Las principales bodegas de la Argentina apuestan a la venta de vino en lata para competir con la cerveza, una bebida que en los últimos años ganó más público -especialmente a partir de la difusión de la producción las producciones artesanales-, y las gaseosas. Lo hacen porque el consumo de vino ha caído a niveles históricamente muy bajos, de menos de 20 litros anuales por habitante.
Marcelo Federici es el protesorero de Fecovita y en diálogo con Bichos de Campo explicó que hay muchas bodegas trabajando en este desarrollo. Fecovita (la Federación de Cooperativas Vitivinícolas) no podía quedar afuera, ya que se trata de una de las tres mayores bodegas del país, reúne a más de 5.000 productores nucleados en 29 cooperativas de primer grado, y se abastece de la uva que se cosecha en más de 25.000 hectáreas de viñedos.
A fin del año pasado, esta cooperativa de cooperativas hizo el lanzamiento de su primera producción enlatada. Se trató de vinos blancos y rosados dulces y dulce gasificados, aunque cualquier variedad puede ser envasada y comercializada en lata. “Recientemente estuve en Estados Unidos y allí en el supermercado se encuentran vinos de baja y alta gama, como pueden ser los malbec y cabernet en lata”, contó Federico.
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Esa primera tanda de vino en lata se comercializó en centros vacacionales de Mendoza, Córdoba y de la costa bonaerense, y la aceptación fue muy buena según contó Federici. “Vendimos todo en un mes y medio y con pedidos de renovación de la mercadería lo que había proyectado para todo el año”, indicó el ejecutivo. Tras ese impulso inicial ahora el objetivo es vender vino en lata en poco tiempo más en los grandes centros urbanos.
El directivo de Fecovita (foto) explicó que “buscamos el concepto de ‘refrescancia’, de porción individual pero que también se puede compartir, al ser un envase de 300 centímetros cúbicos es más fácil de llevar y refrigerar. Queremos darle esa posibilidad de consumo desestructurado al joven. Apuntamos a la persona que se empieza a iniciar al consumo de vino”.
Además se pretende alcanzar a quienes tienen un consumo diario pero de poco volumen. Se pretende convencer a los que tiene un consumo diario u hogareño ocasional y en menor cantidad, de este modo se evita que la botella quede abierta y se desperdicie parte del contenido, lo que suele desalentar la compra de vino. Una primera reacción de las industrias del sector para contrarrestar esta situación quedó de manifiesto con la aparición en las góndolas de las botellas de 375 centímetros cúbicos. Ahora llegó el turno de las latas.
En la entrevista con Bichos de Campo, Federici se refirió a la cosecha de uvas 2020 y mostró preocupación por el resultado productivo y su impacto sobre los precios. “ Si bien recién estamos arrancando con la vendimia con las primeras variedades de uva, se nota una disminución de la producción debido a que por octubre hubo una helada tardía que en ese momento no se podía cuantificar”, indicó.
El referente de Fecovita explicó que el problema no es la calidad sino la cantidad. “Hicimos un relevamiento, tenemos viñedos en todos los oasis productivos de Mendoza y en promedio estamos entre 10 y 15% menos, lo que es un porcentaje importante porque para el productor significa menor ingreso en su producción”, advirtió.
“Creemos que eso podría significar una suba del precio, pero no podemos dejar que el precio se acomode solo por la menor producción porque igual seguimos teniendo importante oferta de vinos en el mercado y por lo tanto hay que seguir trabajando en su exportación para que no presionen en el mercado interno”, añadió.