“Buenas tardes. Ayer se terminó mi vida como granjero a los 72. Los perros del pueblo me dejaron sin ovejas. Superaron los alambrados, a la burra, los corrales y el rifle del productor”.
Con ese duro mensaje el veterinario y devenido productor Oscar Jensen contactó a Bichos de Campo, a quien tan solo un mes atrás habíamos entrevistado por la implementación de una burra como forma de proteger su pequeña majada, a las afueras de la localidad de Sarmiento, en la provincia de Chubut.
A los vecinos de la chacra de 15 hectáreas que mantiene junto a su esposa, ya siendo ambos jubilados, el mensaje enviado fue otro. “Con profundo dolor y enorme tristeza quiero contarles que perros con dueños irresponsables nos han dejado sin ningún ovino, sin gallinas, sin patos y sin conejos: 22 ovejas muertas, de las cuales 15 faltaban por parir, 1 carnero y diez corderos. Hoy nos vemos obligados a abandonar esta actividad que tanto amamos”, les detalló con pesar el hombre que durante 40 años se dedicó al control de hidatidosis (una parasitosis que se transmite de animales a humanos) en el área de salud pública local.
“No sé si es bronca lo que tengo, pero sí impotencia de no poder hacer lo que a uno le gusta. o hace muchos años que vivo en Sarmiento, pero nací en un campo de Santa Cruz. Me crié con las ovejas, con las gallinas, con los patos, con la granja. Y con mi esposa al jubilarnos, dijimos de mejorar lo que teníamos en la granja, y de intentar vivir de lo que producíamos. Mi esposa es buena huertera, le gustan los animales, y a mí me gustan las ovejas. Y así fue que producíamos casi todo lo que comíamos”, relató Jensen en una charla con Matías Longoni en el programa Colonia Agropecuaria.
-Hacés una distinción muy especial entre tu situación y la de otros productores que quizás están más expuestos, en campos alejados, a perros cimarrones o asilvestrados, un fenómeno muy grande sobre todo en Santa Cruz y Tierra del Fuego.
-Estos son perros del pueblo. Tenemos la ventaja de vivir en una zona baja del Valle, lo que nos permitía vivir como campesinos con las comodidades del pueblo como son tener agua, gas e internet. Eso mejoró muchísimo nuestra calidad de vida. Pero una cosa que no la evaluamos lo suficiente es que vivíamos cerca de los perros, y en una localidad donde hay tenedores irresponsables de los perros que los sueltan de noche.
Oscar lamentó que el Consejo Deliberante local no haga cumplir con la ordenanza municipal que estipula que los perros deben estar en la casa o en el patio del dueño, y no deambulando por las calles o la zona de chacras. “Esa ordenanza está muy buena y nos debería proteger a nosotros, los habitantes de Sarmiento”, afirmó.
Por desgracia, los encontronazos con estos “perros con dueño” fueron más que los que el matrimonio pudo evitar. “A principio de año entraron dos dentro del lugar donde teníamos a los conejos. Rompieron el alambrado y nos dejaron sin nada. Hace un mes nos dejaron sin gallinas y sin patos. Y ante anoche nos dejaron sin ovejas. Mataron a las que estaban en los cuadros de afuera y a las recién paridas en un galpón chiquito con cerco alto de madera. Saltaron y entraron igual. Este año nos superaron”, indicó.
A su majada, el productor la catalogaba como una formada por “un popurrí de razas”, ya que estaba formada por al menos siete distintas, que son las que pudo reunir tras su paso por la escuela agraria local. Entre ellas se destacaban las Dorper, Border Leicester, Frisonas y Caras Negras o Hampshire Down.
“Estábamos tratando de armar una majada de distintas razas carniceras, y habíamos incorporado un carnero Dorper, que ahora está teniendo mucho auge en la Pampa Húmeda y en el norte, porque es una raza que en estado de pureza no se esquila. Por eso nosotros le llamamos de fácil manejo, porque evitamos la esquila, que por la edad ya no nos da el cuero para hacerla. Quería intentar eso y queríamos tener una raza de buena producción de carne, no para vender sino para el consumo propio, y para el placer del hombre de campo de encerrar su majada, elegir el cordero, carnearlo y hacer un asado con los amigos. La mayor tristeza que tenemos con mi esposa es que esa vida se nos terminó”, lamentó Jensen.
-Pero lo peor de todo es que ustedes se prepararon, hicieron de todo para frenar a los perros.
-Sí, yo tengo los alambres que dan contra la calle, que me costaron mucha plata. Después acá hay una planta invasora que es la rosa mosqueta, que la corto la pusimos contra el alambre para evitar que se salgan. Nos preocupamos por que todas las tranqueras estén cerradas. Hace unos años incorporé una burra que por tres años me defendió perfectamente a las ovejas, pero bueno, anteanoche superaron el alambrado de entrada a la calle, superaron los cercos, superaron los potreros y también superaron a la pobre burra que no nos ha podido defender.
