La joven agrónoma misionera Vanesa Schoffen fue reconocida, unos pocos días atrás, en el marco de la fiesta nacional de la Yerba Mate, con la “orden del mate”, una distinción que entrega el gobierno de Misiones a quienes tienen una tarea de relevancia para con la producción más representativa de la provincia.
La joven ingeniera es actualmente la líder del equipo de mejoramiento de yerba mate y té de la Estación Experimental Agropecuaria de INTA Cerro Azul. En su caso, ella decidió desde chica que su destino era trabajar con las plantas. Y por eso el puesto es casi como tocar el cielo con la mano, la cúspide. El INTA es clave en la generación de nuevas variedades de yerba mate y té, y no hay empresa privada ni universidad que pueda reemplazar ese aporte.
Schoffen heredó esa responsabilidad de otros técnicos de esa experimental del INTA, donde desde hace 50 años existen este Programa de Mejoramiento genético de yerba mate, con el aporte de más de 15 variedades. Esas variedades han permitido duplicar el rendimiento promedio por hectárea en dicho cultivo originario de la selva paranaense. Gracias a la implementación de este trabajo, en este medio siglo el rinde promedio pasó de 3 kilos a 7,4 por cada planta.
Ahora están en estudio una camada de nuevas variedades que permitirían un incremento adicional de la productividad cercano al 30%. Se llegaría así a los 10 kilos.
-Schoffen es un apellido bien alemán. ¿Cuántas generaciones de colonos misioneros hay antes tuyo?- le preguntaron a Vanesa en el programa Colonia Agropecuaria.
-Soy la cuarta.
-¿Y siempre vinculada a tu familia a la yerba?
-No, mi viejo tenía aserradero, era productor forestal. Pero mi abuelo sí estuvo vinculado a cooperativas de yerba mate.
-¿Y a vos por qué se te dio orientarte desde la agronomía al mejoramiento del yerba mate?
-La verdad es que desde la secundaria, estamos lejos, que me encanta el mejoramiento genético. Yo fui a un colegio agrotécnico y me acuerdo hasta el día de hoy cuando explicaron cómo se obtenían los híbridos. Desde ahí que quiero dedicarme al mejoramiento genético. Tuve la oportunidad de entrar con una beca al INTA en 2017, y tuve mi proceso de formación en INTA, y ahora estoy como responsable del programa de mejoramiento genético del yerba mate.
-¿Qué es el mejoramiento? ¿De qué se trata?
-Desde el programa de mejoramiento genético, tenemos varias líneas, pero puntualmente ahora estamos trabajando en ensayos de progenies, que estamos evaluando en diferentes lugares de la región yerbatera. También estamos haciendo cruzamientos controlados en yerba mate, y estableciendo un nuevo huerto semillero clonal.
-¿Y todo eso para qué? ¿Cuál es el sentido?
-Lo que hicimos fue una evaluación durante tres años de ensayos de yerba mate, y en base a eso evaluamos el rendimiento individual de cada planta, y armamos un ranking genético donde seleccionamos a estos nuevos genotipos que estamos probando, en base al valor de mejora, en base al rendimiento y en base a la estabilidad. Ahora esos nuevos genotipos los estamos probando en la región yerbatera, para empezar a recomendar variedades que funcionen mejor en la zona sur de la región yerbatera o en la zona norte.
-¿Luego recomendarán a los productores sembrar tal o cual variedad?
-Ese es el consejo que el INTA termina dándole finalmente a los productores de yerba. Exactamente. Para eso nosotros tenemos ensayos establecidos con cooperativas, con empresas, en campos de INTA. Así podemos abarcar toda la región, probar esos materiales y recomendarlo al productor. Este material rindió mejor en esta zona, creció mejor, se adaptó mejor.
-¿Qué es inscribir una variedad? ¿Detectar un tipo de yerba con características particulares y ponerle un nombre, para luego difundirlo, multiplicarlo y liberarlo a campo?
-Exactamente, y eso lleva mucho tiempo. Los programas de mejoramiento de una especie como la yerba mate, que es un árbol, tienen que sostenerse en el tiempo porque primero nosotros seleccionamos en un año y vemos el impacto en 10 años. Recién podemos empezar a recomendar variedades en 8 o 10 años, Además la que recomendemos es una variedad que va a estar 30 años en la chacra del productor. Esa es la importancia del mejoramiento genético y la importancia de que el productor pueda acceder a esa semilla mejorada.
-¿Y el trabajo de selección se expresa de algún modo en el producto final?
-Nosotros estamos trabajando en productividad, estabilidad. Pero después el sabor de la yerba lo da cada empresa y cada cooperativa, que va armando su blend, van probando distintos tipos de estacionamiento. Así que ahí entran a jugar diferentes factores. De todos modos, , si un yerbal es más productivo tiene mejor cosecha, más rendimiento.
-Además del INTA, ¿hay alguien más, alguien del sector privado, investigando variedades y con una colección de clones como la que tienen ustedes?
-Me animo a decir que los programas de mejoramiento de las empresas privadas son de pulsos. Por ahí prueban un poco y empiezan a armar unos ensayos y después se tienen que enfocar en otras cosas, en otras tareas. El programa de mejoramiento genético de INTA es a largo plazo, es un programa que se sostiene hace 50 años y que tiene una visión de acá a 10 año. Yo planificó hacer las actividades que hay que hacer en 2026, en 2027. Uno cosecha la semilla en este año y el ensayo se planta en 2027. Las empresas no tienen tanta constancia. El programa de mejoramiento genético de INTA tiene esa importancia y se tiene que sostener en el tiempo. El impacto de lo que uno hace hoy, lo ve años más adelante. Y esa es la importancia de no dejar de trabajar en el mejoramiento.
-En el sector yerbatero hay grandes productores que están implantando muchas hectáreas nuevas. Pero también hay muchos pequeños productores que me imagino que tienen variedades viejas. ¿Hay mucho cultivo por reconvertir?
-La genética que ya está en INTA sirve para eso, para que en esta poca superficie ellos puedan duplicar su rendimiento o obtener más rendimiento en poca superficie. Pero nosotros estamos ahora trabajando en variedades que ofrecen un 30% más sobre las variedades que ya lanzó el INTA.
-¿Y cuándo llegan estas nuevas variedades?
-Van a estar disponibles en 2026. El huerto ya está implantado. Nosotros en 2026 vamos a empezar a probar en superficies pequeñas esas semillas y el huerto va a entrar en producción total en 2027/28.
-Recibiste la Orden del Mate. ¿Emocionada con esto?
-La verdad que estoy muy contenta con este reconocimiento. Me parece que es una motivación para seguir trabajando en el mejoramiento genético del yerba mate. También me parece importante y me alegra que desde afuera reconozcan los aportes que estamos haciendo.