En el anterior gobierno no debe haber habido tipo más poderoso, después de Néstor y Cristina claro, que el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Frente a él, muchos empresarios dejaron sus convicciones de lado para poder seguir haciendo negocios. Ante él se arrodillaron varios ministros y secretarios, y por su culpa renunciaron unos cuantos. Los militantes kirchneristas coreaban su nombre y varios de ellos lo imaginan todavía hoy como posible candidato a presidente por el peronismo en 2019. Y es que a él le encomendaron las misiones más difíciles, como frenar la inflación o enfrentar al Grupo Clarín. Moreno hizo y deshizo a su antojo en el anterior gobierno.
Pero Moreno no siempre tuvo tanto poder. En noviembre de 2013, otra estrella comenzaba a brillar en el firmamento K y se le hacía demasiado difícil la convivencia con Moreno. Axel Kicillof hizo el pedido y por única vez Cristina le bajó el pulgar al principal ideólogo y ejecutor de la política económica hasta ese momento. Moreno dejó su cargo el 19 de noviembre de 2013. Su exilio del poder lo vivió cómodamente en Italia, como agregado comercial de la embajada en Roma.
Días antes de aquella renuncia, un grupo de jóvenes militantes visitó al secretario de Comercio y le hizo un extraño obsequio: un perro bulldog. Quien contó la anécdota al periodista Luis Novaresio (el episodio después fue reflejado por todos los medios) fue un empresario que participó de esa reunión y según su propio relato se emocionó mucho cuando Moreno decidió bautizar con su nombre a esa nueva mascota. El ruralista cordobés Ider Peretti, que de él se trataba, declaró: “Yo creo que son las cosas lindas que tiene la vida, las anécdotas de la vida, porque en definitiva son las cosas más lindas las más graciosas”.
Puede ser que resulte gracioso que Moreno haya decidido llamar “Ider” al perro que le habían regalado. Pero también resultó ser toda una definición de la relación que existía entre ambos. En todo ese tiempo, Peretti había sido su principal operador en el mundo de los empresarios y también su principal ladero. Como sucede con los perros, el ex secretario de Comercio reconocía esa fidelidad y le hacía a Ider un homenaje de entrecasa que orillaba lo grotesco. Pero Peretti, por entonces titular de la Confederación General Económica (CGE), se enorgullecía de ello.
¿Quién podría sentirse orgulloso si lo tratan como a un perro faldero? Por Moreno, Peretti era capaz de ceder su nombre para bautizar a un perro y de muchas otras cosas más. Es lo que debería investigar la justicia federal a partir de una denuncia penal realizada la semana pasada por el nuevo presidente de la CGE, Oscar Gentili, quien culpó a Peretti de llevar a cabo un vaciamiento de esa entidad, de fraguar los balances y de otra serie de irregularidades que habrían sido cometidas en convivencia con el poderoso funcionario K. El expediente recayó en el juzgado de Rodolfo Canicoba Corral.
¿Quién es Peretti? Mucha gente tomó nota de su existencia recién en octubre de 2010, durante el extenso y masivo velatorio de Néstor Kirchner realizado en Casa de Gobierno. Imposible saber si la escena había sido preparada o no, pero sugestivamente este hombre apareció en la transmisión oficial de tan triste acontecimiento. Delante de una Cristina de luto, frente al féretro, Peretti comenzó a decir en voz muy alta que el sector agropecuario había tenido “la mejor rentabilidad de toda su historia” durante la gestión de Néstor y que no se había rematado ni una sola hectárea. Luego de escucharlo, la presidenta viuda se acercó hasta él y se fundió en un abrazo que se transmitió por cadena nacional. “El campo está con vos, el campos está con vos”, repetía Peretti.
En realidad, para ese entonces ya habían pasado más de dos años desde que “el campo” -o al menos una parte muy importante de ese sector- se había enemistado duro y para siempre con el gobierno kirchnerista: fue luego de que en marzo de 2008 éste intentara imponer retenciones móviles a los granos, que fueron rechazadas de plano por las entidades rurales nucleadas en la Mesa de Enlace. El conflicto por la 125 fue uno de los más duros desde el retorno de la democracia. Y fue el origen de la grieta que dividió al país en dos mitades.
Peretti, quien por entonces era presidente de la Sociedad Rural de Morteros, un apacible pueblito lechero ubicado al este de la inmensa Laguna de Mar Chiquita, en Córdoba pero casi llegando al límite con Santa Fe, supo desde el vamos en que lugar debía ubicarse. Durante ese extenso conflicto, se convirtió en el único ruralista K del país. Tanta era su soledad que lo expulsaron de CARTEZ, la confederación de sociedades rurales cordobesas enrolada en CRA.
Cuenta una vieja nota del diario La Nación que, luego de aquel conflicto, fue el propio Peretti quien decidió presentarse ante Moreno, que entre sus múltiples tareas tenía la de dividir, disciplinar y castigar al frente agropecuario. “Todo el mundo hablaba de él y yo dije: quiero conocerlo. Si todo el mundo habla de él entonces este hombre debe tener algo importante”, declaró el propio Peretti a ese diario.
Lo que tenía Moreno era poder. Estaba más que claro. Y Peretti se transformó de inmediato en una herramienta de ese poder.
