Ignacio Iriarte es un consultor ganadero de fuste, con años de trayectoria analizando lo que acontece en los mercados y comportamientos de los operadores de la cadena. Bichos de Campo lo consultó para conocer su visión de lo que puede pasar en el próximo año, basado en el actual contexto apremiante de la actividad pecuaria.
Iriarte mira hacia el futuro con un ojo puesto en China, ya que cree que las noticias que lleguen de Asia impactan sin filtro en nuestro país. “Sin China, el rey queda desnudo”, afirma.
¿Por qué usa Iriarte esta paráfrasis? Porque en los últimos 4 años Argentina pasó de exportar el 15 o 20% de su producción de carne vacuna, en un ciclo de bajos precios, a exportar el 25 o 30% de su producción, con precios claramente superiores a los que puede pagar el mercado interno.
Sobre esto, el analista explica: “Al mercado interno le hemos agregado un comprador impensado que son los chinos, que sin que nadie los interfiera son capaces de llevarse el 25% de toda la producción argentina. La crisis con China es de precios más que de volumen. Vemos que las exportaciones a China siguen siendo muy altas, que los datos de noviembre muestran que se importaron 250 mil toneladas, apenas por debajo del récord histórico. Está a la vista que China ha bajado entre un 30 o 40% los impuestos a pagar, lo que cambia el atractivo y la capacidad de presionar sobre los precios de la hacienda localmente”.
De esta forma, se conforma el equilibrio pocas veces logrado en nuestro país, ya que lo que haga o deje de hacer el país de Asia confluye indefectiblemente en problemas fronteras adentro: “Hoy, del lado de la oferta, existe un mercado climático que está completamente pendiente que se corte esta sequía y pase lo que tiene que pasar, que es que luego de una sequía tan drástica, se produzca una caída de la oferta, tanto el gordo como la invernada. Por el lado de la demanda, lo que se puede esperar del mercado interno es poco y nada. No hay manera de medirlo, pero es posible que el consumo interno esté mostrando su peor versión en 20 o 30 años, ya que no reacciona ni con el precio congelado hace meses”.
En ese sentido se desprende lo que anticipaba Iriarte, ya que asegura que el modelo argentino de mediano y largo plazo “es sin ninguna duda de exportación; Es imposible que una ganadería del tamaño de la argentina salga adelante vendiendo la carne a consumidores que ganan en promedio 300 dólares”.
El otro dato a tomar en cuenta es que las exportaciones de los tres grandes del Mercosur, que proveen el 70% de lo que importa China (Argentina, Brasil y Uruguay), no están en los niveles más altos, pero siguen siendo muy altas. “Brasil llegó a exportar 133 mil toneladas, luego bajó hasta 94 mil, pero sigue siendo enorme. Argentina tuvo picos de 50 mil y hoy está en 44 mil”.
Para Iriarte entra a jugar un papel importante el Covid-19. Durante los últimos meses llegan noticias de los confinamientos muy estrictos a la población para intentar frenar la difusión del virus, lo que hizo caer un poco la demanda de carne, y como explica el analista, los valores. Es conocido que en aquel país la carne raramente se cocine en casas sino que el consumo se da en las calles, de diferentes formas.
A esto Ignacio le asigna un rol importante: “China decide convivir con el virus, entonces todas las esperanzas que nos habíamos hecho sobre las flexibilizaciones de las medidas sanitarias se fueron. Lo que está pasando en estas horas, es que colapsó el sistema sanitario chino. Sin China, el mercado de Argentina es aburrido, con precios mediocres, que con este nivel de inflación y el atraso en el tipo de cambio, hace que la influencia sea muy baja”.
Tanto el poder de compra de China, como las escasas o nulas lluvias en las pampas productoras de ganado de nuestro país, sumado a la retracción de precios del consumo interno, están por estos días haciendo que la actividad se encuentre en un contexto de mucha incertidumbre.
“Todos estamos esperando caída de la faena si vuelve a llover de forma abundante, generalizada y sostenida. El stock de pasto y de reservas es nulo. Entre el 50 y el 60% del stock ganadero está en condiciones muy difíciles. Hay un tercio del stock ganadero argentino que está en zonas al borde del desastre, como otro 30% que ya está en el desastre hace rato. Si es verdad lo que nos dicen los pronósticos, que esto no se corta hasta mediados de febrero, va a dejar una huella muy importante en la ganadería argentina. Por eso, debemos confiar en lo que venga de China”, analiza Ignacio Iriarte, durante el diálogo con Bichos de Campo.