En secreto, en los últimos días los ministros Luis Basterra y Matías Kulfas llamaron a los principales dirigentes de la Mesa de Enlace para anticiparles que la semana que viene el gobierno dispondría, por decreto, de una mayor apertura del cepo a las exportaciones de carne vacuna, especialmente pensando en los envíos de carne a Israel y en la vaca conserva que tenía como destino principal China y que aquí no tiene demanda.
El objetivo oficial era, con claridad, enviar a los ruralistas señales conciliadoras frente a la realización del acto de San Nicolás que resultó ser mucho más convocante de lo que se preveía. Kulfas y Basterra son del ala más moderada del gobierno y saben que el cierre de las exportaciones de carne no es la receta adecuada para sofocar la suba de los precios de la carne al consumidor. Pero obedecen órdenes y bajan la cabeza frente al ala dura de la gestión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, que impuso primero una prohibición total de las exportaciones de carne vacuna y luego un sistema de cupos para reducir los embarques un 50% respecto de los niveles de 2020.
Lo que anticiparon los ministros a varios dirigentes es un mayor apertura de ese cepo. No están claros los aspectos técnicos de la medida, pero la filosofía es tratar de responder a un pedido concreto que hiciera hace un par de semanas la Mesa de Enlace, cuando le planteó a Kulfas que prohibir las exportaciones de carne de vaca conserva a China era una medida inútil, que solo perjudicaba a los productores sin provocar ningún beneficio al consumidor, pues esa categoría bovina de descarte no tiene consumo local. En rigor, desde el cierre de las exportaciones las vacas cayeron un 30% en su cotización y perdieron los criadores, pero no bajaron los precios de la carne en los mostradores.
Por otro lado, los envíos de carne a Israel también se flexibilizarían luego de las quejas de la diplomacia de ese país, que es el segundo mayor cliente de la carne argentina detrás de China.
Kulfas, según puso saber Bichos de Campo, incluso llegó a decir que el decreto sería publicado el lunes o martes. La promesa trataba de suavizar el tono de los discursos de los dirigentes rurales nacionales, que finalmente hoy se encontraron con una inesperada multitud en San Nicolás y marcaron fuertes diferencias con el rumbo de la política económica y agropecuaria de la gestión de Fernández.
De todos modos, los dirigentes no lanzaron ni un paro agropecuario ni ninguna otra protesta inmediata, como pretendían algunos sectores de los autoconvocados que organizaron el acto.
Quedó claro, luego de la manifestación, que la Mesa de Enlace decidió no dinamitar todos los puentes de diálogo con las autoridades, más allá del tono severo utilizado por sus principales espadas. “Finalmente lo que necesitamos es que reabran las exportaciones”, explicó por lo bajo uno de sus dirigentes.
Los trascendidos en torno a la medida que Kulfas, una vez más, negoció solamente con los grandes frigoríficos del Consorcio ABC, que concentran el 80% de la exportación y se han quedado con las mayores tajadas a la hora del reparto de los nuevos cupos, no abren mucho espacio para la ilusión. Más bien, tienen gusto a poco y seguramente no conformarán a los productores, que reclaman liberar por completo los embarques de carne.
Una versión indicaba que las vacas manufactura de peor calidad (las de ocho dientes) podrían exportarse sin restricciones, sumando un 10% más de volumen al 50% de los cupos dispuestos por el gobierno. Con Israel también liberado (que representaba otro 10% de los envíos de carne en 2020), la especulación más optimista decía que la mayor parte de los negocios de exportación habrían quedado liberados.
Manual básico para entender qué es una vaca conserva y por qué nosotros no la consumimos
Pero, como se dijo, esa era la versión más optimista. Una mucho más realista indicada que el nuevo decreto presidencial solamente habilitaría que -dentro de los envíos de vaca vieja y manteniendo los cupos de 50%-, los frigoríficos serían habilitados para enviar a China algunos de los siete cortes prohibidos (asado, vacío, matambre, falda, cuadrada, etcétera) , siempre que provinieran de esa categoría bovina de descarte.
Es decir, si ese fuera el caso, no se permitiría exportar un mayor volumen de carne sino que al habilitar ciertos cortes de vaca vieja, se facilitaría a los frigoríficos una mejor integración de la media res.
Pero, además, en ninguno de los casos habrá una mayor libertad de comercio, pues en cualquiera de los dos casos los beneficiarios de esta ampliación serían los 60 frigoríficos que ya recibieron una cuota de exportación por sus envíos en 2020, dejando fuera de la competencia a otros 40 operadores sin planta, como matarifes y grupos de productores, que también participaban del negocio el año pasado.