“Uno habla de finanzas y del otro lado lo asocian al riesgo, pero hay instrumentos que no significan mayor riesgo que tener la soja guardada en un silo”, dice David Miazzo, licenciado en economía, especializado en agronegocios, protagonista del último capítulo de El podcast de tu vida (número 122).
Es comunicador y consultor nacido en Río Cuarto, Córdoba, trabajó 12 años en la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), donde llegó a ser economista jefe. Hace un año abrió su propio camino con la consultora en temas económicos y agropecuarios “Data Miazzo”. Entre otros, ha prestado servicios de consultoría para el Banco Mundial, el BID, la Corporación Andina de Fomento y distintos organismos y entidades nacionales. Actualmente, también es columnista del programa “Aire de campo” emitido por la Televisión Pública los sábados por la mañana.
¿De dónde viene el vínculo con el campo? Su papá tuvo hasta 2001 camión para transporte de carne y su madre tenía carnicerías en Río Cuarto y Mina Clavero. Hace diez años conoció a Eliana Esnaola, colega, comunicadora, y jefa de prensa de Exponenciar (organizadora de Expoagro, Caminos y Sabores, Aapresid y las Nacionales de braford, brangus y brahman, entre otros eventos). Se casaron en 2018, y juntos tuvieron a Lorenzo, que hoy tiene tres años.
Entre sus hobbies, algunos de ellos postergados o, diría yo, “ralentizados” después del nacimiento de Lorenzo, están mirar series (dice ser “serie-adicto”), coleccionar monedas y billetes (“un hobbie muy original para un economista”, dice) y cocinar. Ah, como si faltara algo, fue bombero voluntario en Merlo, San Luis. Pasen y lean…
-Contame de tu infancia. ¿Qué te acordás? ¿Haciendo qué? ¿Con quiénes?
-En Río Cuarto, donde nací. Y viví hasta los 12 años. Toda la etapa del secundario viví en Merlo, San Luis, donde aún hoy vive mi madre. Soy hijo único, así que siempre en esa etapa me recuerdo mucho jugando con mis primos, vecinos, amigos.
-¿De qué laburaban tus viejos? ¿Algo que ver con la economía?
-Mi viejo tuvo camión de transporte de carne hasta 2001, hasta mis 12 años, más o menos. Después nos pegó la crisis de ese año. Mi mamá tenía carnicerías en Río Cuarto y Mina Clavero, con mi tío, adentro de un supermercado, pero yo ahí era muy chiquito, tendría 3-4 años. Y cuando vivíamos en Río Cuarto mi mamá trabajó con mi tía que es diseñadora de ropa y tiene una marca. Y después nos fuimos a Merlo y hasta que se jubiló trabajaba en la parte administrativa de una escuela.
-Llegó el momento de estudiar y elegiste economía, ¿Era tu plan A? ¿Tu plan B? ¿Te gustaba otra cosa?
-Economía siempre fue el plan A. El tema económico me gustó siempre. Jugaba con facturas, con chequeras viejas. Y economía en particular fue algo de quinto o sexto año del secundario. Resulta que el diario de Río Cuarto tenía un suplemento, que se llamaba “Economía, gobierno y estado”, creo. Y me gustaba leer de esas cosas. Yo sabía ya en esos años del secundario qué pasaba en Brasil, o el dólar y las reservas en Argentina. En esa época leí “El capital”, de Karl Marx, no porque fuera marxista, pero qué se yo.
-A poquito de estar recibido entraste en FADA, que justo estaba arrancando en tu natal Río Cuarto. ¿Cómo fue el ingreso? ¿Qué recuerdos tenés de esos comienzos?
-Entré de casualidad, porque el tema agro, en el último año de la facultad creo que la materia que menos me gustaba era economía agraria. Y no tenía ningún contacto. De casualidad reconocía un maíz en la ruta. Yo había terminado de cursar y estaba para hacer la tesis, buscaba trabajo y un amigo trabajaba en FADA. Y me convocó. FADA se había formado en 2009/10 y yo entré en 2012, aún estaba en la definición de muchas cosas. Recuerdo toda esa primera etapa exploratoria.
