A pesar de todos los problemas que arrastra el sector tembero, la producción de leche volvería a crecer el año que viene y así se llegaría al tercero ciclo consecutivo de incremento de los volúmenes de leche. De acuerdo a los datos del Observatorio de la Cadena Láctea (OCLA), en 2020 hubo un crecimiento del 7,4%, luego se espera que este año cierre con un incremento del 4% y para el 2021 se aguarda por un nuevo salto de entre 3% y 4%.
“La producción viene creciendo desde 2018, pero si tomamos sólo el resultado de los últimos 3 años el acumulado es de nada menos que 15% en ese período”, aseguró Jorge Giraudo, el director ejecutivo del OCLA.
Eso implica que en el país se obtuvieron 1.200 millones de litros de leche más, que se canalizaron a través de la exportación ya que el consumo interno no sólo está bien abastecido en cantidad sino que -como consecuencia de la crisis económica- no puede absorber más lácteos sin que esto perjudique los precios.
¿Y cómo se explica ese proceso mayor oferta de leche si el precio no siempre cubre los costos de la actividad? Según Giraudo, hay un incremento de los niveles de productividad de los tambos que van sumando tecnología y eficiencia productiva. En esa senda, evalúa que todavía queda mucho para dar.
“Hoy estamos obteniendo 8.000 litros de leche por hectárea cuando se podría elevar al doble. Además, el promedio de producción por vaca es de 20 litros, pero los planteos más productivos llegan a los 25/30 litros. En ese aspecto también hay mucho por desarrollar y creemos que el año que viene se seguirá con esa tendencia”, indicó el especialista.
Giraudo reconoció que actualmente los números de rentabilidad de la lechería no son buenos, ya que el precio viene perdiendo contra la inflación (en el último mes el valor promedio fue de 33,70 pesos por litro y el aumento de solo 1,2% contra el mes anterior).
A nivel promedio, la facturación aumentó 22% contra una suba de costos del 24%, lo que deteriora la renta de los tambos. Esto sucede sobre todo de los más establecimientos más chicos. Pero a pesar de esta coyuntura desfavorable considera que hay oportunidades para la actividad.
“Si no se intervienen los canales comerciales y no se pisa el ingreso de dinero a la cadena, el sector tiene grandes oportunidades sobre todo en la exportación. El mundo demanda lácteos y las ventajas comparativas por el buen clima, conocimiento del negocio y por contar con algunos recursos -como el valor de la hectárea que vale aquí mucho menos que en Europa u Oceanía-“, explicó el director del OCLA. También señaló que en otros países lecheros “hay restricciones ambientales y falta de mano de obra que incrementa los costos”.
“Si a la cadena se la da una oportunidad, el mundo está dispuesto a abrirle las puertas a la lechería argentina”, concluyó el experto.