La semana pasada se realizó el Foro Económico Mundial de Davos en Suiza, un ámbito que reunió a los principales líderes empresarios del mundo, y este año la agroindustria jugó un rol fundamental en ese evento. Se puso especial relieve en la necesidad de eludir una crisis alimentaria, con el foco puesto en producir más alimentos pero también de una manera más sostenible.
En este marco, y tal como adelantamos la semana pasada en Bichos de Campo, cada vez son más las empresas que plantean estrategias orientadas a lograr un equilibrio entre lo económico, social y ambiental.
Concretamente, el líder de Cargill, David MacLennan, adelantó que la compañía está ampliando su programa de agricultura regenerativa, mediante el cual premiará a los agricultores de América del Norte que participen de la iniciativa con pagos asociados a secuestro de carbono.
La empresa lanzó este programa en 2020 con el objetivo de promover las prácticas de agricultura regenerativa en cuatro millones de hectáreas de América del Norte para 2030. Cargill busca que los productores del país del norte adopten buenas prácticas agrícolas, para lo cual les paga un diferencial por ello.
Según adelantó el líder de la empresa en Davos, este programa se ampliará a otros países en el mediano plazo porque la firma se puso como objetivo producir más alimentos en un marco sostenible.
Algo similar ya habían planteado Cofco y Bunge, quienes cada uno por su cuenta lanzaron programas con los que buscan abastecerse de granos provenientes de tierras que no hayan sido deforestadas. La tala en el Amazonas, según aseguran algunas ONG ambientalistas, es una de las principales causas que aceleraron en el último tiempo el calentamiento global y las grandes empresas saben que el tema está en debate y pueden verse muy perjudicados en el corto plazo por ello.
También en Davos, Gilberto Tomazoni, el CEO de la brasileña JBS, explicó que la empresa está trabajando para ser parte de la solución y no del problema y por eso plantean ser capaces de capturar gases de efecto invernadero para reducir su huella de carbono.
JBS tiene el objetivo de ser “carbono neutro” hacia el 2040, es decir recortar o compensar sus emisiones de gases de efecto invernadero hasta lograr neutralizarlas. En ese sentido, la corporación trabaja en la promoción de la recuperación de pastos degradados en establecimientos ganaderos para capturar carbono.
Todo parece indicar que muchas otras grandes empresas se sumarán a esta tendencia por una demanda concreta de la sociedad, pero también para obtener beneficios económicos. Claramente, las grandes compañías cuando logran objetivos que las vuelven más sustentables logran acceder a financiamiento directo de diversos organismos internacionales.
Cuidar el medio ambiente también tiene premio para las empresas.