-¿Y cómo recordás el vínculo con la economía agraria y el campo? ¿Fue progresivo? ¿Hubo un hito en particular?
-Creo que fue paulatino. Empezar a conocer el sector agropecuario, los productores. Justo me tocó FADA que hay muchos productores medianos y grandes, pero con mucha visión. Me entusiasmó y poco a poco me fui especializando hasta que llegó un punto que cuando ya tenés cierto camino recorrido, que te conviene seguir. Más allá del trabajo que tenía que hacer y cumplir, yo tenía claro que estaba construyendo mi perfil, entonces me movía mucho, iba a congresos, hablaba con gente, recorría el interior.
-¿Hay algo que te hubiera gustado hacer y no hiciste dentro de lo laboral?
-Algo que siempre me gustó es lo financiero. De hecho, desde que lancé mi consultora lo estoy haciendo bastante, ayudando a empresas agropecuarias y productores. Creo que es algo fundamental, unir mercado de granos, de insumos, con la macro y lo financiero. Hay poca gente que hace todo. Hay muchos especializados, pero mi agregado de valor es poder unir todas esas variables y poder darles a los clientes la posibilidad de tomar decisiones con una mirada general. Entendiendo la economía, el campo y las finanzas.
-¿Qué cosas o temas en los que vos asesoras son fundamentales para una empresa agropecuaria? ¿Dónde no se puede pifiar?
-Tenés dos cosas. Producir lo mejor posible, algo que los productores hacen muy bien. Y después las decisiones económicas, que se reducen a muy pocas preguntas de difícil respuesta: ¿Cuándo vendo? ¿Qué vendo? ¿Qué hago con los pesos? ¿Cuándo compro insumos? Y ¿Cómo los pago?
-De tu experiencia, ¿Cómo influye el ingreso de las nuevas generaciones esa búsqueda de ser más eficiente en lo administrativo?
-En este caso, yo creo que es poquito menos generacional y sí tiene que ver más con la percepción del riesgo, animarse a salir del área de confort. Percibir que algunos instrumentos tienen más riesgo que otros y estar dispuesto a innovar o no. Uno dice finanzas y uno siente “riesgo”, pero hay instrumentos que no significan mayor riesgo que tener la soja guardada en un silo.
-Tu profesión es similar a la de un periodista, se labura 24×7, uno está con el ojo en lo que está pasando. ¿Cómo llevás eso?
–Sí. De hecho si me preguntás cuál es mi hobbie te digo que la economía, porque si tengo un ratito me pongo a ver si me mandaron algún informe o me pongo a leer redes sociales, o si agarro el diario un domingo me focalizo en economía. Es una especie de pasión. Encima estamos con otros amigos economistas en grupos de whatsapp y compartimos todo el tiempo cosas, y hacemos chistes. Y nos juntamos a comer un asado y las mujeres nos retan de antemano porque nos pasamos hablando toda la noche de economía y finanzas. Pero bueno, es porque más que una profesión es una pasión.
-¿Te pasa que vas a un bautismo o cumpleaños y te preguntan tus amigos qué hacen con tal o cual cosa?
-Sí, obvio, “¿Compro dólares o no? ¿Me conviene hacer plazo fijo?” Me pregunta mi mujer que le preguntan sus amigas, o mi papá me reenvía un audio de un amigo, eso pasa todo el tiempo. Y respecto a lo de estar pendiente todo el tiempo,
-¿Qué es lo que más te gusta de lo que hacés?
-Lo que más disfruto son las charlas, tratar de resumir en 30 minutos cómo uno está viendo la cosa. Y las reuniones de asesoramiento donde las empresas te cuentan qué están viviendo, qué les preocupa, qué decisiones tienen que tomar y yo les trato de aportar mi visión para ayudarlos también me gustan.
-Uno de tus hobbies es coleccionar monedas y billetes. Contame de esa linda locura.
–Bueno, un hobbie muy original para un economista, ¿no? (se ríe). Te diré que se originó casi de casualidad. Yo de chiquito, 6 o 7 años había empezado a guardarme esas ediciones especiales que salían de billetes, también las monedas. Ya más de grande, cuando empecé a viajar, me traía monedas y billetes. Y después tengo dos amigos que viajan muchísimo que me traen siempre. También buscando en casa de mis abuelos encontré. No lo hago profesionalmente, pero me gusta y lo disfruto mucho. Tengo la colección de australes, pesos argentinos, pesos ley.
