En Bichos de Campo hicimos hace unos días una recorrida en la zona de tambos del centro de Santa Fe, en donde la visión general de los entrevistados fue que el gobierno nacional no estaba tomando medidas concretas para atender a la lechería argentina y ayudar a su recuperación luego de las sucesivas catástrofes climáticas.
En una entrevista con Bichos de Campo, Alejandro Sammartino, subsecretario de Lechería, expresó su desacuerdo con el tono de aquella nota: “Me parece una visión un poco pesimista. Sacando las zonas como el oeste bonaerense, Rivadavia o General Villegas, donde los eventos climáticos pegaron duro, vemos una franca recuperación desde hace cuatro meses, con niveles de inversión en tambos e industrias que no se ven hace años, y con un clima de confianza diferente al de hace dos años atrás”, afirmó.
Consultado por las quejas por el cierre de tambos y la desaparición de los tamberos más pequeños, Sammartino también dijo que no estaba de acuerdo con dicha visión. “Las inversiones se están dando en todo nivel. Hoy está la línea 700 del Banco Nación, que permite a un productor chico tomar un crédito a 10 años para realizar una conversión. Además, hay que tener en cuenta que la falta de competitividad se da en todas las escalas”, señaló.
“Nadie duda de que los tamberos están sufriendo situaciones extremas y quebranto financiero. Personalmente recorrí más de 180.000 kilómetros de caminos, visitando diversas cuencas lecheras a lo largo de mis 18 meses de gestión. Entonces decir que este Gobierno estuvo ausente durante la crisis, cuando acompañamos desde el Ministerio de Agroindustria en las compensaciones y créditos, me parece injusto”, se defendió el funcionario.
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El subsecretario de Lechería también replicó dichos de Fernando Córdoba, presidente de la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe (Meprolsafe), quien recordó que en febrero de 2017 el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, se comprometió a mandar 250 millones de pesos para préstamos, pero que todavía no habían visto un solo peso.
“El año pasado establecimos compensaciones, que son aportes no retornables, por 1.100 millones de pesos a todos los productores en situación de emergencia; le brindamos créditos a más de 9.500 tambos en todo el país. Además, comenzamos la gestión con líneas de financiamiento, donde el plazo más largo era de 3 años y 6 meses de gracia, pasando hoy a líneas con plazos de 10 años y 3 años de gracia. Hoy sólo se piden garantías hipotecarias para cuando las líneas de crédito son a 10 años; cuando las mismas son a corto plazo generamos nuevas herramientas de garantía como lo es el certificado productivo que otorga el Siglea, los controles lecheros oficiales o los contratos”, enumeró Sammartino.
Explicó que, en la entrega de créditos, “hay que trabajar en cada sucursal, ya que hay muchos cambios y no todas esas sucursales trabajan del mismo modo en la celeridad de otorgamiento o en los papeles que piden para armado de carpetas para acceso a créditos. La línea de créditos 700 del Banco Nación a 10 años tiene menos de 2 meses de vigencia. Por eso hay que seguir simplificando las trabas burocráticas que pudieran surgir”, reconoció.
Acerca de la dinámica de trabajo de la Subsecretaría de Lechería y de su visión sobre la cadena lechera, Sammartino identificó dos líneas de trabajo: “Una es el ordenamiento y transparencia del sector, ya que hay un trabajo pendiente en la informalidad, y la otra es el del trabajo en innovación y competencia, ya que no todas las industrias trabajan con los mismos niveles de compromiso”.
“Además, estamos armando reuniones sectoriales de cadena, donde están viniendo representantes de la Asociación de Supermercados Unidos y de la Cámara de Comercio China, mostrando los números, ya que ellos también sufren informalidad y el peso del Estado en la cadena. Por eso hay que hacer foco en el trabajo de buenas prácticas comerciales que hace Agroindustria en conjunto con Producción y la Secretaría de Comercio”, añadió.
En función de la desaparición de tambos durante las últimas dos décadas, que se aceleró en el último año de acuerdo a un informe de CREA, Sammartino comentó que “la inundación y la falta de caminos e infraestructura a la que no hicieron frente los gobiernos anteriores expulsó a muchos tamberos que hoy tienen ganas de volver. Si cambiamos esta falta de apoyo y que los productores vean que estamos acompañándolos con políticas concretas en obras, como estamos llevando adelante, vamos a recuperarlos”.
Por último, Sammartino hizo referencia a la escasa participación de la Argentina en el mercado internacional. Explicó: “En 2016, el peor año de la última década para la producción lechera, pese a que caímos 10%, seguimos siendo exportadores, vendiendo 300.000 toneladas”.
“Esta semana volvió una misión de pymes lácteas acompañadas por la Secretaría de Mercados de Agroindustria, con una gestión exitosa desde el Brasil, ya que supermercados de ese país están dispuestos a comprar mercadería argentina. Y respecto del convenio de cuotas de leche en polvo con Brasil, pedimos a ese país que Argentina tuviera las mismas condiciones que Uruguay. Ahora Brasil decidió que también Uruguay tuviera un sistema de cuotas como nosotros. Se amplió además el cupo, pasando de 4.600 a 5.000 toneladas, con la pretensión de que en 2018 se puedan liberar las cuotas, ya que es impensable pensar en un Mercosur con estas restricciones”, definió.