El año pasado el Servicio Nacional de Manejo del Fuego ejecutó un presupuesto de 433 millones de pesos. Pero este año tendrá muchos más recursos gracias a un nuevo aporte forzoso realizado por el sector privado argentino.
Eso porque la Ley de Presupuesto de la Administración Nacional del presente ejercicio 2021 creó una “contribución obligatoria” del tres por mil sobre las primas de todos los seguros con excepción de los dedicados al ramo de “vida”.
Con ese aporte forzoso del sector privado, junto con una partida inicial asignada de 418 millones de pesos, el Ministerio de Ambiente recibió a fines de junio pasado una primera partida, por parte de la Superintendencia de Seguros de la Nación, de 551 millones de pesos. Y hoy miércoles ingresó la segunda partida por un monto de 719 millones de pesos.
Los generosos contribuyentes del aporte del tres por mil son los contratantes de seguros automotores, de riesgos del trabajo, incendios, familiares, agropecuarios y hasta los de sepelios (sí, en serio, también incluye a los seguros de sepelio).
Los fondos son derivados a un fideicomiso que tiene como objeto la administración del Fondo Nacional del Manejo de Fuego y que tiene al Ministerio de Ambiente como fiduciante, fideicomisario y también beneficiario. Y es administrado por un “Comité Ejecutivo” integrado por el ministro de Ambiente Juan Cabandié, el secretario de Control y Monitoreo Ambiental Sergio Federovisky y el subsecretario de Gestión Administrativa de ese ministerio Edgardo Kutner.
La constitución de un fideicomiso permite a funcionarios públicos dar pronta respuesta a problemas específicos urgentes, aunque, como su uso es discrecional, debe contar siempre con una auditoría independiente para verificar que no se cometan irregularidades.
La contrapartida de ese “éxito” recaudador es que, debido al nuevo impuesto destinado a financiar el Servicio de Manejo del Fuego, las compañías aseguradoras decidieron a fines del año pasado no renovar el acuerdo voluntario por medio del cual derivaban al Estado el 1% de todas las pólizas de seguros automotrices para financiar planes forestales.