Graciela Machiñena es ingeniera agrónoma, egresada de la Universidad Nacional del Sur en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Su vida transcurrió en el sudoeste de esta provincia, porque nació en Darregueira, sus padres eran productores rurales en el paraje La Angelita, y ella estudió en una escuelita rural y en la secundaria en Bordenave. Es hija de chacareros que desarrollaban un planteo mixto, al sembrar cultivos de invierno y verano en una zona semiárida, criando también vacas, y ovejas para consumo.
Una vez recibida, Graciela se dedicó a dar clases, pero como no abundaban las fuentes de trabajo, en 2002 decidió migrar a la localidad de Maquinchao -apodada “La Capital de la lana-, en el centro sur de la provincia de Río Negro, a trabajar en un programa provincial.
Esta zona es pura estepa y una de las más frías de nuestro país. Explica la ingeniera que allí predomina la producción ovina, pero con los años es cada vez menor. Es que la región ha sufrido diversas inclemencias, como las erupciones volcánicas y cuando los promedios históricos de lluvia eran de 200 milímetros anuales, han pasado a ser de sólo 50 milímetros. Por este motivo no se genera forraje natural, que es imprescindible para la actividad.
“En 2005 tuve mis primeros contratos en el Programa Social Agropecuario, que fue la simiente de la Secretaría de Agricultura Familiar –recuerda Machiñena-. En 2010 pasé a tener contrato en planta transitoria con la ley marco, pero nunca pasé a planta permanente. Luego, pasé a la estructura de Nación, cuando pasó a ser Subsecretaría de Agricultura Familiar. Después fue Secretaría, más tarde Instituto, hasta que finalmente el presidente Milei lo cerró en marzo de este año, y fue en Semana Santa”.
Detalla la ingeniera: “En 2018 me habían despedido y en 2020 me reintegraron. El 31 de marzo de este año se vencían los contratos de la Ley marco. En diciembre pasado nos habían hecho un contrato por 3 meses, y nunca recibimos un telegrama, ni siquiera un mail avisándonos de nuestro despido. Nos enteramos por la televisión, cuando el vocero Adornis comentó que nuestro organismo era un antro de perdición, lleno de ‘ñoquis kirschneristas’, cuando eso es falso, ya que llevamos 20 años trabajando aquí, desde el gobierno de Menem.
“En Maquinchao no tenemos Banco, y hasta pretendían cerrar el Correo –continúa la agrónoma-. No nos parece mal que auditen y controlen. ¿Pero quién da la cara y les dice a los productores que no tienen más una oficina adónde buscar asesoramiento gratuito y que no tendrán más asistencia en sus campos? ¿Qué les decimos ahora, que llamen al 911?”, se pregunta la ingeniera, con mucha angustia e incertidumbre.
“Ahora me encuentro desocupada y estoy ‘quemando’ mis ahorros. Se habla de una posibilidad de que la provincia nos absorba. Con un compañero estamos pensando en armar una consultoría, pero ahora el pequeño productor deberá pagarnos por el asesoramiento que antes le brindábamos, gratis, desde el Estado”, señala la agrónoma.
Graciela explica que en la zona de Maquinchao abundan los pequeños productores ovinos. Dice que el 80% de los establecimientos, son pequeños, y que cada vez que como técnica debía salir a visitar un campo, lo menos que transitaba eran 70 kilómetros para llegar al productor.
Cuenta que al sur de Maquinchao hay dos parajes, cada uno con su escuelita, y que muchos lugares tienen baños de letrina, por lo que ella siempre ha tratado, desde su función estatal, de fortalecer a los pobladores de la zona con capacitaciones para la producción en la parte ganadera, en criar sus gallinas, en artesanías en lana de oveja, como también en el mejoramiento de sus viviendas y en infraestructura, buscando que mejoren su calidad de vida, su estado sanitario y su higiene, su capacidad de almacenamiento de agua, sus herramientas y maquinarias e infinidad de cosas más.
