Una gacetilla del Ministerio de Agricultura de Brasil (Mapa) informó que el próximo 29 de julio vence una consulta pública para otorgar en concesión tres áreas de bosques en el estado de Amazonas, por un total de 885 mil hectáreas. Lo interesante es que esta novedad permite conocer cómo administran en el vecino país el tama tan sensible de las concesiones forestales en áreas protegidas.
La consulta pública apunta a conseguir quién quiera explotar de modo racional los parques nacionales Jatuarana, Pau Rosa y Gleba Castanho. “La consulta, coordinada por el Servicio Forestal Brasileño (SFB), está abierta desde principios de junio y tiene como objetivo recopilar informaciones, aportes y sugerencias de la población sobre las concesiones forestales”, informó el Mapa.
En este esquema, una concesión forestal permite a la empresa que resulte adjudicataria del proceso realizar una gestión sostenible de los bosques públicos.
“El Manejo Forestal consiste en mecanismos y prácticas de explotación de bajo impacto para capturar los recursos naturales sin dañar el bosque. Con la implementación del manejo forestal, solo se eliminan de cuatro a seis árboles por hectárea y la reanudación del área puede ocurrir después de 25 a 35 años, respetando la regeneración natural del bosque manejado”, se explica.
Luego el informe agrega que “el aprovechamiento sustentable de los bosques contribuye al desarrollo del país y en especial de los municipios y comunidades aledañas a las áreas manejadas, brindando beneficios sociales, económicos y ambientales”.
Actualmente en Brasil hay 21 contratos de concesión forestal en curso en siete parques o reservas nacionales. Los contratos obligan a los concesionarios a “respetar derechos y necesidades de los pueblos y comunidades tradicionales”, y a la vez excluyen el uso de recursos hídricos, comercialización de bonos de carbono, de materiales genéticos, minerales y mucho menso fauna silvestre. Solo se limitan a los recursos forestales en una propiedad que sigue siendo del Gobierno Federal.