El cepo exportador tiene el pretendido objetivo de incrementar la oferta local de carne para frenar el alza de los precios. Aunque todavía falta conocer la letra fina de cómo se aplicará la medida, ya puede decirse que el gobierno reorientará hacia el mercado interno unas 30 mil toneladas mensuales que antes iban al mercado de exportación (especialmente a China). Como en promedio los argentinos consumimos unas 190 mil toneladas, este medida implicará un incremento de la oferta de casi 16%.
Esta inyección adicional de carne se producirá en meses claves para el futuro político del gobierno, ya que se aproximan las elecciones de medio término. Las restricciones a las exportaciones fueron anunciadas en principio hasta el 31 de agosto, pero también se prevé la posibilidad de extenderlas hasta fines de 2021. El cepo coincide con la campaña electoral.
Buena parte de la carne que no podrá ser exportada iba a China, y provenía de vacas conserva o “de descarte” que se vendía congelada y que aquí no tiene demasiado demanda. Salvo, claro, que sea picada y se utilice para la confección de hamburguesas, chorizos mezcla y ortos destinos donde todo se disimula. Todo cierra.
Hagamos cuentas.
La Argentina exportó un volumen total de 738.945.492 toneladas peso producto de carne vacuna en todo 2020.
Ahora, para lo que queda de 2021, decidió recortar un 50% los volúmenes promedios mensuales exportados, pero tomando como base solo las exportaciones del segundo semestre del año anterior. Según la estadística del IPCVA en base a datos aduaneros, en ese tramo se exportaron 409 mil toneladas peso producto.
Sacando siete cortes “populares”, los cuartos con hueso y las medias reses (que quedarán directamente prohibidas) se supone que de ahora en más se podrá exportar mensualmente solo la mitad de esas 409 mil toneladas, es decir unas 200 mil toneladas prorrateadas a lo largo de este sgeundo semestre que se inicia.
Dice el decreto que para provocar esta retracción de las exportaciones se definirá un cupo mensual “que no podrá superar el 50% del promedio mensual del total de las toneladas exportadas de productos cárnicos por el período julio/diciembre del año 2020”.
El total es 409 mil toneladas. Si esa cantidad se divide entre los seis meses del segundo semestre, el promedio mensual exportado es de 68 mil toneladas. Y el 50% de ese promedio, es decir el nuevo “cupo mensual” que podrá exportarse, es de 34 mil toneladas.
Es decir que la Argentina no podrá exportar más de 34 mil toneladas de carne vacuna por mes de aquí a fines de agosto. O a fines de diciembre si el gobierno decide extender el cepo exportador, como todo hace suponer.
“Las exportaciones que sean efectuadas dentro de los contingentes arancelarios otorgados por terceros países a la República Argentina no se encuentran alcanzadas por las restricciones previstas en el artículo 2° del presente decreto”, aclara la normativa. Estas excepciones no impactan demasiado en el volumen a repartir.
indicadores 2020En general, en el segundo semestre de 2020 se exportaron unas 2.500 toneladas mensuales de Cuota Hilton, el cupo más importante. Se le suman un promedio mensual de 600 toneladas de Cuota Americana (las 20 mil toneladas anuales que ingresan a Estados Unidos) y unas 400 toneladas mensuales de la Cuota 481 (la carne de feedlot que va a Europa). La norma no dice nada específico sobre la carne kosher exportada a Israel.
Descontemos unas 4.000 toneladas mensuales. El cupo mensual quedaría en cerca de 30 mil toneladas. Eso es lo que los frigoríficos podrán seguir exportando a China y otros destinos. Si los clientes quieren, claro, porque perfectamente pueden haberse enojado.
En 2020, la Argentina le exportó a China un total de 457 mil toneladas de carne vacuna, por casi 1.700 millones de dólares. Es decir, se vendió a un ritmo promedio de 38 mil toneladas mensuales. La inmensa mayoría de esas ventas (37,7 mil toneladas mensuales) fueron “cortes congelados”. Allí entraba la carne de vaca vieja que en la Argentina no tiene consumo. Pero también podía entrar algún corte parrillero, que ahora ha sido prohibido.
El el segundo semestre de 2020, los argentinos comimos 1,16 millones de toneladas de carne vacuna, a razón de unas 190 mil toneladas por mes. Las 30 mil toneladas que antes se exportaba y ahora se orientarán hacia el mercado local suman un 16% más de carne a esa oferta.
A esa “inyección” adicional de carne para el mercado interno apuesta el gobierno para que se calmen los precios de la carne e incluso puedan bajar. Por ahora nada de eso se verificó. Veremos cómo sigue la cosa.