En estos días, Bichos de Campo informó bastante sobre el costo de la vacuna contra la fiebre aftosa: Frente a la indignación generalizada de los productores ganaderos, que descubrieron que pagaban la dosis a cerca de 2 dólares, cuando en los países vecinos costaba de 50 centavos a 1 dólar, el gobierno finalmente prometió que iba a habilitar la importación y eso provocó que le laboratorio que tiene la posición dominante, Biogénesis Bagó, anunciara en las últimas horas un descuento del 23% en los precios en su vacuna Bioaftogen.
Pero no es ese el único costo que deben afrontar los productores de modo forzoso, ya que la vacunación es obligatoria dos veces al año, desde hace más de 23 años. A los 1.600/1.700 pesos que se cobraban este año por ese medicamento (hay casos como el de la Fucosa de Corrientes, que pagó mucho menos por haber adelantado varios meses la compra), hay que sumar los costos operativos y el pago al veterinario habilitado por el ente sanitario responsable de la vacunación en cada zona.
Este que sigue, por ejemplo, ha sido el costo afrontado por un productor del sur de Santa Fe. En total, por cabeza el costo de la vacunación ascendió a 2.188 pesos. Ese ha sido más o menos el promedio.
Pero hay casos absurdos que merecen revisar también si no hay abusos de parte de las Fundaciones de Lucha contra la fiebre aftosa, conformadas en cada zona y muchas veces por los propios dirigentes rurales.
De eso da buena cuenta lo que relató en una entrevista, en nombre de un grupo grande de productores de la región cubierta por el Ente Sanitario de Exaltación de la Cruz, en el norte bonaerense, el ganadero Carlos Alberto López, quien cría sus animales en las islas del Delta del Paraná, en el partido de Campana.
Según su testimonio, ellos pagan al menos un 50% más que el resto de los productores del país por las tareas de aplicación. Y a veces hasta el doble. Pagan, según su testimonio, “la vacunación más cara del país”.
En #AM550 radio Colonia, conversamos con Carlos Alberto López, productor ganadero de Campana (Buenos Aires) y en las Islas del Delta del Río Paraná, sobre los precios de las vacunas antiaftosa. #aftosa #vacunas #ganadería @LaPasteleraAgro https://t.co/WhHv5SBxLq pic.twitter.com/jlgv77quQo
— Radio Colonia (@Coloniaam550) April 10, 2024
“Es así, pesa (el precio de) la vacuna y pesa también el costo de la aplicación”, confirmó López, que es quinta generación de productores en las islas de ese tramo del delta, la segunda sección de Islas de Campana. Habla en nombre de un grupo de productores que también están en el delta de San Fernando y Escobar también. Todos ellos están bajo el mismo ente vacunador de Exaltación de la Cruz.
El ganadero recordó que después de la estatus libre status de libre aftosa en la época de Carlos Menem, cuando se reintrodujo la vacunación, “se instaló la figura del ente vacunador, que debería ser formado por productores. Estos formaban un ente, y ese ente era el encargado de la vacunación de aftosa”.
-¿Por eso en general los entes sanitarios están vinculados a la sociedad rural local?
-En algunos casos sí, en otros no. Hay muchos casos que están bajo el paraguas administrativo de una sociedad rural. Entonces era muy lógico que las sociedades rurales hayan albergado a estos entes, con la misma gente, pues administraban también esta vacunación, que en dos ocasiones al año no es tan complicada. Por esos entes son organismos independientes. Cualquiera, hasta un productor solo, puede integrar o formar un ente, según dice la ley.
-¿Y esos entes tienen que estar avalados por el SENASA obviamente?
-Por la COPROSA (Comisión Provincial de sanidad Animal). Sí, por supuesto, tienen que estar inscriptos en el SENASA, pero están todos agrupados bajo un organismo provincial que es el COPROSA.
-¿Y cuál es la tarea de ese ente? ¿Llegar al campo y aplicar la vacuna?
-Claro, el ente compra la vacuna, la conserva, la distribuye, organiza las vacunaciones, los turnos, porque hay una determinada cantidad de vacunadores en cada ente que son habilitados por el SENASA. El productor dice quiero vacunar tal día, y el ente te manda el vacunador. Vos pagás los viáticos del vacunador para que llegue a tu campo, y después pagás el costo de la vacuna, más el costo que pagó el Ente al laboratorio que fabricó la vacuna, más un plus administrativo por todo el trámite.
-Ese es el ingreso del ente. ¿Es un cargo variable? ¿Cada ente establece sus costos, sus precios?
-Por supuesto. Por lo general, en la provincia de Buenos Aires anda alrededor de los 2.000 a 2.100 pesos todo el proceso. Estoy hablando de la primera campaña de este año, que es ahora la de otoño, donde se vacuna todo el plantel. De esos 2.100 pesos, unos 1.500 o 1.600 son de la dosis de la vacuna. Después hay mecanismos para bajarlo: vos podés ir a buscarlo al vacunador, entonces no tenés costo de viáticos. Como nosotros estamos en la isla, entonces el vacunador algunas veces tiene que ir en lancha. Pero no es nuestro caso, porque tenemos caminos, se puede cruzar en balsas y perfectamente llegar en auto.
