En abril las importaciones de carne porcina sumaron 1.800 toneladas y en su totalidad fueron cortes. Las exportaciones, por su parte, sumaron 460 mil toneladas, es decir el 25% de lo que se compró, y fueron principalmente subproductos, que son más baratos.
La balanza comercial de esta actividad productiva da negativo por donde se la mire: en volumen y en divisas.
El Gobierno permite el ingreso de una carne que se produce en cantidad más que suficiente en el país, atentando contra los precios de los ganaderos que cobran entre 370 y 380 pesos el kilo vivo, con un costo que supera los 400 pesos para los establecimientos más chicos.
Pero no contentos con ese daño, parece que los funcionarios que no funcionan también se empecinan más en hacer inviable la actividad. Por eso la secretaría de Comercio Interior se muestra decidida a frenar el ingreso de algunos insumos clave.
Según el consultor Juan Uccelli, “se siguen frenando productos biológicos como los inmunocastradores, que no se fabrican en el país, por cifras menores al 5% de las importaciones de carne porcina, lo que demuestra la falta total de sentido común de las autoridades de la Secretaría de Comercio”.
El insumo del que habla se aplica a los capones un mes antes de ir a la faena y consiste en dos inyecciones que reducen la producción de tetesterona.
“Sin el inmunocastrador se deberá castrar de forma manual cada animal, lo que implica más estrés y pérdida de kilos en el último tramo del ciclo productivo. En definitiva supone más ineficiencia, costos y perdida del bienestar animal. Además se corre el riesgo de que la carne tenga una sabor menos agradable para el consumidor”.
Visiblemente enojado indicó que “quizás haya que recurrir a realizar denuncias por mal desempeño como funcionario público a alguna autoridad para que, tal vez, le vuelva el sentido común”, haciendo referencia a Matías Tomoblini, secretario de Comercio Interior.
Les diría que revisen las cifras que publican. No se si es error del periodista o del entrevistado. No es la primera vez que veo discrepancia al publicar números supuestamente comparables.
No les da vergüenza lucrar con el sufrimiento animal y enfermando a quienes comen esa porquería (nunca mejor aplicada la palabra)…no importa si la porquería viene de fuera o es nacional…Cuando vuelven a su casa, con qué ojos se atreven de mirar a sus hijos luego de haber torturado a seres inocentes y amables?
Si el Homo Sapiens no hubiera incorporado la proteína animal a su dieta, vos ni existirías.
La nota carece de objetividad ya que marca un sesgo ideológico y comentarios en forma de opiñon, además de no tener números claros, muy confusos y subjetivos.