Las lluvias llegan tarde para el rebrote de pasturas pero de todos modos son muy bienvenidas en todo el campo argentino. Los productores dicen que lo ideal hubiera sido que lloviera un mes antes, para llegar con forraje a fin de año, pero de todos modos queda claro que este escenario siempre es mejor que la continuidad de la sequía.
Los pronósticos dan cuenta de que el clima seguirá siendo húmedo durante noviembre. Esto sin dudas alentará la retención de animales por parte de los criadores, que venían vendiendo terneros de forma forzada, y el interés por la reposición de vientres.
Los precios de los terneros rondan los 1200/1300 pesos por kilo vivo, lo que significa un diferencial importante con la hacienda de consumo liviano, que amenazó con sostenerse en torno de 1.000 pesos pero que esta semana perdió entre 5% y 7% para ubicarse entre 850 y 950 pesos.
Así las cosas, el diferencial entre un ternero de cría y un novillito que va a la faena es superior al 30%, muy por encima de lo ideal para la reposición de ganado gordo, que es 15%. Es diferencia podría agrandarse más de reaparecer en el negocio la figura del recriador, que por ahora está expectante de la aparición del pasto. Por eso ahora solo compiten fuerte los feedloteros por los pocos terneros en venta.
El ganadero, consultor y docente Carlos Federico Kohn dijo que “si todo va bien vamos a un escenario de poca oferta de terneros el año que viene, ya que por el impacto de la seca en los rodeos de cría se producirá 1 millón menos de terneros. Por eso es necesario ser eficientes a nivel productivo y sumarle la mayor cantidad de kilos posible a la hacienda”. Sobre este tema desertará el próximo 16 de noviembre en la Sociedad Rural de Tucumán, donde se organiza un seminario sobre las perspectivas agropecuarias.
El productor cree que “la recría (es decir, la producción de kilos de carne a base de pasto) será clave el año que viene para sumar kilos baratos a la hacienda y luego terminar en los corrales novillos de al menos 400 kilos. De esa forma se podría compensar con más producción por animal el faltante de carne que habrá por la menor oferta de terneros”, evaluó.
Kohn sostiene que la eficiencia a nivel productivo será clave y que el engorde a corral tendrá complicaciones económicas si se ajustan variables como el tipo de cambio, que impacta de lleno en el precio de los granos. También por eso la recría será muy importante, tanto fuera como dentro del corral, para que la incidencia de los altos costos de la terminación pesen menos en la cuenta final.
La otra cuestión tiene que ver con la comercialización, porque para que todo resulte más o menos bien es necesario que la carne se venda y a precios que le sirvan a la cadena. “Sabemos que el consumo puede comprar cada vez menos, es necesario contar entonces con mejores estrategias comerciales a nivel de la exportación y también convencer a la demanda local que un corte de un animal pesado tiene la misma calidad que el de uno de 300 kilos”.
Para ello habrá que esperar a las señales del nuevo gobierno y a las medidas que vaya tomando a nivel macroeconómico y sectorial.
Por ahora, lo que el ganadero puede hacer es comenzar a planificar su año en función de la mejora climática y esperar a que el próximo gobierno -por necesidad o convicción- no sea tan malo como los anteriores.