Según una encuesta realizada por AACREA (la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) entre 1.500 de sus socios distribuidos por todo el país, el 52% de los productores confiesa estar peor que el año pasado y cree que el país también lo está. Pero existe un contrastante optimismo o menor temor por lo que viene, ya que el 45% supone que el año que viene estará mejor y el 41 % piensa que estará por lo menos igual.
La encuesta entre productores y técnicos de los Grupos CREA está llena de contrastes, porque a la vez de un cierto optimismo por lo que vendrá, el 70% dice que no invertirá en bienes de capital. La explicación es que los productores andan con la billetera flaca, por la última magra campaña marcada por la sequía de los primeros meses del año, que afectó feo la cosecha gruesa en muchas zonas.
En cuanto al financiamiento que necesita el sector, las necesidades siguen siendo altas pero han virado; hoy es más importante el financiamiento comercial (de insumos, en agronomías) que bancario. Y varía la necesidad según la afectación climática sufrida en la campaña pasada. Como se puede ver en el siguiente mapa, Entre Ríos y el norte de Santa Fe, dos de las regiones más afectadas por la sequía, son los que mayor porcentaje necesitan de financiamiento para encarar la nueva campaña.
Bichos de Campo dialogó con el líder de investigación y desarrollo del movimiento CREA, Federico Bert, quien señaló que el optimismo en muchos productores está dado porque ven una cosecha fina buena -excepto los que sufrieron heladas o granizo- y hay un buen pronóstico para la gruesa. “Hay una apuesta fuerte”, dijo de cara a lo que viene.
Aquí la entrevista completa con el técnico de AACREA:
Bert se encargó de marcar la situación de los productores lecheros. “Sabemos que no están bien”, empezó.
“Los números indican que su deuda, expresada en días de facturación, alcanza en promedio los 52 días (la cifra más elevada de los últimos cuatro años) versus 41 días un año atrás. Y hay un 28% de productores cuya deuda equivale a más de 60 días de facturación, valor que casi duplica al promedio de los últimos dos años”, remarcó.
“Las situaciones tan disimiles aquí tienen que ver con la muñeca en la gestión de los procesos del tambo, que es una actividad más compleja que otras”, finalizó Bert.