A finales de la década de 1970, cuando su hijo Walter tenía apenas 3 años, el joven matrimonio de Abilio Óscar Dabín y Liliana Rosa Caluva montó su primera carnicería sobre la ruta, a unos 40 kilómetros de Paraná y muy cerca de la localidad entrerriana de Cerrito.
Trabajaban –y aun lo hacen- desde que salía el sol. Y como al que madruga Dios lo ayuda, poco tiempo después les surgió la posibilidad de comprar un lote de menos de una hectárea enfrente de su local, y así ampliaron el negocio. La nueva carnicería tenía cámara de frío y un pequeño matadero.
Lo que más rescata Walter de sus padres fue “el valor de la palabra, la unión familiar, la confianza y el apostar al trabajo dejándolo todo”. “Siempre se hizo todo desde cero”, recordó en una charla con Bichos de Campo.
En los años 90, debido a las nuevas exigencias sanitarias para la industria de la carne, la familia se decidió a comprar más hectáreas con el objetivo de desarrollar la empresa y hacerla crecer, un denominador común en esta firma y en la vida de sus dueños.
Allí se comenzó a gestar la idea de construir el frigorífico Flor de Ceibo, que hoy se encuentra ubicado en la Ruta Nacional 12, en el km 38 (actualmente el km 474), en la provincia de Entre Ríos.
Las nuevas exigencias impulsaron a la familia a poner en marcha el proyecto de una pequeña planta siguiendo las normas sanitarias de la Dirección de Ganadería de la Provincia.
En el año 1995, terminados sus estudios, Walter se abocó por completo al trabajo y a compartir responsabilidades con sus padres.
“El negocio del frigorífico nos fue llevando a invertir en infraestructura, maquinarias, herramientas, logística como así también a tomar más personal para aumentar nuestra capacidad de faena y distribución. Lo que en su momento comenzó con una carnicería hoy es una planta que tiene una faena promedio de tres mil cabezas mensuales entre bovinos y porcinos. Además, cuenta con cuarteo, ciclo 2 (desposte, envasado, congelado) y ciclo 3 (elaboración) el cual se encuentra en período de desarrollo”, indicó el ahora conductor de la empresa.
Walter contó que hace pocos años atrás era mayor la faena de vacunos que la de cerdos, pero “los cambios en el consumo hicieron que eso se revierta”.
“La gente busca alternativas más que nada por una cuestión económica, el bolsillo tira y entonces se buscan opciones más económicas como la carne de cerdo, aunque está claro que la preferencia es siempre la carne vacuna”, señaló.
En la empresa, luego del resultado electoral, están como en el resto del país, a la espera de las próximas medidas políticas y económicas. Quieren invertir, al igual que lo vienen haciendo hace años, ya que eso los llevó a expandirse a otras provincias como Corrientes y Misiones, que hoy son sus principales mercados. Y como si eso fuera poco, también quieren buscar la aprobación de certificaciones que les permitan acceder a mercados internacionales.