En el último tiempo, las legumbres han cobrado gran relevancia en la mesa de muchas familias a causa de su alto valor nutricional y su bajo costo. Además, son la principal fuente de obtención de proteínas vegetales funcionales destinadas a la elaboración industrial de alimentos basados en plantas.
Su creciente demanda, enmarcada en la búsqueda de alimentos cada vez más nutritivos por parte del público, ha presentado una oportunidad para su desarrollo productivo, que desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) decidieron aprovechar.
Uno de los sectores dedicados a la producción de legumbres se localiza en el sudeste de la provincia de Santa Fe. En ese contexto, el INTA Oliveros trabaja en la evaluación de nuevos cultivares de arveja.
“Los granos presentan alto valor nutritivo, pero no tienen el reconocimiento que merecen debido a un grado insuficiente de innovación para el desarrollo de productos que se adapten a la vida actual”, indicó Cecilia Accoroni, investigadora del INTA Oliveros.
En ese sentido, entre 2019/20 y 2020/21 se evaluaron nueve variedades comerciales de arveja, en conjunto con desarrollos realizados por investigadores de la Facultad Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Rosario, con el objetivo de comparar el contenido y la calidad de las proteínas presentes en distintos cultivares de arveja.
“Los parámetros deseables son altos contenidos proteicos, así como también alta solubilidad de proteínas; el promedio para ambas campañas ha superado el 26% de contenido proteico y solubilidad en KOH superior al 70%”, explicó Accoroni en un comunicado difundido por el organismo oficial.
En base a los resultados preliminares, se concluyó que tanto las variedades comerciales como en desarrollo resultaron ser alternativas relevantes para el procesamiento de productos proteicos. Particularmente, los cultivares desarrollados por INTA, arvejas verdes B232 y amarillas B320, presentaron buenos rendimientos, contenidos proteicos superiores a 25% (base seca) y solubilidades superiores al límite inferior sugerido para ambas campañas.
En paralelo, se comenzaron estudios para ajustar la calidad industrial de las harinas de arvejas en la producción de concentrados, aislados y texturizados, para así determinar la potencialidad de las mismas en la elaboración de alimentos en base a plantas (como es el caso de las “hamburguesas vegetales”).
Para Accoroni, las arvejas “en conservas, congelados, en forma de harinas, concentrados, texturizados y aislados parecen tener buenas expectativas en el mercado, ya que permite la obtención de alimentos de elevada calidad nutricional y organoléptica, novedosos y a bajo costo”.