-¿Y cómo los tenés guardado?
-Bueno, pronto espero tener un lugar para ponerlo. Antes que naciera Lorenzo lo tenía en lo que era mi oficina, ahora ese lugar es su habitación. Pero las tengo enmarcadas, y algunas en folios donde se pueden poner monedas. Antes de Lorenzo tenía las monedas internacionales en una mesa ratona en el living con un vidrio arriba, pero cuando nació era peligroso porque podía agarrar alguna y la desarmé. También tengo unas de plata, de oro que va emitiendo el Banco central. Locuras de colección.
-¿Cómo te va con la cocina? ¿Tenés alguna especialidad?
-Si, me gusta cocinar, y como Eliana también trabaja nos repartimos las tareas del hogar, así que los dos cocinamos en la diaria. Cuando tenemos invitados yo soy más el encargado de lo salado y Eliana más de lo dulce.
-¿Tenés alguna especialidad?
-Si somos pocos los tacos, y si viene más gente siempre mi plato predilecto es carne de cerdo desmechada, hecha al horno, con cerveza, tapada con papel aluminio, para sanguchitos. Me gusta cocinar de todo, siempre con carnes. Como vivimos en departamento, tengo la parrillita eléctrica.
-Me contabas que hasta el nacimiento de Lorenzo eras “serie-adicto”. ¿Qué te gusta mirar? Armame un podio…
-Mirábamos muchas series. Con Eliana mirábamos una y yo miraba otras dos o tres al mismo tiempo. Las bélicas las disfruto mucho, “Band of Brothers” y “The pacific”, las disfruté mucho. Me gusta también las de época, y algo también de fantasía, como “Game of thrones” o “Vikingos”. Y después otras como “Breaking bad” me gustó mucho. Y, obvio, las sitcoms como “Modern family” o “The big bang theory”.
-¿Algún superpoder que te gustaría tener?
-Como me gusta viajar, teletransportarme. Y algo que no te dije, es que fui bombero en Merlo, San Luis. Arranqué en el secundario, después me fui a estudiar y dejé. Siempre cuento una historia de haber ido a apagar incendios a la sierra. Llenos de hollín. Tengo buenos recuerdos de aquello.
-¿Música por dónde vas? ¿Qué tema te gustaría elegir?
-Muy variado. Me gusta y hace poco lo fuimos a ver, Sabina. Pero también puedo escuchar cuarteto, hoy a la mañana salí a caminar escuchando una banda de córdoba “DesaKTa2”. También me gusta Bad Bunny, y he ido a ver a Arjona o Damas Gratis. Pero si tengo que elegir para poner un rato, “Ahora qué…” de Sabina.
-¿Un lugar que te gustaría conocer y un lugar que conozcas y al que volverías?
-Siempre tuve mucho cariño por Perú, porque viví unos meses allá cuando estaba estudiando, y tengo hermosos recuerdos. De sorprenderme, me sorprendió Bolivia. Cuando me recibí me fui al sudeste asiático, anduvimos por Tailandia, Camboya, Singapur, Laos, Malasia, es de lo más distinto que he visto en lo cultural y gastronómico. Y a donde me gustaría ir, que ahora lo veo muy lejano, es China. Tanto por lo turístico como por lo profesional. Es un pendiente.
-¿Cuándo miras para adelante, ¿Qué proyectás?
-El sendero por el que está yendo la consultora creo es el correcto. Creo que es lo que voy a estar haciendo los próximos 10 años. La parte que me gustaría profundizar, de hecho este año lancé un informe nuevo que se llama “estrategias al grano”, se trata de ayudar a empresas agropecuarias y agroindustriales a tomar decisiones uniendo agro, economía y finanzas porque ahí hay mercado, hay necesidad, hay pocos economistas que apunten a eso y, lo más importante es que agregás valor. Le resolvés un problema real a las empresas en la toma de decisiones y le podés hacer una diferencia económica.
