Una porción nada despreciable de los productores argentinos que ya vendieron trigo lo hicieron muy probablemente sin advertir un cambio normativo que modificó por completo el sistema de formación de precios del cereal.
Los últimos datos oficiales muestran que al 25 de enero pasado los productores argentinos habían vendido 7,056 millones de toneladas de trigo 2022/23, los cuales 2,141 millones (30%) no tenía precio hecho.
A pesar de que la cosecha de trigo fracasó rotundamente y que aún falta comercializar la mitad de la misma, los precios del cereal condición cámara se derrumbaron y la mala noticia es que no existe nada que indique que eso pueda llegar a cambiar.
La razón de ese fenómeno es que, luego de una intervención oficial instrumentada el pasado 1 de noviembre, por medio de la cual se otorgó la posibilidad de extender por un año los plazos de embarque del trigo 2022/23, los exportadores pasaron de estar “sobrevendidos” a “sobrecomprados” en el cereal.
Tal como había advertido Bichos de Campo en octubre de 2022, la intervención fue diseñada para quitar la presión de demanda de los exportadores, de manera tal que el mercado quede solamente en manos de los molinos.
Efectivamente, los precios de los futuros de Trigo Rosario del Matba Rofex comenzaron a descender luego de la intervención oficial, pero, aún así, hubo varias jornadas en las cuales fue posible “capturar” precios interesantes antes del “planchazo” definitivo de valores.
Así como hubo empresarios agrícolas que aprovecharon los futuros de Trigo Rosario del Matba Rofex para evitar ser pasados por la “picadora de carne”, otros, en cambio, vendieron trigo con la modalidad a fijar probablemente esperando que los precios “iban a subir” porque “hay poco trigo por la sequía”. Pero ese razonamiento resulta acertado en un país normal y no en un mercado ultra-intervenido por todos los orificios.
Ahora esos más de 2,0 millones de toneladas de trigo vendido con la modalidad “a fijar” quedaron así “encerrados” en un corralito a la espera de una recuperación de los precios que no tiene grandes oportunidades de presentarse, pues los exportadores están obligadamente retirados del mercado, dado que el gobierno cerró hace rato la “canilla” de los permisos de embarque de trigo.
En cuanto al trigo que aún no se comercializó, buena parte del mismo está a la espera de oportunidades comerciales que puedan aparecer en le transcurso del ciclo comercial 2022/23, que finaliza en noviembre próximo. Se trata de un juego de paciencia que entablarán productores y molinos en los próximos meses.