-¿Era una jauría?
-Yo normalmente, cuando está por amanecer, voy a ver los animales por si parió alguna más en este tiempo, y encerrarla en el corral para darle un poco de forraje, de balanceado para mejorar la lactancia y cuidar al corderito los primeros días. Vi dos perros grandes y un vecino que pasaba en el auto a esa hora me dijo que él los había visto junto a otros dos camino al pueblo. O sea que fueron cuatro perros. Es imposible que una burra se pueda defender a su majadita de estos cuatro animales.
-¿Por qué hacen esto los perros? ¿No es por hambre?
-No. Eso con seguridad. A otros animales que me han matado alguna vez, los he dejado en el medio del cuadro y han estado hasta que se terminaron de secar y se los comieron los gusanos. Lo que dicen los que estudian el comportamiento de los animales es que su instinto o sus genes de lobo, que les queda algo a los perros, necesitan que la oveja corra y ahí la atacan. Es por diversión.
Sin embargo, Oscar añadió: “Cuando vi la forma en que rompieron el alambre tejido donde teníamos a los conejos, no tengo otra forma de pensar más que estamos ante perros asesinos. No puedo pensar en ponerle otro nombre, porque los corderitos tenían una sola mordida en el cuello, no tenían otra más. O sea que lo tomaron del cuello y lo sacudieron y listo, y ahí se terminó el juego”.
-Pero la culpa finalmente no es del perro.
-Por supuesto. La culpa es del dueño irresponsable que, según la legislación, tiene que tener al perro en su patio, en su casa, pero a la noche le abren la puerta, la tranquera del patio, y lo sueltan . Salieron bien de noche.Yo fui antes de que amanezca y ya me encontré con todo el daño. Se ve que para matar 25 ovejas han estado toda la noche. Lamentablemente no los escuché. Otras veces los hemos escuchado y uno sale con linterna y el rifle.
-El daño económico es importante. El daño espiritual, moral, es más importante seguramente. ¿No hay manera de hacer la denuncia? ¿Tiene sentido hacerla?
-Sí, hemos hecho la denuncia. Vamos a hacer una presentación al municipio, a la Sociedad Rural, porque lo que me ocurrió a mí no es el único caso. Le ha ocurrido a otros productores y ha ocurrido en muchos otros años. Pero uno reincide. Ahora evidentemente con mi esposa tenemos que reevaluar y aprovechar las ventajas de donde estamos viviendo, y no exponernos a estas cosas, porque uno económicamente puede perder su majada pero también nos quitaron una forma de vida. Lo más triste es eso.
A continuación, Oscar concluyó: “Yo soy un hombre grande y le aseguro que lloré cuando empecé a ver a los animales muertos. Cuando uno lo cuente se hace el duro, pero ahí solo de noche me puse a llorar, porque las ovejas tienen sentimientos, son dóciles, mansas y más cuando uno les da de comer. Más en invierno. Ahora hace un mes tuvimos nieve y les teníamos que dar pasto y aliento balanceado. Ellas venían, comían de la mano de uno y pedían más. Y cuando paren y uno les atiende al cordero, nos miraban como diciendo gracias por ayudarme y acercarme al cordero”.
Un muy apreciado amigo y profesional. Gran defensor de la cultura ovejera. Siento su pérdida como un fracaso más de nuestras ambivalentes posturas seudo proteccionistas.
Un fuerte abrazo para Roxana y Oscar; algún día su tragedia se transformará en toma de conciencia.
Los de Zootecnia Digital valoramos tus acciones en pro de los ovinos y los ovejeros.
Lo contradictorio del comentario ” las ovejas son buenas, tienen sentimientos…” ” agradecen cuando se las ayuda a parir su corderito.. ” …Después lo asesinan y se lo comen!!!
Bien. Al menos no le echa la culpa a los pumas.
Los perros domésticos y los cimarrones hacen desastres.
Lo cómico es que van a implementar chips en la hacienda y estos perros domésticos o cimarrones andan libremente haciendo calamidades. Este fenómeno también abarca zonas adónde hay campos agrícolas deshabitados. Incluso por seguridad humana , quien garantiza que no ataquen a seres humanos?
no son perros domésticos. un presidente qué dice amar a los perros, no movio un dedo no menciono el tema. ya tendría que estar en marcha una ley ee cuidado animal con una castración nacional obligatoria y gratuita para terminar con este flagelo de super población de perros. de cada 10, 7 son callejeros o asilvestrados.