Hace poco se dio a conocer, mediante un decreto, que se eliminarán los derechos de exportación al cuero, aunque sólo por 60 días. Se supone que la medida debería permitir que las plantas de faena de bovinps puedan exportar cueros salados o sin curtir, y desagotar así el stock que acumularon durante tantos meses. Con esta fórmula, el gobierno de Alberto Fernández tomó una medida que va en el mismo sentido de otro decreto semejante de Mauricio Macri, que había sido derogado por esta administración.
“Hace más de cuatro años que peleé a brazo partido para que el ex presidente Macri firmara este decreto. Bueno, finalmente fue el último decreto que firmó, y por consiguiente sabíamos por olfato sociopolítico y económico, y por presiones del sector curtidor, que iba a ser el primer decreto derogado por el actual presidente Alberto Fernández. Así fue”, recordó Franco Brunetti, dueño del frigorífico homónimo en Salta.
“Lo que dolió es que antes de derogar el decreto, Alberto no haya consultado a todos los sectores, y tampoco fundamentó por qué lo hizo. Es decir, lo que argumentó en realidad fue muy light. La refutamos y estamos peleando por eso”, agregó Brunetti a Bichos de Campo..
El empresario criticó el poder de lobby que mantienen las curtiembres, y resaltó que “la industria, la producción y Doña Rosa seguimos pagando un subsidio encubierto a la mafia curtidora que nos tiene sojuzgados desde hace 48 años”.
Escuchá la entrevista completa realizada a Franco Brunetti:
El empresario contó que el viernes pasado la Mesa de Ganados y Carnes, con la firma de las 38 cámaras que la integran, enviaron una carta al presidente y a varios ministros, entre ellos el de Agricultura, Luis Basterra, para expresarles que por un lado celebraban la medida de la suspensión de las retenciones que traban las exportaciones de cueros sin curtir, pero también lamentaron que sea sólo por 60 días.
“Imaginate que con un mercado de cueros deprimido, y con esta pandemia, no vas a generar nunca un negocio con proyección de futuro” en ese plazo de tiempo, se lamentó el empresario.
En estos meses de demora, entre la medida derogada de Macri y la que ahora se pone en marcha, muchas curtiembres se habían retirado del mercado y dejaron de comprar los cueros a los frigoríficos. “Hasta tuvimos que pagar los fletes para mandar los cueros a destino”, declaró Brunetti, en alusión a que las curtiembres ahora podrán exportar el cuero del que se hicieron a precio vil, y casi regalado por parte de los faenadores.
¿Es cierto que desde hace 48 años se remontan las diferencias entre frigoríficos y curtiembres? Brunetti respondió que todo arrancó en 1972, “cuando un decreto en tiempos del presidente de facto, Agustín Lanusse, prohibía las exportaciones de los cueros salados”.
“A partir de ahí la industria frigorífica quedó a merced de la industria curtidora, imponiendo esta última los precios, las condiciones, y estándares de calidad y residuos. Luego, en 1984, en tiempos de Alfonsín, le pedimos que elimine el decreto de la prohibición, nos lo concedió, pero luego tuvimos la mala suerte de caer la redacción del decreto final en manos de Roberto Lavagna, que era secretario de Industria, y tomó como referencia el cuero de Chicago, con valor en dólares, lo que hace imposible exportar los cueros, porque era mas caro exportarlos que vendérselo a las curtiembres”, completó.
¿Y qué es lo que está en juego? “El cuero siempre fue el recupero más importante que tuvo el frigorífico en su historia, o sea que hemos perdido el recurso más importante, y todo ese costo es trasladado a Doña Rosa” en los precios de la carne, explicó el empresario.
“Cuando falta hacienda, lo paga Doña Rosa, y cuando hay suficiente provisión de hacienda, eso lo paga el productor. Hay 45 millones de argentinos supeditados a 5 empresas que generaron un grupo cuasi mafioso en 48 años. Estamos todos a merced de ellos, y seguimos en esa circunstancia”, concluyó Brunetti.