El 1° de marzo, el presidente Alberto Fernández hizo su discurso habitual en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso. Dijo allí que le había hecho una propuesta “generosa” a los productores agropecuarios respecto de las retenciones. Esa generosidad implicaba un nuevo aumento de los derechos de exportación. Ese tributo iba a volver a retocarse. En diciembre, ni bien asumió, el gobierno ya había eliminado la fórmula de los 4 pesos ideada por el macrismo, provocando una suba de los derechos de exportación efectiva de unos 5 puntos para los granos.
Cuando esta propuesta “generosa” finalmente se implementó en marzo significó varios cambios. Aumentaron las retenciones a productos como el trigo, la carne vacuna y de pollos mientras que en otros casos hubo bajas. Por ejemplo a las exportaciones de carne de cerdo, que son mínimas, y también para las economías regionales.
En el caso de la soja, que explica el 70% de la recaudación total por retenciones, la alícuota subió de 30 a 33%. Pero se anunció que se iba a instrumentar un mecanismo para devolver a los productores de hasta 1.000 toneladas la diferencia los 3 puntos porcentuales que se aumentaron. Y en algunos casos mucho más: los productores más pequeños (de hasta 200 toneladas) podían llegar a recuperar hasta 9 puntos de ese tributo.
Pero si a las mayores retenciones el Gobierno las comenzó a cobrar al toque, los productores todavía esperar por la definición del esquema de devolución. En realidad, como no es posible rebajar retenciones directamente al productor, el sistema propuesto por el Ejecutivo no sería otra cosa que la puesta en marcha de un sistema burocrátrico para “reintegrar” parte del impuesto. Los dirigentes rurales son escépticos, porque pocas veces funcionó que se devuelva al sector lo que le quitaron.
Ese mecanismo, dos meses después, todavía está en veremos.
Al respecto consultamos a Carlos Achetoni, presidente de Federaciòn Agraria Argentina (FAA), la entidad que más empujó este tipo de segmentación. Dijo que todavía están esperando definiciones.
Según esta versión, en el desarrollo de la propuesta se han encontrado con dos limitantes. Una está referida al volumen de producción, ya que la devolución sería solo para los que cosechen menos de 1.000 toneladas, lo que equivale a unas 250 hectáreas en la zona núcleo.
La otra limitante tiene que ver con la facturación. “Se estaba hablando de una facturación de hasta 15 millones de pesos. Nosotros hicimos la propuesta de que la facturación sea la de dos micro-pymes, que serían unos 24 millones de pesos, porque 15 millones es el equivalente aproximadamente a 1.000 toneladas y entonces deja afuera al que hace otra producción, como trigo, ganadería o soja. Y por lo tanto se licua la posibilidad de que sean esos 42 mil productores que se decían” que iba a alcanzar la medida, explicó el dirigente.
Escuchá la entrevista completa con Carlos Achetoni:
Todo parece estar muy en pañales, porque no está definido el esquema, el mecanismo burocrático y parece que tampoco está la plata. Así lo dijo Achettoni: “Ellos (por el Ministerio de Agricultura) están esperando, como que no tendrían los recursos en lo inmediato para liberar los pagos. No porque no haya disponible, porque la emisión hizo magia y hubo disponible para muchas situaciones”.
El titular de la Federaciòn Agraria dijo que en la actualidad el ingreso de los productores de granos se ve afectado, además de por tan elevadas retenciones, por el desdoblamiento cambiario. Esto significa tener un dólar oficial para exportar, y sobre el que se aplican los derechos de exportación, y otro diferente y más alto para el funcionamiento de la economía.
“Se compran los insumos con un dólar distinto, se vende con un dólar de 66 menos retenciones, que queda en 40 y pico, y se compran insumos con un dólar que roza los 120. Eeso complica aún más que el aumento de retenciones, aumento que nunca admitimos porque sabíamos que iba a complicar mucho”, se atajó el dirigente federado.
Finalmente Achetoni criticó la política de retenciones, un tributo que se reimplantó en 2002, durante el gobierno de Eduardo Duhalde, y que en aquel momento tuvo el aval de la Federación Agraria y otras entidades del campo. Consideró el líder actual de la FAA que la persistenmcia de ese tributo no resolvió los problemas sociales, ni funcionó como política distributiva para reducir la pobreza.
“En el tema retenciones llevamos 18 años ininterrumpidos de pagar, de poner, que presuponen 180 mil millones de dólares, pero la pobreza la incrementaron, no se generaron las condiciones para que la gente pueda salir de esa situación sino condiciones para que se mantengan allí, subsidiándolos, asistiéndolos pero sin darles las herramientas para que salgan” de la pobreza.