-Hola, una pregunta. ¿Qué sucedió con la carne para Israel? No figura en el decreto. ¿Estará dentro o fuera de los cupos de exportación?
-Buen día. Consulto y te aviso. Me pareció escuchar que está en los cupos. Pero voy a averiguar.
Este diálogo entre un periodista de Bichos de Campo y un vocero del gobierno se produjo el miércoles bien temprano, pero finalmente no hubo respuesta. Ya se conocía el texto del decreto que volvía a habilitar las exportaciones de carne -aunque con cupos y cortes prohibidos-, pero era evidente que haría falta una serie de normas complementarias adicionales para responder las preguntas más elementales de los exportadores.
Por ejemplo, todavía no se sabía si la carne certificada kosher que se prepara para ser enviada a Israel, y para la cual muchos frigoríficos habían seguido faenando para no desaprovechar la presencia de los rabinos en el país, podía ser exportada en los volúmenes normales o también debía ser sometida a los recortes del 50% que ya rigen para el resto de los mercados.
La embajadora de Israel, segundo mercado de la Argentina en importancia detrás de China, ya había mostrado señales de molestia por el cierre total de los envíos en mayo pasado. “No puede ser que cada vez que le da ganas a la Argentina, Israel se queda sin carne”, había dicho Galit Ronen, Por eso, antes de esta reapertura desde varios despachos oficiales deslizaron que ese país quedaría afuera de los nuevos cupos de exportación limitadas al 50%. Pero el decreto presidencial finalmente no decía nada en concreto. ¿Se olvidaron?
Es que el artículo 5° de la norma se habla de excepciones, pero solamente de los “contingentes arancelarios otorgados por terceros países”. No es el caso de la carne exportada hacia Israel, donde no hay un acuerdo en el que haya intervenido ambos gobiernos, como sí sucede en el caso de cuotas como la Hilton, la 481 y las 20 mil toneladas que se pueden exportar a Estados Unidos pagando menos impuestos. Con Israel no hay nada de ese estilo, y por eso las dudas entre los operadores ayer se multiplicaban.
¿Israel tendrá cupos o no los tendrá? La pregunta queda hasta ahora sin responder, porque no se ha publicado todavía ninguna normativa complementaria al decreto. Gobierno de improvisados. Los funcionarios nacionales tuvieron un mes entero de veda exportadora como para preparar esta salida de manera ordenada, pero es evidente que no lo hicieron. Matías Kulfas y Paula Español llevan la voz cantante, y por lo visto no han estado consultando a los técnicos del Ministerio de Agricultura que saben de este asunto.
Bichos de Campo informó anoche sobre otro intríngulis que no ha sido resuelto por el gobierno y que tiene en vilo a muchos exportadores: ¿Sobre qué base se aplicarán los recortes obligatorios del 50% en los embarques de carne? Se sabe, porque lo dice el decreto, que habrá que calcular la mitad de los promedios exportados por cada empresa en el segundo semestre de 2020. ¿Pero quiénes son los operadores? Porque si se calcula por planta de faena, los frigoríficos acumularán en su cuenta embarques que no le corresponde, pues los han realizado como servicio a un tercer exportador sin planta. Por eso, desde un sector de exportadores piden que este recorte se aplique en función de los CUIT involucrados en cada una de las exportaciones.
Tampoco se sabía.
Hay más dudas, y quizás hasta más graves. ¿Cómo se va a controlar que no se exporten los siete cortes de consumo popular que tienen prohibida su salida al exterior? ¿Bastará con la Declaración Jurada de Exportaciones de Carnes (DJEC) que genera la Aduana ante cada permiso de embarque? ¿O habrá funcionarios delegados en cada planta de faena, para certificar que los contenedores sean armados sin presencia de esos cortes? Porque son cortes, que no están identificados particularmente en ninguna posición arancelaria.
La falta de precisiones para aplicar esta regla novedosa (la prohibición por cortes) daba pie a todo tipo de sospechas sobre los parámetros de discrecionalidad que podría utilizar el gobierno para aprobar o desautorizar los embarques por vía de los DJEC, como ya se hizo desde la ex ONCCA y Comercio Interior en tiempos de Ricardo Echegaray y Guillermo Moreno.
Hasta ahora, las “latas” que iban a China, Israel o Chile llevaban un mix de cortes, que podía incluir a alguno de estos siete prohibidos. En la suma, esos siete cortes representan el 24% del peso total de una media res. Lo que se hacía en los frigoríficos usualmente era armar pallets con cada uno de los cortes, para luego cargar los contenedores con varios pallets, según los requerimientos de cada cliente.
Los siete cortes prohibidos para la exportación representan 24% del total de una media res
En la lista de los siete cortes prohibidos también se notan muchas inconsistencias: nadie sabe quién la armó.
Allí figura el vacío, que usualmente no era exportado aunque a veces pudiera ser incorporado a algún cargamento para Estados Unidos, que entonces quedaría a salvo de los recortes.
El asado, siempre que no encontrara destino en el mercado doméstico o que provenga de una vaca vieja, podía formar parte de alguna carga para China.
El matambre casi no tenía salida exportadora y, como bien explica Carlos Federico Kohn, tampoco es considerado un corte de consumo popular porque requiere de un alto gasto de energía para cocinarlo.
La falda, que corresponde al esternón, obtenía un buen precio en China, pero ahora será seguramente destinado al mercado doméstico para simular que es asado: en realidad es un corte tan grasosos que muy pocos quieren y muchas veces se utiliza para la industria del rendering: la producción de sebo.
La tapa de asado solía formar parte de los cortes que se exportaban a Chile, en un mix. Allá, detrás de la cordillera, es muy valorado y tiene nombre propio: Sobrecostilla.
La cuadrada es uno de los cortes más cotizados en el mercado doméstico para la factura de milanesas, pues tiene tanta calidad como el peceto. No es, claramente, un consumo de las clases bajas sino de las clases medias acomodadas. No se exportaba mucho, salvo como parte del mix de cortes vacunos de calidad que conforman la Cuota Hilton.
Finalmente, nadie entiende mucho por qué incluyó el gobierno en la lista de prohibidos la paleta, que es un corte muy demandado en las cargas que se preparan para Israel y China.
Así las cosas, cuando se resuelva finalmente si se podrá exportar carne vacuna a Israel sin restricciones, habrá que ver cómo hacen los exportadores para completar los contenedores sin poder recurrir a la paleta.