La faena de bovinos sigue en niveles muy altos. En octubre pasado, según datos del Senasa, alcanzó a 1,216 millón de cabezas y fue entonces la más alta desde diciembre de 2009. ¿Es bueno? ¿Es malo? Es una situación para prestarle atención.
En diciembre de 2009, recordemos, estalló el globo que se había ido inflando de a poco los tres años anteriores, desde que en 2006 el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, pisó arbitrariamente los precios del ganado perjudicando a los ganaderos. Fue la mayor liquidación de stock vacuno que se recuerde en la historia reciente, con una pérdida del stock cercana a 10 millones de personas.
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Nadie dice que la situación sea parecida a aquella, pero hay que prestarle mucha atención. En octubre pasada se faenaron 1,216 millón de bovinos, la marca mensual más elevada desde que en diciembre de 2009 los frigoríficos recibieran 1,3 millón de animales. Ese es el dato.
Además, en la fajina industrial del mes pasado se destaca una alta presencia de hembras. El mes pasado entre vacas, vaquillonas y terneras sumaron 568.300 cabezas, lo que significó el 46,7% de la oferta total, superando el rango que va de 43% a 45% y que indica si el sector está dentro de una liquidación o no. Liquidación entendida como aquel proceso en que los productores descartan más madres de las que necesitan para mantener estable su rodeo.
En lo que va del año las hembras representan 45,4% de la faena nacional de ganado. En los últimos dos meses, de todos modos, la alta oferta que existía en la categoría “vacas” fue cediendo, pasaron los tactos y la faena algo mermó. La baja fue de 10% respecto de los niveles que se registraban en agosto. De todos modos la participación de vacas sigue siendo alta y en efecto es 20% mayor a la que se registró en octubre del año pasado.
En cambio creció el mes pasado la oferta de vaquillonas y terneras, dos categorías de fuerte presencia en los feedlots, que en este momento del año están en proceso de vaciado de corrales y con fuertes pérdidas económicas por los altos precios del alimento. La oferta de vaquillonas en octubre aumentó 21% y la de terneras 28% con respecto al mes anterior.
Para la cría (y para el tambo ni hablar) no fue un buen año. Eso se refleja en los diferentes modelos económicos que publica la Subsecretaría de Ganadería y de los que dimos cuenta en Bichos de Campo hace unos días. Muestras recortes importantes en la rentabilidad en los que todavía tienen resultados positivos.
También las estadísticas de la faena reflejan el poco interés que tienen hoy los criadores de bovinos para quedarse con las hembras y así incrementar los rodeos. La ganadería, y sobre todo la cría, “vive de expectativas”, sobre todo las de largo plazo. Son estas señales las que le faltan a una economía que vive el día a día, con tasas de interés por las nubes que dejan a los productores sin financiación, por lo que se termina recurriendo a la venta de los stocks para cubrir gastos y deudas.