La relación comenzó a ser muy fluida desde enero de 2009. En ese momento, Moreno simuló salir de gira por el interior del país para hablar con productores y la primera y única reunión se la organizó Peretti en el quincho de la Sociedad Rural de Morteros. Esa noche, tras la reunión, el lugar sufrió un principio de incendio que el gobierno K inmediatamente calificó como un atentado contra el secretario de Comercio. El ex ministro del Interior, Florencio Randazzo, aseguró que “no hay dudas de que fue un atentado” y lo atribuyó a grupos de “inadaptados” opositores al Gobierno. Pero al rato la justicia puso las cosas en su justo término: una pericia determinó que se trató de un suceso “accidental” provocado por un cortocircuito.
Luego de ese incidente no hubo más giras pero sí nació una relación muy prolífica para ambos: el poderoso funcionario y su ladero empresario. Fue prolífica para Peretti, sobre todo, quien en febrero de 2016 disponía de un patrimonio de por lo menos 1 millón de dólares para adquirir un campo en la vecina localidad de Suardi. Bichos de Campo informó en exclusiva ese suceso.
Ver En su fuga del poder, Ider Peretti se gastó 1 millón de dólares para comprar un campo
Esta relación se plasma en numerosos sucesos que en esta biografía enumeraremos brevemente, pero que ampliaremos en los próximos días como parte de una demorada investigación periodística sobre este empresario clave en el entramado de poder y negocios timoneado por Guillermo Moreno:
- En mayo de 2010, antes de la muerte de Néstor, Peretti es una pieza clave en la creación de la Corporación Argentina de Productores (CAP), una entidad en la que enrolaron a todos los sectores alimenticios “amigos” del gobierno, que se reunían en la sede del Mercado Central.
- En septiembre de 2011, Moreno y la propia Cristina participan de la inauguración del “Centro Modelo de Genética Néstor Kirchner” en Morteros, que luego nunca funcionaría. El edificio fue construido con fondos públicos dentro del predio de la rural que manejaban Peretti y su esposa.
- En marzo de 2012, Peretti fue el principal coordinador empresario de la primera gira comercial a Angola organizada por Moreno, que incluyó un inédito cotillón contra el diario Clarín. En mayo de ese mismo año se organizó otra gira, esta vez con la presencia de la propia Cristina. El 20 de mayo, PPT emitió un programa especial donde el periodista Jorge Lanata hacía la cobertura de esa misión comercial, entrevistando incluso a Peretti.
- En julio de 2012, Moreno e Ider Peretti decidieron crear otra entidad empresaria de supuesto “tinte nacional”: la Cámara Argentina de Productores y Exportadores de Cereales (Capeco). Antes de eso, Moreno decidió de facto que una cuarta parte de los permisos de exportación (ROE Verde) de trigo y maíz que desde 2008 se distribuían desde Comercio Interior a los exportadores de granos iban a ser destinados a “empresas nacionales”, agrupadas justamente en esa entidad.
- En diciembre de 2012, ambos amigos fueron por la Confederación General Económica (CGE), entidad que ahora está siendo investigada en la justicia. El presidente histórico de la entidad, Guillermo Gomez Galizia, fue “invitado” a renunciar y Peretti asumió la presidencia. A partir de allí, el ruralista K tomó posesión del histórico edificio de Rivadavia 1113/15, casi esquina Cerrito, y lo convertiría en su cuartel central, y prácticamente en una “secretaría de comercio paralela”, como ya veremos en próximas entregas.
- En septiembre de 2013 se denunció otro episodio vergonzoso que tuvo a Moreno y Peretti como protagonistas. En un audio que se filtró a los medios, el secretario de Comercio intima a empresarios a depositar “fondos solidarios” para ayudar a los damnificados por las inundaciones de La Plata del 2 y 3 de abril. La cuenta bancaria la administraba directamente Peretti. Moreno sugirió a los empresarios “hacer allí el Pongui Pongui”. En total se recaudaron unos 35 millones de pesos, pero pese a las promesas de transparencia nunca quedó claro si ese dinero llegó finalmente a manos de los perjudicados por un temporal que dejó más de 70 muertos.
Dos meses después de aquel episodio, con sus luces eclipsadas por un joven Kicillof que se había convertido de repente en el favorito de Cristina, Moreno recibía un perro bulldog de regalo al que bautizaba “Ider”. Luego dejaba su puesto en el gobierno.
Pero la estructura paralela que había ideado para su más fiel ladero siguió funcionando sin pausa por lo menos dos años más, hasta el cambio de gobierno a fines de 2015…
El pueblo argentino lleva muchas décadas engañado, y el engaño consiste en que se le hizo creer que el “campo somos todos”, que esa riqueza es de todos y todos tenemos que defenderla, y hasta con orgullo. Y la verdad es que el campo es de sus dueños, que son poquísimos y por generaciones han sido prebendarios. Casi la mitad del territorio argentino es propiedad de menos de seis mil propietarios, y estamos hablando de casi tres veces el tamaño de toda España.
Me gustaría saber estimado de dónde saca semejante afirmación. Si tiene los números me gustaría conocerlos, sino es puro chamuyo para la tribuna.