Este miércoles los productores de leche y los industriales volverán a verse las caras en la reunión programada para después del mediodía en Agroindustria. El contexto será muy diferente al de otras reuniones, ya que esta vez no habrá quejas de los tamberos por la falta de rentabilidad pues sus ingresos por la leche cruda aumentaron 120% interanual, hasta llegar a un valor de 13,35 pesos por litro en abril. Este precio promedio deja los balances en verde por segundo mes consecutivo, aunque lejos está de compensar las pérdidas por la crisis que se sufrió el sector desde al menos los inicios de 2015.
Que en el arranque del año haya traído rentabilidad a los tambos no significa que los problemas se hayan resuelto, aunque quizás el dato sirva para que alguno intente tapar el sol con las manos. Desde una mirada seria, esta coyuntura no ocultará el riesgo de que los problemas regresen si se recupera la producción de leche (algo probable en el segundo semestre) y no se organiza el mercado lechero, una deuda pendiente de este Gobierno, los anteriores. También de los actores del sector privado.
La rentabilidad del arranque del año no es consecuencia de que se haya transparentado el comercio, como tampoco se la puede atribuir al crecimiento del consumo o de las exportaciones. La mejora en la ecuación es por el achique de la producción, que fue de 7,5% en el primer trimestre del año, algo que debería preocupar ya que se traduce en una capacidad ociosa de la industria muy alta y que llega al 61%. Este indicador muestra que en realidad se redujo la competitividad del sector, pues se encarece el costo por litro de leche producido.
En ese enredo está la Argentina desde hace años. Hay intereses de un lado y de otro, que combinados con la falta de capacidad para organizar la cadena en función de un interés común, impiden que una actividad de mucho arraigo en el país tenga perspectivas.
Así las cosas, si este año se sostiene la caída en la producción del primer trimestre el país tendría otra vez menos una producción anual de menos de 10.000 millones de litros. La película marca que desde fines de los 90 que la Argentina produce volúmenes similares aunque con cada vez menos productores.
Según Marcos Snyder, de la consultora Dairylando, en el mismo período Brasil logró incrementar su producción de casi 20.000 millones de litros a los 35.000 que logró en 2018. El crecimiento de la producción en el vecino país fue de 75%, a pesar de contar con establecimientos más chicos y de baja productividad por vaca, al menos en la comparación con la Argentina.
Snyder fue claro en la explicación: el productor en Brasil cobra precios más altos y cuenta con una macroeconomía mucho más estable, sin grandes crisis y con una inflación de 4/5% anual. Tampoco le cambian las reglas de juego sectoriales. Y además hay otra cuestión clave: la cantidad de vacas en producción.
Al respecto indicó: “si bien en los últimos años Brasil redujo su número de tambos tienen una escala de sólo 21 vacas y sin embargo desde el año 1996 aumentaron significativamente el número de vacas llevándolo de 16 a 21 millones”.
Para el analista el crecimiento de la oferta de leche depende mucho más de la cantidad de vacas que del rendimiento productivo. Por eso dice que “el creciente número de vacas/tambo en Argentina (170 en nuestro país versus 21 en Brasil) y vacas más “delicadas” juegan en contra del crecimiento”.
En un artículo publicado en su sitio www.dairylando.com Snyder evaluó que en nuestro caso:
- Llevará 5 o 6 años recuperar el pico de producción logrado en el año 2015 de 11.313 millones de litros de leche.
- Los 11.500 millones de litros se parecen mucho a un techo de no mediar crecimiento en cantidad de vacas, considerando la tasa decreciente de la producción por vaca.
- Estamos lejos de alcanzar los 18.000 millones de litros que nos habíamos propuesto en el Plan Estratégico Lechero en el 2008, radicando el problema principalmente en la cantidad de vacas lecheras del rodeo nacional. De hecho, sólo se lograría esa producción creciendo el rodeo con tasa de +1% en el año 2060.
“Sin duda el número de vacas lecheras es la cuestión central y debemos hacer foco en el crecimiento del rodeo lechero por sobre todas las cosas, tanto a nivel empresario individual como a nivel nacional”, define Snyder.