La industria que produce bioetanol es una de las más jóvenes del país. El corte obligatorio de las naftas con dicho alcohol de fuentes renovables comenzó a producirse en 2010, cuando se puso en vigencia plenamente la Ley de Promoción de Biocombustibles que había sido sancionada poco tiempo antes, en 2006. Hoy el negocio enfrentar turbulencias por el cambio de las reglas de juego, pero uno de los principales productores, ACABio, le está buscando la vuelta: comenzó a exportar el producto nada menos que a la Unión Europea.
“El bioetanol funciona como un ‘corrector’ de las naftas, debido a la gran cantidad de octanaje que posee. Tiene 114 octanos sobre una nafta que sale con 84 puntos de octanos”, nos recordó Víctor Accastello, director de insumos agropecuarios e industrias de ACA (Asociación de Cooperativas Argentinas) y uno de los hombres que más sabe sobre la producción de este combustible renovable a partir del maíz.
El corte o mezcla de las naftas con bioetanol entonces comenzó en el país una década. Primero fue en una proporción del 5%, luego pasó a 7%, más tarde al 10% y hoy se encuentra en un 12%, que se divide en partes iguales entre quienes lo obtienen de la caña de azúcar (los ingenios del norte) o quienes procesan con ese destino el maíz. ACABio, la planta que levantó ACA, forma parte de este último grupo.
Mirá la entrevista completa con Víctor Accastello:
Siempre es interesante escuchar a Accastello desgranar los argumentos en defensa de la producción de este biocombustible. Por ejemplo, en diálogo con Bichos de Campo remarcó que el bioetanol también “tiene un fuerte impacto en la sustitución de importaciones. Hoy con 12% de bioetanol se sigue importando naftas a un nivel de 400 mil metros cúbicos el año pasado”.
El experto consideró que con la estructura fabril disponible para la producción del renovable, perfectamente se podría pensar en incrementar su consumo elevando el corta hasta el 15%. “Tenemos que producir más etanol para evitar comprar más naftas”, determinó
Ver: Bioetanol: La última de las grandes industrias argentinas quedó al borde de la parálisis
La planta de ACABio es una de las grandes inversiones que se hicieron en el sector. Está situada en Villa María, Córdoba y en funcionamiento desde 2016. Allí la gran noticia es que, mientras esperan que la Argentina defina qué va a hacer con el corte de las naftas, hace un par de semanas realizaron la primera exportación de bioetanol al continente europeo.
“Ya habíamos exportado a Brasil. Pero ahora por primera vez lo hacemos a la Unión Europea. Y la característica para realizar esta exportación es que el combustible en su producción y traslado debe ser en hasta un 68% menos contaminante que las naftas”, contó Accastello.
El especialista relató que no fue sencillo el trámite para poder llegar a venderle biocombustible a Europa. “Para esto te auditan y miden la huella de carbono, desde la producción de maíz en el campo, donde le hacen al productor demostrar con factura la cantidad de semilla e insumos que utilizó”.
“Luego miden el flete a las plantas, donde ACA tiene 4 plantas certificadas. Y luego todo el proceso en ACABio, donde no se usa electricidad extra, se recupera el CO2 y la burlanda viaja cortas distancias hacia feedlots y tambos que están bien cerca. Por último suman en el puerto de destino todo el viaje”, detalló Accastello.
Luego de tanta medición, ACABio logró sacarse un aprobado. “Nos dio que somos 74% más sustentables que las naftas”, se enorgulleció Accastello.
ACABio produce hoy 160 millones de litros de bioetanol al año y están en procesos de reforma para llegar a 260 millones. “Vamos a seguir produciendo bioetanol porque se seguirá vendiendo aquí y hacia el exterior”, definió el gerente de las cooperativas.
Pese al optimismo de Accastello, existe una gran incertidumbre en el sector acerca de los que ocurrirá el año que viene, cuando en mayo se venza la actual Ley de Biocombustibles. Una opción es que la misma se prorrogue hasta fin de 2024, ya que en sus comienzos se demoró cuatro años en implementarse. Pero otra opción es que se discuta y salga una nueva ley.
Para eso en el sector han trabajado en un anteproyecto que contempla virar a una mayor producción y corte de las naftas, imitando el modelo brasilero. En el vecino país el bioetanol participa del 27,5% de las naftas. Pero parta que eso pueda suceder aquí habría que cambiar los motores para que sean flex fuel, y entonces el crecimiento sería progresivo. La idea de los promotores es que para 2027 se alcance dicho objetivo.
“Estamos confiados de que eso suceda. Debido a que sería un enorme agregado de valor para el maíz local. Calculamos que si el maíz participa en el corte con 20% y la caña de azúcar en 7,5% (por un techo en su capacidad productiva), el consumo de maíz por las industrias podría escalar a 5 millones de toneladas”, calculó Accastello. Con el corta actual al 12% “hoy solo se procesan 1,5 millones, mientars que se exportan 32 millones de maíz como grano directamente”, explicó.
“Necesariamente hay que agregar más valor en el proceso agroindustrial porque será beneficioso para el país. ACABio por cada dólar que entra en insumo lo transforma en 1,7 dólares. Y ese 70% (de valor agregado) representa más trabajo para todos los involucrados en la cadena”, concluyó Accastello.