La falta de rentabilidad y de expectativas de mediano o largo plazo, en una economía por demás inestable y con políticas poco favorables para el sector, potenciaron la salida de productores de la actividad lechera y la concentración en establecimientos cada vez más grandes.
Los productores de leche que lograron y decidieron permanecer en la actividad están teniendo su revancha este año, ya que los resultados económicos están siendo buenos en términos históricos.
“El margen promedio para el mes de agosto del 2024 fue 0,316 dólares por litro de leche. Este margen es un 0,3% inferior al del mes anterior y un 65% superior respecto al de igual mes del año anterior. Además, está 60,4% por encima del promedio”, indicó un informe publicado por el OCLA (Observatorio de la Cadena Láctea).
Ese margen surge de restar del precio de la leche los gastos de alimentación y el costo de oportunidad de la tierra.
En agosto pasado, el precio promedio por litro percibido por los productores fue de 418 pesos por litro. Con un litro de leche se pueden comprar actualmente 2,5 kilos de maíz y 1,5 kilos de soja. Esas relaciones son muy favorable para los lecheros.
La mala noticia para los tambos se las está dando el clima. El año pasado la seca les pegó fuerte a mucho y este año la falta de precipitaciones sigue complicando a vastas cuencas lecheras, que entonces obtienen menores niveles de productividad.
Por la falta de lluvias en el año la oferta de leche cayó 10% y se espera que al cierre de 2024 la producción termine entre 4% y 6% abajo del año pasado. Esto también ayuda a que el precio mejore y en este contexto de bajo valores de los granos el margen se mantenga.
Vale destacar que la mayor parte de la caída se registra en las dos principales cuencas lecheras, Cordoba y Santa Fe, que por la falta de agua registran una diminución en la producción de 12% respecto del período enero/agosto del año pasado.