El 13 de agosto se publicó el decreto 514 que estableció la compatibilidad de los ingresos por los planes sociales con los provenientes de un trabajo temporal en el sector agropecuario. El objetivo -según decía la norma en sus considerandos- era promover el trabajo registrado. El gobierno suponía que de ese modo se daría respuesta a un reclamo de los productores de las economías regionales que desde hace tiempo denunciaban que no encontraban personal por la competencia que suponían los subsidios sociales.
Pero al parecer un decreto no alcanza para modificar comportamientos sociales ni pautas culturales, y mucho menos en un país en el cual cerca de la mitad de la población es pobre y percibe esos beneficios sociales desde hace años. La población más vulnerable sigue temiendo perder esos ingresos por aceptar un trabajo formal.
Jorge Pazos, del área economías regionales de la Confederación de la Mediana Empresa (CAME), dijo que este tipo de producciones zafreras demandan anualmente de 600 mil trabajadores y que -bien entrada la primavera- está faltando nuevamente la mano de obra en actividades que ingresaron en época de cosecha.
“No conseguimos personal para las cosechas de cítricos, de té, de arándanos y pronto arranca la de cerezas. Lo cierto es que la medida (de la complementariedad de ingresos) no llega a los trabajadores por temor a perder los beneficios y eso hace que estemos en serias dificultades para conseguir mano de obra”, indicó el directivo.
El dirigente de CAME aclaró no están en contra de la continuidad de los planes sociales ni nada parecido. Consideró que el problema actual está en la comunicación y en la falta de confianza de los trabajadores.
“Antes del decreto hubo casos de trabajadores que se desacoplaron de los planes para formalizarse y luego cuando quisieron volver a cobrar el plan tardaron mucho tiempo en ser incluidos. Eso no alienta la formalización y terminan percibiendo que a los planes como beneficios mayores al de trabajar”, explicó Pazos.
Por otro lado, consideró que “desde hace tres generaciones se viene perdiendo la cultura del trabajo. Es un tema cultural que llevará tiempo revertir”.
Pero las cosechas no entienden de los tiempos políticos ni sociales y así se estima que mucha fruta podría volver a quedar tiradas en las chacras por la falta del personal necesario para su recolección. Este año ya quedaron, por ejemplo, naranjas en el suelo en muchos campos citrícolas, al tiempo que la gente se quedaba sin trabajo.
En tal sentido, el productor entrerriano Víctor Hugo Pezzellato confirmó que están quedando cítricos sin levantar del campo: “Sucede porque no se consigue personal, no se completan las cuadrillas. Además estamos en la temporada del arándanos así que la poca gente que hay se reparte entre las dos actividades”, indicó desde el Noreste de Entre Ríos.
Al respecto, confirmó Pazos: “Hoy no conseguimos gente para trabajar. Evidentemente el instrumento pensado para la gente más necesitada atenta contra la actividad privada, que requiere del recurso humano para llevar adelante su trabajo y el funcionamiento de las empresas. Necesitamos que el Estado recree la cultura productiva porque estas actividades dan trabajo y generan fuentes de divisas, ya que en su mayoría están vinculadas a la exportación”.
El dirigente señaló que es necesario difundir que los planes sociales son compatibles con el empleo formal y “defender el trabajo como forma de vida y que no sea a través de los planes”.
Eso es mentira!! En Entre Ríos se trabaja, q ganas de vender humo tienen mentirosos