2019 fue de 30 centavos. La baja en este caso fue de 10%.
Con respecto al precio que perciben los tamberos, Snyder consideró que la industria seguirá recibiendo la mercadería, pero cree que intentará mantener el precio en torno a los 18 pesos, lo que significaría licuación del costo de su insumo y reducción del ingreso del productor.
Escuchá el análisis de Marcos Snyder:
Por su parte, la industria también acusa dificultades, al menos según los datos que hay que computan lo que sucedió hasta el arranque de la cuarentena. De eso dimos cuenta semanas atrás, cuando contamos las dificultades que enfrentaban las pymes del rubro.
Esa situación se refleja en las estadísticas oficiales de venta al mercado interno. Hubo caídas en la colocación de quesos del 1% en el acumulado de enero y marzo. Lo mismo pasó con la venta de otros productos con valor agregado, que se redujo 5%. Snyder cree que esa tendencia se habría modificado en abril, porque durante el encierro creció la demanda, al menos de ciertos sectores sociales, por productos como dulce de leche o quesos.
Mientras caída la venta de productos con valor agregado, venía creciendo la colocación de leches fluidas y en polvo en parte por las mayores compras del Estado para la cobertura de planes sociales y en parte porque la demanda interna, con el bolsillo recortado, se concentró en los productos básicos y cuyo precio por unidad es menor.