Esta semana, una delegación de la Administración General de Aduanas de China (GACC) visitó el país en lo que parecen ser los últimos pasos antes de habilitar la exportación de menudencias bovinas al gigante asiático, luego de varios años de amagues y promesas. Desde el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) confían en que está todo en regla y que el sello se obtendrá pronto, algo que los frigoríficos exportadores esperan con ansias.
Se trata de un acuerdo que ambos países negocian desde hace bastante tiempo. La visita que hicieron esta semana estuvo destinada a auditar frigoríficos y los laboratorios del Senasa para certificar su funcionamiento y de ese modo poder tener lo antes posible la rúbrica del protocolo, que ya de por sí está pulido. Desde hace años que Argentina exporta menudencias a China, pero no directamente sino tercerizadas por via de Hong kong. Esta habilitación sanitaria sería abrir la puerta grande a dicho mercado y mejorar los precios.
Bichos de Campo consultó a Mario Ravettino, vicepresidente del IPCVA y máxima autoridad del Consorcio ABC, sobre el estado de las negociaciones. “Ya no hay motivos para que lo dilaten más. Hemos ofrecido todas las garantías, todo el desarrollo técnico y tenemos más de 50 plantas habilitadas para China”, señaló el referente.
Como representante de la entidad de promoción comercial, Ravettino recientemente viajó junto al presidente de l IPCVA, Georges Breitschmitt, a Indonesia, Japón y China. Uno de los temas tratados fue el de la venta de menudencias, que hoy se exportan aún a bajos volúmenes en el sudeste asiático y África.
Como China es, hoy por hoy, el mercado de mayor volumen para Argentina, los frigoríficos exportadores consideran que hay una oportunidad no explotada. Durante el primer cuatrimestre del 2025, indican datos del Consorcio ABC, se exportaron más de 39.000 toneladas de menudencias por más de 66 millones de dólares.
“Al consumidor chino le encantan las menudencias, y nosotros todavía no les podemos mandar de forma directa porque no tenemos el protocolo firmado”, lamentó Ravettino, que aseguró que lo que correspondía al IPCVA ya fue cumplido.
“Hemos hecho todo de nuestra parte, ya no queda más nada”, comentó.
El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) acompañó a la delegación oficial del gobierno argentino en una reunión crucial con la Aduana China (GACC).
Las autoridades del ministerio de Economía mantuvieron un encuentro para continuar las negociaciones de… pic.twitter.com/uvz5QhBrSB— IPCVA (@IPCVA) May 22, 2025
Parte de la urgencia que hoy tiene el sector exportador representado por Ravettino deriva de los desajustes que se ven en términos comerciales. En el primer cuarto del año, por ejemplo, los frigoríficos vieron caer sus exportaciones totales en un 25% y faenaron 10% menos -unos 210.000 animales- que en el mismo período del 2024.
“Tuvimos un primer cuatrimestre difícil en un mercado internacional demandante, con buenos precios que aprovecharon competidores como Brasil o Australia”, observó el referente.
Lo cierto es que Argentina atraviesa un problema de competitividad derivado del alto precio de su hacienda, provocado a su vez por el visible atraso del tipo de cambio. El novillo se vende a 5 dólares por kilo y, lógicamente, no puede competir con los animales brasileros, que cuestan hasta un 25% menos.
El problema, sostiene el dirigente, está en la estructura de costos. “Tenemos un incremento del 100% en dólares en tarifas y servicios, del 15% en mano de obra y a eso se suma la depreciación del tipo de cambio, que fue de un 15%”, afirmó.
Mirá la entrevista completa con Mario Ravettino:
Sería erróneo sostener que vender menudencias en cantidad va a dar un giro de 180 grados al sector, pero al menos permite colocar parte de la producción en un mercado pujante. Incluso, con cortes que, como comentó Breitschmitt a este medio, “a veces terminan en algún incinerador”.
En abril, el precio medio de exportación de estos productos -que incluyen las achuras frescas, lenguas y rabos- fue de 1730 dólares por tonelada. En el caso de la lengua, su valor FOB suele ubicarse por encima de los 3000 dólares por tonelada.
Por lo pronto, mientras miran con recelo el valor de un dólar que se mantiene cercano al piso de la banda y que complica la rentabilidad, los exportadores confían en que el desequilibrio comercial será pasajero.
“Somos cautos. Creemos que la perspectiva es buena y que podemos revertir la situación”, concluyó Ravettino.