En la última edición de Expoagro, realizada durante los primeros días de marzo de este año, se pudo ver de primera mano la magnitud del desarrollo de nuevas herramientas para la producción agropecuaria, donde la inteligencia artificial llega a ofrecer soluciones que buscan facilitar muchas de las tareas que se hacen.
Como la adopción de tecnología y la avidez por ella que existe en el sector agropecuario argentino no se detiene, quienes se acercaron a la carpa Agtech que funcionó desde el 5 de marzo en la exposición que se realizó en San Nicolás, pudieron observar y conocer algunas de estas nuevas herramientas.
Ya son conocidas en el sector las ayudas financieras como billeteras virtuales, las innovaciones digitales en recolección de datos a cosecha, herramientas con inteligencia artificial para la seguridad y medición de datos humanos y animales, la incorporación lenta pero firme del “internet de las cosas”, entre otras.
Como parte de este abanico de innovaciones, una empresa de jóvenes emprendedores argentinos decidió acercarse al campo y establecer una nueva herramienta con inteligencia artificial para el uso rural: Quebrachal es una herramienta desarrollada Integra Labs, capaz de brindar muchísima información geográfica de un territorio delimitado, con el fin de saber que fue de la historia y la vida de esa región a estudiar, y tener información fehaciente, respecto a las actividades productivas que allí se hicieron, o su descripción de ambiente.
Quebrachal llega en un momento justo del debate respecto de las regulaciones que Europa dispone para el ingreso de alimentos y materias primas al continente, puesto que con la promulgación de la regulación 2023/1115, la Unión Europea (UE) busca que una serie de productos importados en los países del bloque no provengan de zonas deforestadas.
Para Argentina, esto es clave porque entre estos productos se destacan los que derivan del ganado bovino y de la soja, bienes fundamentales para las exportaciones argentinas.
De esa necesidad, un grupo de jóvenes fundaron una empresa de tecnología, y a partir de ahí, esta herramienta. Para Pedro Terrado, gerente general de Integra Labs, Quebrachal es un motor de sustentabilidad, que lo que hace es analizar de manera rápida y eficiente un campo, y poder certificar si es sustentable o no. “Desarrollamos una inteligencia artificial que lo que hace es detectar si un campo tuvo deforestación, tuvo un humedal, una pastura natural o no. La plataforma nuestra te permite en pocos segundos poder hacer ese análisis, validarlo, y ver si cumple la normativa internacional”, explica Terrado a Bichos de Campo.
“Es un desarrollo propio que hicimos, tuvimos casi un año y medio o dos trabajando en esto. Lo que hace es (Quebrachal), con distintos índices de reflexión y bases de datos, puede de manera automática, identificar cambios que hay en los campos. En un polígono o en un píxel de 30 metros, podemos identificar si tuvo o no un cambio de un bosque a ser deforestado”, grafica el joven emprendedor.
Mirá la entrevista completa con Pedro Terrado:
Si bien esta inteligencia artificial tiene su fuerte en el análisis de territorios para certificar exportaciones, no es el único, puesto que según afirma Terrado, hay diversos usos y certificaciones, y no necesariamente tienen que ser extranjeros: “Hoy lo más fuerte que tenemos es todo el análisis de deforestación. Después tenemos también todo lo que son pasturas naturales, humedales, potencialidad también de humedad, permanencia de agua un cierto tiempo en un campo. También cumplir con las leyes locales, ordenamiento territorial, como la ley nuestra de bosques, que el campo cumpla con todos esos requisitos. Tenemos también todo lo que son pastizales naturales y zonas protegidas. También es un tema muy importante que tenemos que cumplir, que un campo no entre dentro de una zona protegida y no haya sido deforestado o algo en una zona que no puede estar”, añade.
“Nosotros podemos identificar casi 20, 30 años para atrás, hasta la semana pasada o dos semanas para atrás. El índice de la inteligencia que desarrollamos nos permite ponernos en la actualidad casi”, agrega uno de los fundadores de la empresa.
Como tanto la regulación que exige la Comunidad Europea para el ingreso de alimentos, como el desarrollo de las tecnologías con inteligencia artificial son nuevos, le preguntamos al emprendedor de qué forma técnica se da esto, a lo que describe: “Lo que nosotros hacemos es, usamos bases de datos públicas, y distintos tipos de imágenes, las unificamos todas y el algoritmo va identificando los cambios que van pasando en todas esas imágenes. Cada imagen genera un dato, entonces tenemos una capacidad de analizar miles y miles de imágenes en pocos segundos con este algoritmo, y de esa manera el algoritmo va detectando cada pixel, gracias a la imagen digital, y ver si ese pixel tuvo un cambio en su territorio, si tuvo un cambio de un bosque a no tener bosque”.
– ¿A quién está dirigido Quebrachal? ¿Quiénes son sus clientes?
– Hoy nuestro cliente principal son las empresas. Es una plataforma B2B, donde apuntamos a grandes exportadores, como por ejemplo Cofco, Viterra, ese tipo de empresas. También tenemos clientes más del lado alimenticio, como por ejemplo Unilever, PepsiCo, Nestlé, que tienen que validar que sus ingredientes, con los que hace por ejemplo Unilever su mayonesa, esté libre de deforestación. Entonces le analizamos un paquete de casi 300, 400 polígonos, que ellos usan después para hacer la producción de la mayonesa de su producto.
– Este desarrollo llega justo en el debate de las exigencias europeas para el ingreso de alimentos…
– Si, ahora para el 2025, todos los derivados de soja, cualquier producto que tenga como ingrediente o como materia prima la soja, tiene que ser libre de deforestación. Entonces estamos trabajando muy fuerte con este motor para poder dar esa solución a todas las empresas que van a empezar a cumplir con esta normativa.
– ¿Cómo surgió la idea?
– Arrancó todo principalmente por uno de los clientes, Unilever, que nos pedía que dentro de su análisis necesitaba hacer sustentabilidad. Ahí empezamos a averiguar con ellos qué estaban haciendo, vimos que había en el mercado una oportunidad, porque no había nadie haciendo esto de manera automatizada. Normalmente las empresas que estaban haciendo este tipo de análisis lo hacían por una persona, que analizaba las 200 imágenes del pasado y tardaban días en responderte los certificados, el análisis. Dijimos, che, no podemos esperar una semana, 10 días para tener un análisis de un campo. Tiene que ser rápido. Y ahí investigando, nos fuimos encontrando con gente que estaba desarrollando esto como inteligencia artificial, pero apuntado a otro tipo de cosas. Dijimos, hay que desarrollarlo propio, y ahí armamos el equipo con la gente de tecnología. Somos 8 personas, de las cuales 6 son de este equipo 100% técnico, desarrolladores y expertos en tecnología espacial. Y ahí estuvimos trabajando casi un año y medio en este producto.