Corrientes es la provincia con la mayor superficie sembrada con arroz del país (la siguen luego Entre Ríos y más atrás Santa Fe). El cultivo ocupa allí 95 mil hectáreas. El área se sostuvo en los últimos años por el avance de las empresas grandes que compensaron la salida de los pequeños y medianos productores, que no tienen la espalda financiera necesaria para permanecer en esa actividad.
Sucede que la siembra de arroz demanda una inversión por hectárea altísima. Betiana Danisa Bel, productora en la localidad correntina de Esquina y miembro de la Asociación de Plantadores de Arroz, explicó que hacer una hectárea de arroz costó en esta campaña entre 1.200 y 1.400 dólares. Solo a modo de comparación, es tres o cuatro veces lo que cuesta sembrar una hectárea con soja.
Para hacer arroz el desembolso es gigante. Un productor chico y mediano maneja en promedio 200 hectáreas, lo que significa que desembolsó nada menos que 240.000 dólares. Pero mientras los costos crecen, los problemas no se resuelven y así cada año hay menos arroceros.
Escuchá la entrevista con Betiana Danisa Bal:
Esta campaña los problemas se sucedieron. “En Corrientes no fue un año ‘estrella’; la siembra se demoró por la cuestión climática, pero lo demás viene normal y peleando con la cuestión de la competitividad”, resumió Betiana.
La productora y dirigente, a quien Bichos de Campo había entrevistas hace tres años, dijo que los problemas son los mismos que entonces, cuando había un gobierno de diferente signo político. “Estamos complicados y venimos con los mismos problemas de los últimos años. Hay atraso en el tipo de cambio que no nos da competitividad. El dólar del arroz es el oficial menos 5%, es decir 62 pesos. Mientras tanto nuestros competidores tienen mejores condiciones y subsidios y quedamos siempre abajo”, afirmó.
Con un dólar que se logra por la exportación de arroz se compran 62 pesos cuando el que circula en la economía vale el doble. Cabe recordar que el arroz es un producto de exportación ya que se consume internamente solo cerca del 30% de la producción.
Pero la competitividad no pasa solo por esto. Betiana Bel explicó que además “el arroz se riega durante 100 días y se necesita energía eléctrica. Va mejorando, pero la distribución es complicada. Combustible también”.
“Otro problema que venimos gestionando es el tema IVA que lleva 21% y no así otros cultivos (donde se redujo la alícuota a 10,5%)”. Esta diferencia, según la productora, provoca “saldos de IVA porque AFIP retiene 14 % y nunca llegan las devoluciones”.
A todo eso, este año se agregó la menor disponibilidad de agua para riego debido a la bajante en la cuenca del río Paraná que afecta la oferta de agua para los campos y las represas en los casos que cuenten con esa infraestructura. Eso hizo que se requiriera de más energía eléctrica para transportar el agua. Esto llevó a un sobrecosto eléctrico y de gasoil para el que bombea con motor. “Algunos tuvieron que hacer nuevas estructuras y este año estamos viendo que seguimos igual o peor”.
Bel dijo que en muchas economías regionales el sector privado “se está fundiendo” mientras se siguen pagando impuestos con los que vive el sector público. “Lo financiamos, pero no hay compensación y todo va en detrimento del productor. Hay muchos impuestos como ingresos brutos” que restan competitividad a las producciones, se quejó.
En este contexto, contó que “hay productores chicos que achicaron el área y los grandes que aumentaron. Pero hay potencial de seguir creciendo. Al arroz le están dando mucho énfasis también a través del gobierno provincial, porque es el principal producto de Corrientes, aunque no se están dando todas las condiciones. Hay algunos que están trabajando a pérdida pero el costo de parar es muy alto por toda la infraestructura que demanda el cultivo”.