Machiñena explica que en estos últimos años hubo una migración de las familias campesinas hacia los pueblos: “Muchas madres se trasladan a Maquinchao con sus hijos para que éstos realicen sus estudios secundarios y dejan al padre de familia solo, en el campo, al que visitan una vez al mes. Éstos, no pueden atender su huerta ni sus gallinas. Y los hijos, cuando terminan la escuela ya no sienten ganas de volver a vivir en el campo, y tampoco hallan posibilidades de regresar. Además, en un campo de 3000 hectáreas, un matrimonio con dos hijos, que criaba 500 ovejas, al dividirse la herencia, quedaron dos campos con 250 ovejas cada uno”, detalla la agrónoma.
“Durante todos estos años trabajamos mucho en proyectos de inversión, pero no teníamos programas propios de financiamiento, sino que articulábamos con otros programas –sigue Graciela-. Al principio teníamos el Programa Social Agropecuario (PSA) y el PROINDER, la Ley Ovina, PRODERI, etc., y el último que estuvo en vigencia fue el de AGRO21. Todos, para mejorar las viviendas de los productores o para promover la producción”.
Completa la ingeniera: “Debíamos buscar quiénes podían presentarse para recibir apoyo, llevar adelante los acuerdos. Trabajábamos con grupos y organizaciones, se reunía la documentación y se enviaban los proyectos. Al ser aprobados, se ayudaba a los productores en las compras de los materiales para mejorar alambrados o para sistemas de distribución de agua, galpones, etc. Cada proyecto demandaba dos años de trabajo desde su inicio hasta su finalización”.
Graciela sostiene: “La lana Merino está en la misma alta calidad que la de los australianos, y desde que llegué a esta zona se mantiene a 4 a o 5 dólares el kilo. El tipo de cambio hoy no favorece al productor, por los insumos, que están en dólar ‘blue’”.
Finalmente, la agrónoma contó a Bichos de Campo sobre el apoyo que brindó como funcionaria a una nueva cooperativa: “En 2017 se armó un grupo de trabajo, que en 2020 recibió la matrícula como Cooperativa Ganadera Coopesur Limitada, con unos 58 asociados, y de ese total, 22 son mujeres. Habilitaron un galpón que cumple con todos los protocolos, de modo que los productores que no tienen un galpón habilitado, pueden llevar su lana a éste”.
Machiñena detalló: “La cooperativa selecciona, clasifica, enfarda, luego se toman muestras para brindar a cada productor el análisis de la calidad de su lana. La cooperativa reúne los análisis de todos, con la cantidad de kilos de cada uno, los vuelca a una planilla y envía a las firmas exportadoras de lana para hacer un concurso de precios. De este modo los productores obtienen mucho mejor precio al vender su lana, evitando intermediarios. En general, los precios han sido superiores desde un 2 hasta un 16% superiores al precio orientativo, sugerido por el SIPyM (Sistema de Información de Precios y Mercados)”.
Al cierre de esta nota, Graciela Machiñena, sigue esperanzada de ser reconvertida laboralmente en el Estado Provincial, y ya ha comenzado a trabajar como consultora. Con pena, cuenta que cuando trabajaba en la Agricultura Familiar le quedaron dos proyectos truncos: para llevar internet a varias zonas rurales, a través de ENACOM y una sala de envasado al vacío de carne ovina, en Maquinchao.
Afuera, un montón de parásitos menos!!!
Tenían un buena cooperativa con. Sueldos del estado y recursos como galpones y demás ,. Afuera
Ahora hay que laburar como hacemos todos , sin ayuda y pagando impuestos.
A ver. Creo q esa cooperativa hacia un buen trabajo en la zona. El tema es q deberia autosostenerse. Creo q sin la $$ del Estado podria.
Los que opinan acá no tienen idea de lo que es el campo, les recomiendo que gasten una pala, que esquivan una oveja, que hagan una cosecha o junten bellones de lana, los aten y los carguen en un camión inútiles.
