Hace unos días la 118° Expo Rural de Rafaela volvió a mostrar lo mejor de la raza Holando Argentino. Con 115 animales inscriptos y presentes en los galpones de la Rural, de 15 cabañas diferentes, fue una buena oportunidad para conocer a las mejores productoras de leche, pero también a los mejores ejemplares seleccionados en cada categoría.
Además de muchos otros orgullos, es ahí donde se sostiene el único Concurso de Vacas Lecheras que muestra con transparencia y análisis de calidad del INTI la gran capacidad productiva de las vacas de leche del país.
En este 104° aniversario y por la inquietud de los cabañeros, se definió ordeñar a las vacas en la fila donde pasan toda la semana de exposición, para mejorarles su bienestar, sostenerles la ventilación y la convivencia con sus “compañeras” de cabaña.
En esta edición de ese concurso fueron tres las cabañas participantes, con cuatro animales. Sin embargo fue Shalom Oasis TE la que se impuso desde el principio y rozando los récords históricos terminó llevándose una copa especial, para reconocer la capacidad y la calidad de la materia prima, con 128,500 litros, con 4,12% de grasa (5,291 kilos) y 3,50% de proteínas (4,494 kilos), en cuatro ordeños y dos días.
Con una madre que fue la número uno en GTPI (Indice Total de Performance Genómico) y un padre, Captain que fue toro número uno del mundo en la raza Holando, parece que es una de sus mejores hijas.
Con la emoción en los ojos y la voz, Germán Fux, el titular de la Cabaña La Travesía, habló de su rodeo y de su gente con sensaciones que van mucho más allá de lo productivo. “Yo tengo un eslogan: un jugador te va a ganar un partido, pero un equipo gana un campeonato. La idea es formar el equipo y en esto fueron todos los chicos que han trabajado, mi esposa Marcela, mi hija Jaqui, que se ponen todo al hombro, mi nieta con sus terneras, pero también Ramón, que es el que ordeña, Mariano y Carlos Castañeda que son dos apasionados, que les encanta esto y que lo hacen con amor. Este año sumamos dos chicos más que están haciendo una pasantía de la Escuela Agrotécnica Salesiana, de Vignaud, para tener esta experiencia”.
Las exposiciones suponen un gran esfuerzo para las cabañas, más allá de lo económico, que a veces se puede llegar a compensar con la venta en los remates, pero que implica una guardia de 24 horas en los galpones junto a los animales, una tarea que es de cuidado y aseo, pero también implica la belleza de los ejemplares, su preparación, una actividad que se inicia meses atrás en la cabaña, mientras no se puede desatender el propio tambo.
Con la simpleza de la palabra y la calidez de su trabajo, Ramón Alberto Rosales, dejó de mirar a las vacas un ratito para hablar con Bichos de Campo. Desde hace 11 años trabaja en la cabaña La Travesía. “Arranqué de noche y después pasé a trabajar de día. Me encargo nada más que de la cabaña, ordeñando y cuidando las vacas todo el año. Hace dos o tres meses empezamos a tener las vacas en el galpón, les damos bien de comer, las mantenemos limpias”, cuenta con el logro de tener a una campeona en la fila, sabiendo de esta tarea a lo largo de toda la vida en el campo.
Oasis no llegó lista para competir en producción. “Se preparó igual que las demás, no se le hizo nada diferente. Cuando llegamos decidimos anotarnos en el Concurso de Vacas Lecheras y bueno, se nos dio la suerte. Siempre vino produciendo ella ese litraje”, haciendo esa normalidad una gran diferencia para la historia de lechería nacional.
Para él, “es una vaca muy mansa, la tratamos con todo el cariño que se merece el animal”, porque no duda en responder que lo más lindo de su trabajo son justamente las vacas. “De chico siempre trabajé en el campo, en el tambo y quiero a las vacas”.
Algo similar es lo que pasa con Agustina Piccard, oriunda de Felicia, hija de un trabajador del campo. Es quien paseó a la ternera Princesa por la pista de Rafaela. El ejemplar de la cabaña La Florida fue ganadora de la categoría y su presentadora recibió el reconocimiento del jurado.
A sus 12 años, siendo la última oportunidad con terneras en el bozal por el límite que impone el reglamento de presentación, dice que se anima a pasar en la próxima temporada a categorías mayores. “Ya el año pasado me habían llamado y ahora pudimos ganar”, dice contenta, remarcando que si bien no es de la familia propietaria de la cabaña, es la elegida para salir a pista con la categoría menor porque “me gustan mucho los animales”.
“Hace un mes empecé a practicarla, no la conocía a la ternera, pero me encantó porque es muy mansita”. Esa docilidad se vio en el césped de Rafaela y a pesar de no haber practicado días anteriores por haberse quedado en el pueblo para ir a la escuela, el jurado italiano Emanuele Balliana la reconoció al premiarla por se seguridad y por haber mostrado muy bien al ejemplar.
“Tenés que llevarla siempre con la cabeza levantada y caminar despacito, pero cuando paramos tienen que quedar las dos manos juntas y la pata trasera derecha un poco más atrás. Si no se para bien le todo un poco la pezuña y la acomodo un poquito”, explica con soltura sobre una tarea que requiere paciencia y dedicación para obtener los mejores resultados.
Cumpliendo con otra tarea en la pista, Rubén Aguirre, es veterinario y ecografista de la Asociación de Criadores Holando Argentina, que con dedicación monitorea las ubres de las vacas que resultan primera y segunda de cada categoría en la pista, el día de la jura, tanto en registro de crías, como en puras de pedigree.
“A las calificadas solamente se les hace la ecografía, para descartar imperfecciones en las ubres, se chequea la implantación del pezón, o alguna modificación que pueda tener internamente, para corroborar que sean naturales las ubres que se hayan mostrado en la pista”, explicó con una experiencia de más de 12 años, aunque con más de tres décadas de trabajo veterinario con animales de tambo en la zona de Sunchales.
Aguirre es uno de los cuatro profesionales que realizan este trabajo sobre las Holando de jura en todo el país, correspondiéndole Rafaela, San Vicente, San Francisco y Morteros, e incluso Nogoyá.
La temporada de exposiciones va llegando a su fin, a medida que avanza la primavera, para resguardar a los animales de los tiempos de calor que los afectan, pero en las cabañas seguirán los cuidados precisos para ejemplares que no sólo valen mucho dinero, sino que son la base del progreso del sector lechero.
Quizá haya que retomar el prefijo que la cabaña La Travesía usa para sus animales, para entender de mejor forma el rol de cada vaca dentro del sistema lechero. Lo explica Germán Fux, “Shalom significa paz, bienestar y plenitud. Para mi las vacas son eso, nos dan un mensaje muy profundo sobre nuestra actividad y siempre pienso que cada vaca que tenemos en la cabaña, cada una que se vende, tiene que llevar paz y prosperidad para quien la recibe”.
Con una mirada muy especial sobre su tarea, con una valoración de la gente y cada recurso de manera particular, la familia Fux celebró el logro del concurso brindando con la leche del ordeño, cambiando lo que fue una tradición de años, en la que el resultado de tanto esfuerzo se arrojaba sobre el grupo de trabajo.