El primer disertante del Simposio de Fertilidad fue Patricio Grassini, de la Universidad de Nebraska, de Estados Unidos, quien compartió conceptos para pensar la intensificación sustentable de los sistemas de producción.
Dicho Simposio sirve de puntapié para pensar la nutrición de los cultivos a futuro cercano, especialmente en trigo y maíz, desde un enfoque técnico y académico, donde los asesores y productores suelen ir a aprender.
Es por eso que Bichos de Campo le fue a preguntar al argentino que da clases en Estados Unidos sobre la coyuntura la producción agrícola golpeada por la sequía, y con la financiación –o la falta de ella- pateando los talones. La de los argentinos, obvio.
Grassini, experto internacional, reconoce eso como un problema, importante claro, pero propone una visión de plazo más largo y vierte conceptos como los de la producción sustentable y rentable. Además, se comprometió a revisar esos mismos conceptos y volver a hablar con Bichos de Campo en 30 años, donde cree que el eje de la discusión será otro.
“En 2053, la idea sería que me digas, finalmente se cerró la brecha y lo pudimos hacer, lo pudimos concretar. Veo desafíos en términos de poder llevar la ciencia a un nivel tal que efectivamente informe políticas, investigación y desarrollo, y que eventualmente lo que uno ve en una parcela o en un par de sitios experimentales, los productores lo puedan reproducir a escala. Y eso va a requerir interacciones entre profesionales que generalmente no interaccionan, y también van a requerirse mejores comunicadores, y saber cómo comunicarnos a gente que toma decisiones a otros niveles, también aprender a comunicarnos a una sociedad, que en general no son expertos en agronomía, pero que aun así nos pide que justifiquemos mejor las prácticas agrícolas”.
Sobre esto, el especialista declaró que ve en Argentina el potencial de desarrollar aún más el sector agropecuario: “Yo veo el potencial, veo recursos humanos, también veo los desafíos, pero quiero creer que Argentina tiene un futuro brillante en términos de poder aumentar su productividad y de poder ser un referente mundial en la producción de elementos”.
Mirá la entrevista completa con Patricio Grassini:
En su disertación en el Simposio, Grassini arrancó con la afirmación de que, en la actualidad la brecha de rendimientos -el resultado de cosecha versus el potencial-, “está menos limitada por el aporte de agua y más por el manejo” que realiza el productor, haciendo la salvedad de que no hablaba del reciente caso de Argentina que padeció una de las mayores sequías de su historia agrícola.
En este sentido afirmó que “hay una brecha de rendimientos muy grande para explorar a través de la intensificación de los sistemas de producción” evitando de esta forma “la expansión de cultivos a expensas de sistemas que debemos preservar”. Y enfatizó que “hay un doble desafío de producir más en las tierras ya cultivadas, pero justificando las prácticas de manejo”.
El ingeniero agrónomo graduado en la UBA enumeró como “lista de metas”: alcanzar rindes promedio de 80% respecto del potencial; mejorar en eficiencia de agua, nitrógeno y energía; reducir los GEI; la rentabilidad; incrementar la productividad; mantener el incremento de los stocks de carbono y nutrientes; el manejo integrado de plagas; y tener objetivos de biodiversidad.
Grassini alertó que “los sistemas de producción están bien por debajo de alcanzar el 80% del potencial de rindes por falta de nutrientes, manejo inadecuado, impacto de las malezas, insectos y enfermedades”, situación que alcanza específicamente a la Argentina, que es uno de los países que menos nutrientes repone tal cual figura en el Atlas Global de Brechas que elabora la Universidad de Nebraska relevando 70 países.
Expuso luego tres ejemplos de oportunidades para cerrar las brechas de rindes. Citó el caso de los maíces bajo riego por pivots que empezaron a realizar los productores de Nebraska con los cuales alcanzan producciones anuales estables de 14 toneladas, y que completan además con cambios en el manejo del cultivo, como un aumento en la densidad de plantas, aumentos en los aportes de nitrógeno y aplicación de fungicidas.
El segundo caso fue el de análisis de lotes de producción de soja en el Corn Belt (el cinturón maicero estadounidense) que permitió una mejora global en los resultados de los productores.
Y el tercer caso de oportunidad de reducción de brechas es el de Argentina, donde la diferencia entre los resultados y el potencial es del doble en el caso de los cereales y de un tercio en la soja. “En dosis promedio de fertilizantes, Argentina es la que menos aplica. El país tiene un rinde alcanzable en maíz de 11 toneladas, igual que el de Estados Unidos, pero Argentina aplica una tercera parte. Se aplica menos nitrógeno que en África”, acusó.
gurues de escritorios . prontito se juntaran todos en Maizar (con la nuestra) a decirnos que es lo que tenemos que hacer. yo no entiendo como estos sabios no son todos millonarios,, descubrio que en Argentina usamos poco fertilizante y poco riego – los productores no sabiamos. despues del invento de la polvora este es el mas fulgurante !! explicale que tenemos brecha cambiaria del 110% y DEX