Los informes y datos estadísticos que publica continuamente el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina (OCLA) aportan mucho para entender lo que está pasando con esta cadena a nivel industrial y primario. Uno de sus últimos documentos analiza la estructura de los tambos a fines de 2020. El cuadro estadístico dice que el 25% de los tambos (que en total serían 10.200) generó en diciembre un promedio diario de 534 litros. Esto significa apenas el 4% de la oferta nacional de leche, que el año pasado creció 7% hasta alcanzar los 11.000 millones de litros.
Este estrato de productores -de menos de 1.000 litros de leche por día- es el que viene quedandofuera de carrera en los últimos años, ya que tienen menos espaldas financieras y económicas para enfrentar los continuos desafíos que a los tambos les impone la macroeconomía argentina, donde la inflación de costos productivos y de vida recortan el poder de compra de los ingresos a todo nivel.
Según Eduardo García Maritano, productor santafesino y referente en el tema en CRA, el tamaño del tambo no debería importar: “Eso no tendría que ser un problema. En otros países sobreviven tambos chicos y grandes”, recordó.
Para eso, y para que el tamaño no importe, hace falta ordenar no solo la macro sino además, al interior de la cadena láctea, “es necesario que la actividad cuente con reglas comerciales claras, lo que implica dejar de entregar leche y dar paso a una transacción comercial para poder contar con un precio cierto”, señaló. Es lo que viene pidiendo CRA desde hace años: un mercado institucionalizado para la lechería.
En la otra punta de la estratificación tambera la relación entre cantidad de establecimientos y producción es totalmente inversa: los establecimientos de mayor escala, y que usualmente están más tecnificados, significan el 4% del total de tambos, pero aportan el 25% de la leche.
El informe en cuestión destaca como positivo el crecimiento productivo de lo que define como “tambo promedio”. En tal sentido indica que en diciembre este tipo de establecimiento produjo 3174 litros diarios, “un 6,9% más que el año anterior”.
“Si evaluamos su comportamiento en el tiempo, a pesar de la disminución en el número de unidades productivas y en el número de vacas, el tambo promedio presenta en el período 2009/2020 una tasa de crecimiento anual de 1,84%, lo que permite el sostenimiento de los niveles productivos agregados a nivel país”, destacó el análisis del OCLA.
Otro informe del Observatorio analiza la facturación de ese tambo promedio.
“El aumento interanual acumulado del 7,4% en la producción nacional de leche (9,8% en la producción del tambo promedio), compensa el crecimiento atenuado del precio y el efecto negativo del proceso inflacionario (caída de precios en moneda constante), y hace que la facturación anual en pesos del tambo promedio sea un 2,3% más alta que el año anterior en moneda constante”, indicó este trabajo.
Y si se analiza frente a 2018, la facturación promedio de 2020 es un 30,2% superior.