En lo que va del año la producción de leche de los tambos llegó a poco más de 9.000 millones de litros según lo que informa el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, lo que implica un incremento del 7,5% interanual y supera además el registro de 2018 en 5%.
Según el OCLA esto permite estimar que en 2020 “se llegarían a un total de 11.000 millones de litros”. Esto estaría muy cerca de los niveles más altos logrados en 2012, cuando se llegó a los 11.400 millones de litros, o en 2015 cuando se produjeron 11.300 millones.
Para el OCLA esto está indicando no sólo una recuperación sino “un crecimiento genuino de la producción”.
De todos modos y para no cantar victoria antes de tiempo, desde el observatorio advierten que por el efecto clima y la mala relación entre precio de la leche y precio de los granos, quizás el número no cierre como se proyecta.
“Hay que ver cómo evoluciona la producción en virtud de la caída en moneda constante del precio de la leche al productor, que se viene observando desde hace ya unos cuantos meses, la suba del precio de los principales insumos (fundamentalmente los alimentos concentrados), el proceso devaluatorio, la seca más o menos pronunciada en algunas regiones y los efectos adversos de mayores índices de temperatura y humedad y el incremento en la cantidad de insectos, todos estos últimos aspectos, generando mayor estrés en el rodeo lechero”.
Cabe señalar que el precio del maíz disponible aumentó más de 80% y la soja casi 90% contra un precio del litro de leche a salida de tambo que registra una mejora de sólo 20%.
Pero además las perspectivas son de suba en el precio de los granos, porque el gobierno va dejando que se devalúe el peso y porque el mercado granario sigue consolidando su tendencia alcista. Así las cosa,s se profundiza la crisis de rentabilidad del sector primario, tal como lo indicó Matías Peluffo de la Cámara de Productores del Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba).
Los problemas no sólo son para el sector productivo sino también para la industria ya que las ventas de los productos de mayor penetración se venden según los valores que impuso la secretaría de Comercio Interior, que tuvieron subas mínimas este año.
En definitiva, lo que debería ser una buena noticia -el crecimiento de la producción de cualquier rubro de la economía- para la Argentina no lo es debido a los desajustes que hay en la macroeconomía y por las políticas oficiales que le están haciendo cargar el peso a los sectores productivos, a los que usan como ancla contra la inflación, autorizándoles subas de precios inferiores a sus costos.