El último informe de la Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis llega a las puertas del comienzo de la campaña de maíz temprano para decirle a los productores que, al menos por ahora, están bastante librados del fantasma de la chicharrita.
Sin embargo, en lo que califican como un “excelente panorama para las zonas de maíz temprano”, la línea divisoria ya no la traza el pequeño insecto sino el exceso hídrico, que es el que condicionará la campaña en varias regiones por las dificultades que plantea para el trabajo con la maquinaria.
Son muchos los productores que no podrán festejar y aprovechar esta nueva retracción de la plaga porque tienen sus campos anegados.
De acuerdo a los datos recabados las últimas 3 semanas en la red de trampas cromáticas, lo cierto es que la chicharrita emprendió la retirada incluso en las zonas más comprometidas.
En el caso del NOA, el porcentaje de localidades libres de la plaga ascendió del 3% al 24%. Además, señala el informe, “casi dos tercios de esta región endémica están en excelente condición”, pues en muchos puntos críticos hallaron muy baja incidencia del Dalbulus maidis.
Para el NEA, las noticias son aún más alentadoras, porque allí la red evaluó que “la retracción fue más marcada”. La plaga estuvo ausente en el 68% de las localidades, casi 30% por encima del relevamiento anterior, y en varias localidades se registró una menor presencia, de no más de 4 adultos por trampa.
En el Litoral y Centro-Norte del país, que son zonas con menor circulación de la plaga pero aún así afectadas, la tendencia se mantuvo, y queda sólo un 20% de localidades con incidencia baja. Hacia el sur, prácticamente ya no quedaron rastros de la chicharrita.
Las buenas noticias que trae la entrega número 26 de este informe periódico, sin embargo, no significan en absoluto que haya que dejar de monitorear. Más aún en esta etapa de transición estacional, cuando suele aumentar la temperatura y darse las condiciones para que la chicharrita avance.
“En las zonas agroecológicas con siembras tempranas de maíz, ya realizadas o próximas a iniciarse, es clave intensificar los monitoreos sobre el cultivo. Por otro lado, en las áreas con siembras tardías resulta fundamental reforzar la vigilancia para detectar la emergencia de plantas voluntarias de maíz, ya que estas pueden actuar como “puente verde” para plagas y patógenos, favoreciendo la persistencia del inóculo”, explicaron desde la red de monitoreo.