“Yo me declaro en lucha contra la garrapata”, dice sin temor a sonar utópico el técnico veterinario Ricardo Burgos, uno de los principales asesores de la Fundación de lucha sanitaria FUCOFA emntrerrana. La aseveración del también productor ganadero de la zona norte de es aprovincia es otra cara de la moneda de la polémica que se abrió en torno a la estrategia asumida frente a este problema sanitario. Hay otros productores de esta parte de la Argentina que ya no creen efectiva ninguna de las tantas medidas que se han implementado para erradicar el ácaro y por eso han flaqueado o discuten los modos de llevar a cabo esta lucha.
Sobre la base de que durante 40 años la zona norte de Entre Ríos estuvo libre de garrapatas y la provincia tenía el estatus de indemne, al tener sus campos cubiertos de tan solo el 1% del ácaro, Burgos está convencido de que es posible erradicarlo. Sin embargo, es de los que piensa que lejos de sacarle protagonismo e incidencia al Estado, el Senasa debería retomar los controles y ser más estricta con las medidas para el acarreo de animales.
“En el norte de Entre Ríos, la garrapata es un flagelo que es real, pero se pudo erradicar durante 40 años, incluso con productos menos eficientes que los que existen hoy. Pero lamentablemente los productores hicimos lo posible para que la garrapata volviera y de forma exacerbada. Sucede que el deterioro moral que hubo en la Argentina, también dio lugar a que se produjera un tráfico de hacienda con garrapatas sin controlar y después se hicieron malos tratamiento. Eso provocó que se perdiera la efectividad de algunos tratamientos y volviera ese problema preocupante para la ganadería en el sur de Corrientes y el norte de Entre Ríos”, explicó Burgos en una charla con Bichos de Campo.
Haciendo un paralelismo, con enfermedades en humanos que después de varios intentos han logrado ser erradicadas, el ex delegado de CRA en Senasa insistió en que hay que continuar y reforzar el protocolo sanitario existente. “Si sostenemos esa lógica de que no es posible termina con la garrapata, también se debería dejar de pelear contra el cáncer o de pelear contra la aftosa o negar el logro que fue encontrar una vacuna contra la poliomielitis”, comparó.
“Por eso creo que es válido el trabajo que se hace desde la FUCOFA (en Entre Ríos) y su homóloga correntina FUCOSA, porque lo único que intentan es combatir un flagelo que es real. Pero también tiene que intervenir el Senasa, único ente rector que puede llegar a todo los eslabones de la cadena productiva”, señaló el ex dirigente rural.
Desde sus conocimientos como veterinario, Burgos también aclaró que su zona, a diferencia del norte del país, “no es totalmente apta para que se desarrolle la garrapata”. Con eso intenta echar por tierra un concepto que han asumido muchos productores para bajar los brazos y no seguir combatiendo el ácaro, respecto de que no hay que insistir en erradicar el ácaro sino establecer una cierta convivencia, que permita al ganado de las zonas infestadas adquirir inmunidad natural.
“El norte de Entre Ríos y el sur de Corrientes no es una zona totalmente apta para la garrapata. Aquí para poder convivir con la garrapata es necesario tener una preinmunización contra la enfermedades que acarrea el ácaro, por ejemplo la tristeza bovina. Si acá nosotros tuviéramos 6 meses de carga continua de garrapatas en los animales no fuera necesario preinmunizar porque sucede a través del contagio. Sin embargo en época de bajas temperaturas y durante el invierno llegamos a tener más de 6 mese con baja carga. Por eso cuando suben las temperaturas y se incrementa la carga se produce mortandad y se cobra entre el 10 y 20% del stock ganadero de la provincia en un año”, explicó el ex miembro de la FUCOFA.
Sobre esta misma línea Burgos, remarcó que por sí solo el anaplasma, uno de los dos parásitos causantes de la enfermedad de la tristeza bovina, no pueden provocar la mortalidad del ganado sin que haya presencia de garrapata. “Es cierto que el ternero se inmuniza contagiándose. Pero en estas zonas hay temporada de frío, con fuertes heladas y se puede cortar durante más de 6 meses la presencia del ácaro por lo que esa forma de preinmunización desaparece. Además la garrapata está entre los tres entes que provoca la tristeza bovina. Entonces si nosotros no tenemos limpio continuamente el ganado nos arriesgamos a que cuando venga la garrapata nos mate cantidad de hacienda. Si no está el ácaro los parásitos solos no generan la enfermedad, porque todos los vectores pasan solamente por la garrapata”, detalló.
-¿Usted dice que es posible erradicar la garrapata, aun cuando las formulaciones existentes para combatirla están mucho más rezagadas que el propio auge del ácaro? ¿Cuál sería su propuesta?
-Lamentablemente en Argentina el desarrollo de productos para combatir la garrapata está más ligado al tratamiento de perros y gatos, pero se han podido aplicar al ganado bovino. Entonces si se incentiva a los productores para que se utilicen estos productos se lograría disminuir la carga. Pero hay que hacer las cosas bien y perfeccionar todos los protocolos existentes. Tenemos que continuar bregando porque el Senasa recupere su rol de policía sanitaria y la ejerza de tal forma que se comiencen hacer las cosas bien.
Al respecto continuó diciendo. “Propongo que sean castigados los productores que trafican animales contagiados. Como productor creo que es necesario el compromiso de todos, porque los gobiernos no ponen plata para la lucha contra la garrapata. Entonces lo único que le pedimos es que maximice la plata que ponemos para esto, con un buen control sanitario. Que sean penalizados los que incumplen con el protocolo y que se premie al productor que trata de hacer las cosas bien”.
-En definitiva, usted se mantiene firme en que es conveniente continuar con todo el protocolo para disminuir la carga de garrapatas en el ganado que habita en los campos del norte de Entre Ríos y el sur de Corrientes puntualmente.
-En esta zona el problema de la garrapata es mucho más complejo que en el norte, porque aquí son altos los índices de mortandad por tristeza bovina. Entonces hay que preinmunizar siempre en la etapa en que el animal es ternero, porque después de estar grande y se contagia solo queda rezar. Por eso la base es que no haya garrapatas y eso es posible bañando al ganado cada 21 días, aplicando los productos que corresponden, haciendo análisis y un montón de cosas más que el productor sabe como proceder.
Totalmente de acuerdo con Sato !! tuvimos un Entre Rios libre por mucho años de lucha seria. es inadmisible soportar la garrapata.