Los encierres no parecen ser el mejor lugar para que los bovinos lo pasen bien, aunque a veces están bajo techo, cuenten con alimentación abundante y controles sanitarios periódicos.
Más allá de estos dilemas filosóficos, en la Argentina cerca del 40% de los bovinos pasan en algún momento de su vida por sistemas de engorde a corral. Existen por lo menos 1.200 feedlot registrados en el Senasa y los animales que allí se producen tienen los mismos derechos que los que crecen en el campo abierto. Pensando en eso es que se lanzó el primer manual de bienestar animal adaptado a este tipo de establecimientos ganaderos. Se llama Bienest.AR.
Este protocolo de evaluación de bienestar animal para los feedlots argentinos fue elaborado en conjunto por el IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina), el Senasa y el INTA. De una conferencia de prensa de lanzamiento, realizada este lunes, participaron Juan José Grigera Naón, el presidente del IPCVA; Carlos Parera, director nacional del INTA; Fernando Storni, gerente de la Cámara de Feedlod; y Leandro Langman, del Centro de Investigación de Agroindustria del INTA, quien realizó la presentación técnica del trabajo.
Langman (en la foto) indicó que este protocolo fue desarrollado para evaluar los sistemas productivos bovinos de engorde a corral de una manera estandarizada, priorizando los indicadores de bienestar que incluyen mediciones basadas en los animales que cumplen con la validez, confiabilidad y practicidad, y al mismo tiempo adaptados a los escenarios argentinos.
Protocolo bienestar animal para feedlotsEn la actualidad, las herramientas existentes para evaluar el bienestar de los animales son muy diversas y generalmente recurren a metodologías de evaluación que no siempre son aplicables a los sistemas productivos locales. Y los feedlots argentinos son muy distintos a los de Estados Unidos, por ejemplo. Por eso el objetivo de este trabajo fue desarrollar un protocolo de evaluación adaptado a los establecimientos argentinos.
Para hacerlo se tomaron como base los principios y criterios de bienestar animal desarrollados en el protocolo Welfare Quality, redactado en 2009, identificando y seleccionando indicadores que se pudieran aplicar de forma exitosa en los planteos locales. El protocolo tiene capítulos dedicados a la buena alimentación, el buen alojamiento, la buena salud y el comportamiento apropiado.
En 1965, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE, por su vieja sigla en inglés) determinó los principios que determinan cuando un animal tiene condiciones de bienestar. Para ello, debe gozar de buena salud, estar cómodo, bien alimentado y con posibilidad de expresar sus formas innatas de comportamiento, sin padecer de sensaciones desagradables tales como dolor, miedo o desasosiego.
Langman, coordinador del proyecto en el INTA, explicó que ahora “su implementación permitirá evaluar de manera íntegra y objetiva un establecimiento que tenga interés en diagnosticar su sistema de engorde o quiera trazar un plan de mejora específico, como así también el de aspirar a futuro a un proceso de certificación de bienestar animal”.
Débora Racciatti, coordinadora de Bienestar Animal del Senasa, fue un paso más allá al asegurar que “el protocolo permite hacer un análisis de situación o de brecha: le permite saber al productor qué le falta para alcanzar sus objetivos, así como realizar un análisis inicial que sirva como punto de partida”.
Psicólogo o una sala de masajes o tal vez unas buenas vacaciones en Cancun, ya no quiero mas carne extresada o que de que dijo cantinflas será que nunca nos dimos cuenta que carne pal asado solamente o la picada para las empanadas o las carnitas para los tacos tamos mal nosotros no los bovinos caprinos ovinos suinos plumifero que mas y los peces que los sacan del agua y que de que, los ahogan sin aire se ahogan