A pocos días de que se realice una protesta de productores lecheros que va ganando adhesiones y que pretende exponer el desamparo total al que somete la política pública al primer eslabón de la cadena lechera, la Mesa de Competitividad Láctea mantuvo una reunión informal para trabajar en lo que se le reclama desde hace años: la aplicación de una suerte de código de buenas prácticas comerciales que impida que los tamberos sean la variable de ajuste de la cadena y estén condenados a trabajar por debajo de sus costos, como sucede desde hace tiempo.
Imposible no vincular esta reunión, de la que nos enteramos por un comunicado de la propia Secretaría de Agroindustria, con lo que sucederá el jueves, cuando grupos de productores de leche de Buenos Aires se concentrarán frente a las plantas de Mastellone en General Rodríguez y Trenque Lauquen. Esa manifestación, convocada originalmente por Carbap, está recibiendo adhesiones de diferentes agrupaciones de tamberos.
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Y le duele particularmente al gobierno de Cambiemos esa concentración tambera, sobre todo porque expone el fracaso de las “mesas de competitividad” tan promocionadas por la gestión del ex ministro Luis Miguel Etchevehere como mecanismo amigable y componedor de los conflictos.
Agroindustria se ocupa de aclarar, en el arranque de su comunicado, que la reunión de este lunes “fue pedida por la Mesa de Competitividad Láctea” y uno deduce que entonces no fue convocada por las autoridades, que así se quitan el sayo de encima ante un posible fracaso de esta vía negociadora. En ese encuentro bastante informal, y del que participó solo una parte del sector, se acordó “una agenda de trabajo para consensuar buenas prácticas en los diferentes eslabones de la cadena”, se informó.
“El director nacional lácteo Alejandro Sammartino encabezó hoy una reunión con los actores productivos para avanzar en una agenda sobre la identificación y la viabilidad de diferentes formatos de contratos, la búsqueda de consenso en buenas prácticas en los diferentes eslabones de la cadena (plazos de pago acordes y participación de pymes en diferentes canales de comercialización), y el cumplimiento de lo establecido por la Resolución 229 en lo que respecta a la fecha límite para informar el precio”. Eso es lo que anuncia el informa de Agroindustria.
Ese párrafo resume casi todo lo que venían pidiendo los productores de leche que ahora decidieron pasar al carril de la protesta, cansados de repetir lo mismo sin ser escuchados durante los traes largos años que lleva el Gobierno de Cambiemos y la gestión de Sammartino al frente del área.
- Pedían un mercado con “contratos”, de modo de poder saber con anticipación cuánto van a cobrar, según determinados parámetros de calidad bien establecidos, por la leche que producen y entregan a la industria láctea.
- Pedían “plazos de pago acordes”, de modo que no sea la industria láctea la que defina cuándo cancelará el suministro de leche, lo que actualmente sucede uno o dos meses más tarde, con la pérdida que ocasiona la inflación toda sobre la espalda de los productores.
- Y pedían “buenas prácticas”, para evitar entre otras cosas el “clearing” de leche entre industrias, que termina funcionando como una suerte de cartelización encubierta, según diversos estudios realizados por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia.
Sigue el comunicado: “Durante el encuentro, que responde a un pedido de la Mesa de Competitividad Láctea, se presentó la matriz de tipificación de precio en función de los parámetros higiénicos-sanitarios y composicionales que surge del Sistema Integrado de Gestión de la Lechería Argentina (SIGLeA) y que estará disponible a partir de esta semana en el tablero de control de la Secretaría de Agricultura”.
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La movida para ponerse a trabajar en esta “agenda” comercial que tanto se reclamaba surgió de entidades que han esquivado la protesta del jueves. Del encuentro con Sammartino participaron José Di Nucci ,de la Cámara de Productores de leche de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba); Luis Beltramino, de la Cámara de Productores lecheros de Córdoba (Caprolec); Máximo Russ, de Sociedad Rural Argentina (SRA); Silvina Campos Carles, de Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro); Aníbal Schaller y Guillermo Assuma, del Centro de Industria Lechera (CIL); y Pablo Villano y Rubén Bonafina, de la Asociación de Pequeñas y Medianas empresas Lácteas (APyMEL).
Entre los sectores que ya se agotaron del chamuyo oficial y decidieron promover una protesta como modo para hacer notar la situación de los tamberos se cuentan las regionales de CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), la Mesa de Productores de Leche de Santa Fe (Meprolsafe) y esta tarde anunció su adhesión la Federación Agraria Argentina (FAA).
“La inacción de las autoridades a la hora de diseñar una política lechera nacional tiene como resultado la falta de perspectivas para muchos de los productores primarios, que deciden liquidar sus planteles y cerrar sus tambos, perdiéndose mano de obra ocupada y el trabajo de varias generaciones”, razonó la FAA este lunes en un comunicado.