Bestia bruta, guardate tu opinión ignorante
Dios bendiga mucho allí a la ingeniera Graciela por tan gran trabajo allí.
Dios es justo y hará justicia salarial y proveerá.
Yo Ruego.
Bendiciones ingeniera Graciela.
Lucy.
Yo le preguntaria a todos los que se quedaron sin trabajo despues de trabajar mas de 20 años en el estado, desde el PSA hasta el cierre famoso de Milei, que fue lo que le cambio la vida a un solo productor de su zona de influencia y cuantos, aunque sea uno solo tambien, no se fue al pueblo porque llevaron propuestas para que los entusiamara quedarse. Vivieron 20 años de la teta del estado y no le cambiaron la vida a la gente, solo la entretuvieron con pelotudeces y programas que ponian guita otros.
Totalmente de acuerdo con ud y con nuestro presidente, los chiques se tendrían que haberse capacitado porque la teta del estado no iba a ser eterna.
Si con el trabajo pagado por el estado le hubiese cambiado la economía a por lo menos 1 de los productores asistidos hoy tendría al menos 1 cliente como profesional independiente
Es q el argento así como vos es reacio a pagar por algo q venía gratis. Y otro asunto en esos parajes donde la gente hace patria con su sola presencia habría q ver cuanto tenes q hacer para q te cambie la realidad con los servicios tan caros como están ahora .Es fácil opinar a la distancia , En países como el vecino te premian por solo estar ahí. Pero este y los otros son gobiernos entreguistas ,q la soberania les importa un cara….. .y yo no escribo desde las sombras . Soy real de
Hay de todo. Unos pocos que trabajan, y bien y la mayoría que. solo viven del Estado. El problema es quien evslua lo que está bien y lo que esta mal
Creo q esa Cooperativa deberia hacer analisis de todo su costo operativo. Y a partir de alli ver cómo conseguir el $$ para seguir adelante. Me parece q hacen un muy buen aporte a los productores de la zona. Me da mucha pena q se pierda tanto trabajo. Y q el productor quede a la deriva.
El cambio climatico es el culpable, si llovian 200 mm y ahora 50 mm, ese negocio ovino no funciona, no es culpa de Milei ni de los guanacos ni los pumas. Lamentablemente para los que pagamos todos los impuestos tener profesionales para enseñarle a un chacarero a criar gallinas no nos sirve; el que necesita asesoramiento lo tiene que pagar
Que tristeza la decadencia de la educación en este país. Gente que lee una nota y no cazó ni una idea ni siquiera entendió la secuencia cronológica. Y que tristeza gente que dió años de su vida y trabajo y puso y pone el cuerpo día a día para recibir solo ingratitud, solo ignorancia y odio gratuito. Lo veo en el ejemplo de la ingeniera y lo veo a diario con miles de argentinos que han hecho lo mismo con el mismo pago de ingratitud por parte de sus paisanos.
Está desde Menem que fue hace 20 años… No me dan las cuentas… Más ñoqui no había?
Totalmente cierto pero no sé dan cuenta, inclusive de que “la teta del estado” fuimos todos los productores. Yo fui uno de los introductores de la soja, en el 69/70, hice todos los años mis 200 has. , hablé y expliqué por todos lados, jamás cobré un peso por eso porque veía un gran adelanto para el país y así fue. El INTA nunca se metió, por el contrario estaba en contra. Ingenieros del INTA hablaban en secreto conmigo y me pedían que no dijera nada. Pero la sensatez productiva prevaleció y se extendió sola, sin INTA ni BURROCRACIA. Hubo un pequeño problema con el Ministerio de Agricultura cuando se quiso certificar semilla. Pero triunfó la insistencia, la realidad y la sensatez y la soja pasó de 25/30.000 toneladas dispersas en pequeños productores en todo el país a lo actual. Ahh en el 72/73 hicimos entre 5/6 la Asociación. Argentina de productores de Soja que hizo lo que pudo para difundirla.