La producción de leche se sigue concentrando y a un ritmo más rápido, como consecuencia del contexto macroeconómico y sectorial. La tendencia es clara y está instalada. Los productores que cuentan con recursos económicos invierten en mejorar las instalaciones y en la tecnología para sumar eficiencia. Pero el que no puede invertir se queda afuera.
Patios de comida, estabulación del rodeo, mejores y modernos sistemas de ordeñe son algunas de las mejoras en la infraestructura y en el manejo que llevan a que los más grandes (o los chicos y medianos más eficientes) tengan más participación en el negocio.
De acuerdo con las últimas estadísticas del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) hay cerca de 10 mil tambos en el país y el 4% de ellos, apenas 400 establecimientos, producen el 23% de la leche.
En la otra punta, los establecimientos más chicos que producen hasta 3.000 litros diarios y que suman el 71% del total, aportan solo el 30% de la leche.
Jorge Giraudo, director ejecutivo del OCLA, dijo que “la tendencia se va a profundizar y la concentración se va a acelerar en los próximas años debido a las condiciones económicas y a las políticas sectoriales que sufre el sector. Los problemas de rentabilidad y las medidas que viene implementando el gobierno complican más a los chicos”.
Giraudo agregó que en “la Argentina para mejorar en eficiencia productiva hay que invertir y para eso se requiere de financiación, que es lo que necesitan los tambos que no cuentan con recursos económicos propios suficientes”.
Para el referente del OCLA, en este contexto es difícil sobrevivir porque los costos de la actividad están dolarizados, el retraso cambiario implica inflación en dólares para luego terminar vendiendo el producto en pesos.
“La suba de costos implica mayor productividad, hay que lograr más litros por vaca y por hectárea”, indicó.
Eso se refleja en las estadísticas del rodeo tambero. En Argentina quedan 1,5 millones de vacas lecheras, 30% menos que hace unos 15 años, pero la producción es la misma, lo que indica más litros por animal.
El especialista dijo que además el sector se ve perjudicado por los derechos de exportación y los controles de precios, que restan ingresos a la cadena y perjudican el precio por litro pagado al productor. Debería ser de 4 o 5 centavos de dólar por litro superiores al actual para que la inversión tenga la recompensa necesaria.