Entre enero y julio de este año se produjeron 4.500 millones de litros de leche en la Argentina, lo que significa una caída interanual de nada menos que 12,6% según las estadísticas que publicó el Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA).
Esa reducción en la oferta se achicó a 4% en julio respecto del mismo mes del 2023, gracias a la mejora en las condiciones productivas de algunas cuencas. Este proceso de recomposición se vio favorecido por los bajos precios de los granos, que permitieron dar de comer mejor a las vacas y que estas recuperaren estado físico y productividad.
En efecto, la relación entre el precio de la leche -que en promedio ronda los 400 pesos por litro- permite comprar 2,7 kilos de maíz y 1,4 kilos de soja. En ambos casos hay una mejora del 28% respecto de las relaciones que tenía el sector el año pasado.
El problema radica en que se está produciendo mucha menos cantidad y entonces los números no dan para los tamberos que sufren hoy los impactos de los meses de seca de 2023 y que se enfrentan a meses en los cuales las precipitaciones parece que no abundarán.
Hay regiones, como es el caso de las cuencas de Córdoba y Santa Fe, donde la productividad de los rodeos sigue siendo baja y lo que se viene no augura una mejora de la situación. Los pronósticos climáticos dan cuenta de que vamos hacia meses con lluvias por debajo de los promedios, lo que afectaría a la oferta forrajera.
En este contexto, desde el OCLA dijeron que la producción total del país cerraría en baja al cabo de 2024. Caería cerca del 6%, aunque podría ser peor dependiendo de la evolución del clima.
La caída en la disponibilidad de mercadería además se ve dañada por una consumo interno muy castigado, que según los datos relevados por el OCLA este año se redujo 16%. Solo las exportaciones traccionan algo sobre el negocio, pero los precios no son los mejores.
Desde el Observatorio indicaron: “Se viene desacelerando la caída de la producción, las exportaciones desde el pico de febrero vienen cayendo en los últimos 4 meses, y los stocks frenan su caída. Por lo tanto, el consumo total, calculado en el Balance por diferencia, toca niveles de caída nunca antes observados”. El único consuelo es que “en los últimos dos meses se comienza a ver una tenue recuperación en las ventas al consumo”.