-¿A ustedes se les respeta el valor promedio de 2.100 pesos?
-Nosotros estamos con un costo declarado por la Sociedad Rural de Exaltación de la Cruz, que es la que cobija al ente sanitario que nos vacuna, en 3.100 pesos.
-Eso ya de entrada es un 50% más que el costo del resto de la provincia.
-Sí. Ese es el tema. Un problema surgió a través de la investigación de la Sociedad Rural, donde se descubrió que en Brasil, por ejemplo, la vacuna tiene un costo muy inferior al nuestro, que ronda los 50 centavos de dólar, y nosotros, con los laboratorios que la producen acá, tenemos 2 dólares de costo. Pues eso es un problema a nivel nacional. Nosotros además tenemos el problema de nuestro territorio, donde estamos presos de un sistema.
-¿Por qué presos?
-Porque no podemos vacunar con otro ente sanitario más que el de Exaltación de la Cruz, nosotros no tenemos otra alternativa. Entonces estamos en una situación muy rara, porque no tenemos opción.
-Entonces ahí el sobrecosto por estar en zona de islas se lo considera del 50%, hasta 3.100. ¿Después hay algún otro costo más?
-Eso es pago anticipado o hasta 24 horas después del acto de vacunación. Si vos lo pagas a la semana de haber vacunado, vas a pagar 3.450 pesos. O sea, con un recargo del 10%. Después, si lo pagás a los 20 días, porque vos no tenías el dinero, y tuviste que vender, cargar, remitir y cobrar, entonces te tomaste 20 días, ahí te sale 4.286 pesos.
-¡Pero con esos intereses lucen peores que una cueva de usureros!
-Pero la peor situación se produce a los 60 días. Entonces te cobran 5.160 pesos . Cuando, por ejemplo, tenemos en General Lavalle que a los 60 días te cobran 2.405 pesos con ese mismo plazo.
-¿No es muy antojadizo que cada ente sea el que establezca su propia regla, sus propias tasas de interés, sus penalidades?
-La verdad que… Hay muchas cosas antojadizas y muchas cosas que no se entienden. Por ejemplo, nosotros formamos un ente. Yo estoy en el Consejo Local Asesor del INTA Delta. Y con el director, bajo la administración de la cooperadora del INTA, formamos un ente para vacunarnos. En la campaña previa a la época de Menem, la vacunación la hacía nuestra cooperativa eléctrica. O sea que nosotros tenemos una experiencia previa a la creación de los entes. Y sin embargo, no pudimos volver a armar ese ente en la isla para vacunarnos nosotros a un costo que lo decidimos nosotros.
-¿Y por qué no pudieron?
-Bueno, porque… No se sabe. No sabemos por qué. Nosotros inscribimos el ente, cuando yo fui al Coprosa con todo listo como marca la ley para dividir el territorio, porque la ley permite que haya cualquier cantidad de entes en cada municipio, no es necesario que haya uno solo.
-¿En algún momento se trató de liberalizar eso para que cualquiera pudiera contratar a un veterinario?
-Eso está escrito. Pero si lo queremos implementar, nos encontramos con la reticencia del Senasa, que no nos habilitan los vacunadores. Nosotros hemos mandado veterinarios a hacer el curso, a habilitarse como vacunadores, y no le dan el certificado. Bueno… O le exigen requisitos que un veterinario dice que no puede cumplir.
-Evidentemente están poniendo trabas para que no lo hagan. Es evidente. ¿Y cómo salimos de la trampa?
-Lo hemos invitado al presidente de la sociedad rural a que nos dé una explicación. Y lo único que nos dijeron fue, bueno, vengan, asóciense, y hagan propuestas, integren el Consejo Administrativo y resuélvanlo ustedes. No sé si ese es el camino. Yo no tengo ganas de ponerme a administrar una sociedad rural, ni tengo por qué. Pero vos me tenés que explicar por qué me cobras más del doble que otros entes, la vacunación más cara del país.
Esta buena la nota, porque hace ver la burocracia argentina, que no es solo estatal, si no también privada.
Esta bien que sean los veterinarios que vacunen. Es garantía que lo harán mejor y con mas profesionalidad y cuidado, por ejemplo de la cadena de frío tan sensible en la vacuna. Además también entra como obligatoria y que se vacunan juntas muchas veces, la de Carbunco y Brucelosis a terneras , vacunas peligrosas para el humano por el contagio.
Si estoy de acuerdo, en bajar costos y locuras de los entes o fundaciones. Por ejemplo En Tapalque tampoco se deja que vacunen los veterinarios de Azul, siendo linderos. Ni hablar si son de otra provincia. Y la locura se aumenta mas, cuando hay fundaciones que ahora quieren hacer sus laboratorios de análisis , y competir con laboratorios privados que se dedican a eso. Pero todas estas cosas son permitidas por los productores que integran como rural las fundaciones.
Lo peor es que un profesional veterinario debe hacer un curso ridiculo de un día para que le den la matrícula de vacunador , hay algo más ridiculo que esto? Y el colegio veterinario que dice?o sea se pone en duda que un profesional con título universitario no sabe dar una vacuna subcutánea? Además el curso es teórico!!!! Saquemos enfermedades infecciosas de la curicula veterinaria total no sirve para nada ……….