El panorama para la industria del bioetanol es de absoluta incertidumbre. Ya lo ha sido el año pasado, cuando la producción de ese biocombustible a partir de maíz (también se puede hacer desde el alcohol de caña de azúcar) cayó a su mínima expresión por la falta de certezas sobre el programa de cortes de los combustibles fósiles y los bajos precios pautados por el gobierno.
El mal resultado del ejercicio anterior ya es conocido. “En el año comercial maicero 2019/20 se estima que la producción de bioetanol obtenido a partir del cereal fue inferior a 400.000 metros cúbicos, convirtiéndose en la más baja desde 2012/13 cuando el corte obligatorio era de apenas el 5%”, explicó un análisis de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Con el correr de los años, el corte obligatorio de las naftas con bioetanol creció al 12% (la mitad es para los ingenios azucareros y entonces 6% corresponde al maíz), por lo que la demanda para las fábricas que lo elaboran debería ser por lo menos un 20% mayor. Pero, como se dijo, reina la incertidumbre.
Los analistas de la BCR, que están interesados en determinar cuál podría ser la demanda de maíz de este año para elaborar ese subproducto, creen que podría haber un importante incremento de la producción si se normalizan algunas cosas. En su trabajo calcularon que la oferta de bioetanol podría llegar a 575.428 metros cúbicos en el ciclo 2020/21, absorbiendo para tal fin cerca de 1.495.114 toneladas de maíz de la campaña recién iniciada.
El aumento del consumo de maíz por parte de la industria del bioetanol podría llegar a ser entonces del 48% respecto del ciclo anterior. Pero siempre condicionada a determinados factores. ¿Cuáles son?
Por un lado la demanda genuina. La BCR explicó que en 2020 se cayó al mínimo histórico de producción por culpa de “la fuerte disminución del consumo de naftas en el país como consecuencia de la cuarentena impuesta tras la expansión del Covid-19 y la caída de la actividad económica”. Pero como ahora se espera una recuperación de la actividad del transporte de bienes y personas, “es de esperar una mayor producción de bioetanol en base a maíz”.
Pero además en mayo próximo vencerá la Ley 26.093, que regula los cortes obligatorios de los bios con combustibles fósiles. Una prórroga por cinco años de esta ley ya fue aprobada por el Senado pero aún resta su tratamiento y aprobación en Diputados, donde el oficialismo duda sobre qué hacer y está sometido a fuertes lobbys.
Por ahora, la Resolución 11/2021 publicada en enero, estableció nuevos precios para el bioetanol de maíz para los primeros cinco meses del año y mantiene en 12% el corte obligatorio hasta ese mes. Después el misterio.
“Dado el fuerte direccionamiento de la producción de bioetanol al propio mercado interno argentino, es vital para esta industria que la ley de biocombustibles no caduque en 2021 para conservar su principal fuente de demanda”, advirtió la BCR.
Otra clave para la recuperación es que resulte rentable transformar maíz en bioteanol. El sector está regulado y “los valores fijados por la Secretaría de Energía para los primeros meses del año comercial maicero 2020/21 ciertamente no constituyen un incentivo económico para el sector de biocombustibles, duramente afectado por la rigidez de precios ya en 2020”, advirtió el informe.
Así las cosas, en marzo el ratio de precios bioetanol/maíz se ubica en un mínimo histórico para el inicio de una campaña maicera, en 2,78 kilos de maíz por litro de bioetanol.